La cita deportiva más antigua de la región, La Habana 1930

Como recordar es volver a vivir, hoy venimos con pormenores de los Segundos Juegos Centroamericanos (todavía no eran del Caribe)


¡Llegó junio! Por fin, ya casi el inicio de los tan esperados XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 (del 23 de este mes al 8 de julio). En lo que llegan hoy los invitamos a recordar.

Se trata de la edición número 24 de la cita deportiva regional más antigua que se celebra en nuestro planeta, la cual rompió el cascarón y vio la luz en la Ciudad de México 1926, y que ha acogido dos veces La Habana.

El esgrimista Ramón Fonst (a la izquierda): era muy difícil de propinarle una estocada. / trabajadores.cu

Los datos anteriores, mientras calentamos más los motores de San Salvador 2023, nos parecen interesantes no solo para los nuevos lectores de crónicas deportivas, sino también para quienes desean rememorar.

La Habana acogió ya la segunda edición, en 1930, cuando todavía no se incluía a la región del Caribe (ello ocurrió a partir de la de San Salvador 1935).

Después tuvimos aquí la decimocuarta (1982), la que salvamos con solo un poco más de un año para organizarla, pues renunció a celebrar los juegos la ciudad boricua de Mayagüez por falta de apoyo gubernamental.

Ahora, sin un segundo de demora, llegó la hora de sumergirnos una vez más en los recuerdos.

Creciendo

Estos fueron algunos hitos:

–La Habana 1930 se efectuó del 15 de marzo al 5 de abril.

–Hubo un mayor número de países (nueve, mientras que solo fueron tres a Ciudad de México 1926) y también en cantidad de deportistas (596 en la capital cubana, 271 hombres cuatro años atrás), dos muestras poderosas de que la justa adquiría relevancia.

–La mayoría de los participantes fueron recogidos por dos embarcaciones de la Marina de Guerra (los cruceros Cuba y Patria).

–Los cubanos terminaron en la primera posición en la tabla de medallas (28 de oro-19 de plata-21 de bronce=68 en total). México quedó en segundo lugar (12-18-10=40). Panamá en tercero (4-1-5=10). Ellos fueron los únicos que lograron doradas.

–Los de nuestro país dominaron en atletismo, béisbol, fútbol, esgrima, tenis, natación y tiro. Ahhh, algo curioso, los peloteros no terminaron invictos: perdieron un juego contra los mexicanos.

–¿Y cuál fue el desempeño de México? Volvió a triunfar en baloncesto y clavados, y también en voleibol, deporte que se estrenaba, al igual que el fútbol.

–Se abrió el telón para las mujeres, aunque solo lo hicieron seis tenistas cubanas.

–Uno que aportó su extraordinario brillo fue el esgrimista cubano Ramón Fonst Segundo, El Zurdo, “El Nunca Segundo”: ganador en los Juegos Olímpicos de París 1900 y San Luis 1904 de cuatro medallas de oro y una de plata (según el sitio olympics.com). En La Habana 1930 resultó campeón en espada y en florete, sin recibir un solo toque en 21 combates. En el sable llevaba cinco victorias, todas por 5-0, cuando tuvo una lesión en un tobillo.

Una belleza

Claro que no hemos terminado, pero hicimos una pausa, que será rapidísima, para adelantarles a los lectores que ya casi los dejaremos con una belleza (un fragmento inolvidable).

–El corredor panameño Reginald Bedford se mostró muy rápido: oro en 200 y 400 metros planos; bronce en 100 y 4×100.

–El destacado periodista cubano Pablo de la Torriente Brau, quien luego fallecó de un disparo en el pecho durante la Guerra Civil Española, escribió de forma brillante sobre estos juegos de La Habana, con humor y mucha imaginación.

–Y llegó la belleza anunciada. Es de Pablo de la Torriente Brau: al referirse al desempeño de Ramón Fonst, imaginó que D´Artagnan le dijo a Cyrano y a Lagardere:

–Compañeros, ¿no les parece que aquí estamos de más?

–Sí, vámonos, para no hacer el ridículo. A ese hombre no lo toca ni el aire…

Y se fueron, con sus espadas sonoras, sus bigotes atrevidos y sus sombreros plumados, los tres grandes héroes de mi adolescencia, abochornados ante el triunfo incomparable del glorioso campeón de Cuba.

Ahora, por supuesto, nos queda pendiente volver a la computadora para recordar también los Juegos Centroamericanos y del Caribe de La Habana 1982.

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Fuente consultada

Los Juegos regionales más antiguos. Juegos Centroamericanos y del Caribe, de Enrique Montesinos.

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