Peñascos en la campiña
La indicación de esperar el peso adecuado del ganado es para los mataderos comerciales, no para los productores, precisa Idael Pérez Brito, ministro de la Agricultura. / Abel Rojas Barallobre/ juventudrebelde.cu
Peñascos en la campiña
La indicación de esperar el peso adecuado del ganado es para los mataderos comerciales, no para los productores, precisa Idael Pérez Brito, ministro de la Agricultura. / Abel Rojas Barallobre/ juventudrebelde.cu

Peñascos en la campiña

El debate sobre la fiscalización a las medidas para la recuperación de la ganadería bovina recién termina en la comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Estoy sentada muy cerca de Idael Pérez Brito, diputado por el municipio de Baragúa y titular de la Agricultura, quien accederá a dialogar con BOHEMIA en cuestión de segundos…

En su intervención ante los legisladores, el ministro había insistido en la necesidad de hacer un uso eficiente de la fuerza de trabajo, controlar la masa ganadera, lograr una efectiva contratación con los productores, y disminuir la cantidad de animales que llegan al matadero sin el peso adecuado.

“Por cumplir con el plan de entrega, estamos ‘quemando carne’, como decimos los guajiros. Hay que esperar a que tengan un peso promedio alto. Si lo sacrificas antes, perdiste al animal completo”, aseveraba.

Después de muchas décadas de prohibiciones, con las últimas medidas para estimular la producción lechera y cárnica en Cuba, se les permitió a los campesinos “comerse sus vaquitas”, siempre y cuando cumplan con lo establecido: crecimiento del rebaño y entregas pactadas a la industria.

¿Esperar el peso promedio del animal antes del sacrificio es también una  exigencia para los campesinos?

 —No concierne a los campesinos. Ellos pueden seguir sacrificando la cantidad de ganado establecida si cumplen las regulaciones. Esa indicación es para los mataderos comerciales, con el objetivo de proteger más la masa ganadera. 

Peñascos en la campiña
Ante la falta de insumos provocada por la escasez de divisas en el país, los campesinos recurren a prácticas agroecológicas. / Gilberto Rabassa Vázquez.

Desde abril del pasado año se aprobó un grupo de medidas para estimular la producción agropecuaria en Cuba, en particular la ganadería. Cada año el país destina cifras millonarias para comprar la leche que pudiera producirse en la campiña insular.

Según los resultados de la fiscalización, y los criterios de varios diputados de la comisión Agroalimentaria, se aprecia un “despertar”, un “centellar” de la ganadería. Pero, el deterioro tecnológico acumulado, los métodos burocráticos de trabajo, la rigidez de los indicadores, las deficiencias en los procesos inversionistas, persisten como piedras en el camino. Estos obstáculos, objetivos y subjetivos son visibles también dentro de la agricultura en sentido general.   

— ¿Por qué si los problemas de la agricultura cubana están identificados, siguen repitiéndose los mismos errores?

—Eso es muy difícil de responder. Casi no hay gente en el campo.

— ¿Están creadas las condiciones allí para evitar la emigración?

—Las condiciones en el campo son difíciles de resolver. Por los recursos. Este es un país bloqueado. La emigración hacia las ciudades es un fenómeno universal.

“Estamos trabajando hoy de una manera totalmente ecológica. No hay país en el mundo que trabaje la agricultura como lo estamos haciendo. Sin insumos. El esfuerzo de los productores es descomunal.

“La agricultura lleva petróleo, alambre, fertilizantes, herbicidas, recursos. Estamos luchando, pero no es fácil. La tecnología requiere dinero, mas ¿cómo lo hacemos? ¿Dónde está el ordeño mecanizado? Aquí la gente no tiene cómo hacerlo. La tarea es muy dura”.

Peñascos en la campiña
Planta Habana, en Boyeros, es ejemplo de las deficiencias de los procesos inversionistas en el país. /Presidencia Cuba.

Sin embargo, las inversiones en la agricultura no fluyen de manera adecuada, ni rinden lo previsto.

 —Una cosa es la inversión, y otra, los insumos. Se hacen inversiones, por ejemplo, las plantas de fertilizantes. Pero, ¿cómo van a rendir si no tienen con qué producir?

El caso de la Planta Habana de bioproductos, en Boyeros, lleva unos cuantos años en construcción y no se termina.

Claro, por falta de financiamiento. Lo que se ha hecho allá dentro es “a pecho”, por la capacidad de los cubanos de innovar y buscar soluciones.  Pero los créditos con China se complicaron.

“En sentido general, a pesar de las dificultades, estoy convencido de que vamos a salir. Las necesidades actuales nos están impulsando a levantarnos y desarrollarnos por nuestros propios esfuerzos. Es algo que también lleva tiempo”. Sin embargo, el abastecimiento del mercado de alimentos a nivel nacional es hoy una necesidad cuya satisfacción no puede ser prorrogada mucho tiempo. De aterrizar soluciones y aprovechar al máximo las inversiones y recursos disponibles depende hoy la soberanía de todo el país.

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