Hoy es uno de esos días en que nos estruja el dolor, donde, pese a la salida del sol, no amanece. Ahí, en Lamparilla No. 362, esquina Villegas, la noche se vuelve interminable con la desgracia.
Deterioro, desgaste, ruinas… algunos rostros desencajados y heridos de quienes lo han perdido todo, pero que han salvado lo más preciado, la vida, se observan en esta oscuridad de lágrimas, rescatados por osados bomberos; sin embargo, otros, no vuelven a abrir los ojos.
La tristeza, este miércoles, tiene nombre: Lamparilla No. 362. Desde ese mismo instante en que las piedras no encontraron sustento, fueron allí los rescatistas. Un segundo desplome se llevó, entonces, dos vidas más. La bravura tiene la sombra, nuevamente, del infortunio.
Bajo este cielo de lluvia y sin estrellas, de polvo, del eterno dolor de lo perdido y de muerte, de adioses, pienso en esas familias, en aquellos que se nos fueron. Pienso en ese “ojalá vuelvas”, de Mario Benedetti:
Hay muchas formas
de despedirse
dando la mano
dando la espalda
nombrando fechas
con voz de olvido
pensando en nunca
moviendo un ramo
ya deshojado por suerte a veces
queda un abrazo
dos utopías
medio consuelo
una confianza
que sobrevive
y entonces triste
el adiós dice
que ojalá vuelvas


Se conoció que en horas de la madrugada de este miércoles, 4 de octubre, tuvo lugar un derrumbe en el edificio multifamiliar ubicado en el capitalino municipio de La Habana Vieja.







En el inmueble se encontraban 13 núcleos familiares, para un total de 54 personas. Hacia el Hospital Calixto García se trasladaron dos lesionados, los cuales se hallan fuera de peligro para la vida, y se reportó el fallecimiento, además, de Ramón Páez Frómeta, de 79 años, quien se había reportado como desaparecido.