Profecías en ciernes (II)

Lilian KnightDelia Reyes


La historia de Bernardo Romero González, por suerte, fue otra. Lo único que faltó, cuando llegó al banco capitalino, fue una alfombra roja, al estilo de las premiaciones hollywoodense. “Por primera vez en la vida me sentí de verdad como un empresario”, confiesa quien tiene el privilegio de estar también dentro de la avanzada de las Mipymes aprobadas por el MEP.

“Aquello fue un show. Salió el director, me dio la bienvenida de manera afable y atenta. Preguntó cuál era mi empresa, le respondí: Ingenius. Buscó en el listado y, efectivamente, allí estaba. Entonces mandó a despejar la ventanilla: ‘salgan que viene el primero’. Algo similar sucedió en la Notaría y el Registro Mercantil. Imagino que cuando pasen 20 más, la atención no será tan exquisita”, vaticina risueño el también ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica.

Desde su comienzo en el ejercicio del trabajo privado, Bernardo siempre quiso escalar más alto. Primero el taller de electrónica, luego amplió los horizontes como programador de software cuando las normas así lo permitieron. Hace unos dos años, cuando se autorizó la importación y exportación a través de empresas seleccionadas, no lo pensó ni un segundo.

Visitó algunas de esas… y finalmente escogió a Softel como intermediaria para vender sus servicios en el mercado internacional. Indiscutiblemente Ingenius es un pequeño negocio de éxito. Solo faltaba un peldaño. Las últimas normativas para los nuevos actores económicos, en vigor desde el 20 de septiembre de 2021, conceden el derecho a los negocios privados de formarse con personalidad jurídica y obtener de una vez el merecido reconocimiento como actor económico en similitud de condiciones. Sin embargo, del dicho al hecho, resta un largo trecho.

De las más de mil Mipymes aprobadas en el país, menos del dos por ciento corresponde a entidades estatales. En tiempos donde se apuesta por el crecimiento y la autonomía empresarial cabe preguntarse por qué son tan pocas las entidades de este tipo.

Para Carlos Alberto Ripol Lauzurique y Manuel García Rojas, vicepresidentes de la Asociación Nacional de Economistas (ANEC) en Matanzas, la respuesta está en la descentralización que implica. “Los directivos no lo aprecian como una oportunidad, sino como pérdida de capital y poder. Su resistencia al cambio no los hace ver que en realidad se están descargando de responsabilidades que le impiden cumplir el objeto social principal de la empresa”.

Iván Barreto Gelles, director de Cinesoft tiene otra teoría: “Muchas entidades estatales se dedican exclusivamente a un único propósito, de modo que les resulta imposible desprenderse de eso o generar competencia. Por otro lado, aún falta que las instituciones gubernamentales exploren y exploten más sus potencialidades, a fin de impactar en las comunidades.

“En tercer lugar, es un proceso que lleva recursos materiales y financieros. Y por último, si bien todo fluyó con la plataforma del MEP, la historia con el Ministerio de Justicia (notaría y registro mercantil) ha sido fatal. Las trabas para el traspaso de inmuebles, vehículos, etc. tienen detenido el proceso de inscripción de la mayoría de las Mipymes estatales”, explica el directivo.

De Cinesoft, como casa matriz, se derivaron tres medianas empresas estatales: Cinesoft Recreación, encargada de la gestión de cinco proyectos de desarrollo local, entre ellos la Finca de los Monos; Cinesoft Digital para el desarrollo de aplicaciones y del comercio electrónico; y Edumedia, encaminada a la producción de  materiales informáticos y audiovisuales.

Al decir de Barreto Gelles, el surgimiento de estas empresas es el resultado de desatar las fuerzas productivas y de la flexibilización del objeto social.

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Cuando Edith José Pupo Guillén se graduó de ingeniería en Automática título en mano le dijo a su mamá: “esto es tuyo, ya cumplí con tu sueño. Ahora voy a seguir mi camino”. El joven decidió adentrarse en el trabajo por cuenta propia.

Conoció al presidente de una plataforma web que comercializaba en el extranjero productos nacionales que los emigrados pagaban para sus familiares en Cuba. Hizo los trámites pertinentes, sacó su licencia en el municipio de Arroyo Naranjo, donde vive, y comenzó a brindar servicio de mensajería a ese negocio.

Necesitaba un local arrendado con el fin de expandir su proyecto. Aunque insistió con las autoridades del Gobierno de su localidad, allí no dieron respuesta. Exploró otros lugares…hasta que en Plaza de la Revolución, la antigua Empresa de Mercados Habana, hoy Acopio, le arrendó un local que antaño fuera un agro mercado.

“Cuando llegamos era literalmente un nido de ratas. Trabajamos muchísimo limpiándolo todo. Contraté a otras personas para realizar este proyecto de mensajería que bauticé como Tulipán 21.

“Desde que salieron las normativas autorizando el tránsito a Mipyme comenzamos a hacer las gestiones a través de la plataforma del MEP, pero no clasificamos en la primera convocatoria. Luego sí nos aprobaron. El pasado 17 de diciembre oficialmente quedamos constituidos como empresa en la Notaría”, agrega.

Edith José está muy bien informado de todas las obligaciones fiscales al transitar a Mipyme. En su caso, como es proveedor de servicios, el monto a pagar es más bajo pues no realiza ventas mayoristas ni minoristas.

Si bien la mayoría de los entrevistados por BOHEMIA considera deber y responsabilidad los aportes al presupuesto estatal, existen criterios encontrados en cuanto a los montos. ¿Por qué establecer iguales tributos a empresas que operarán en diferentes condiciones?

Lázaro Amaro González es propietario de la cafetería-restaurant El Cubano en el municipio de Marianao. Después de sopesar ventajas y desventajas, opina: “el impuesto sobre utilidades es el mismo de las empresas estatales, de un 35 por ciento. Además, tributos por ingresos personales, ventas, el pago de la seguridad social de todos los contratados, el porciento al utilizar fuerza de trabajo. Súmele el salario de los empleados. Al final, es más de un 70 por ciento de los ingresos.

“Sin embargo, las micro, pequeñas y medianas empresas no recibirán ninguna asignación de recursos. Igual, las inversiones en el negocio corren a cuenta propia. Ni un solo ladrillo facilitó el Estado para levantar lo que tenemos hoy”, resume Lázaro.

El vicepresidente de la ANEC en Matanzas Carlos Alberto Ripol Lauzurique considera que para las condiciones actuales de nuestro mercado, carente de la libre entrada de divisas, insumos y materias primas, la sumatoria de los impuestos se hace muy elevada.

“Esas insatisfacciones reiteradas entre los emprendedores las elevamos al MEP y ellos a Finanzas y Precios. Según nos respondieron, el tema está en estudio”, comenta el especialista.

Por su parte, Ileana Díaz Fernández, doctora en Ciencias Económicas e investigadora del Centro de Estudios de la Economía Cubana, también mantiene recelos acerca de las condiciones supuestamente parecidas. “Resulta cuestionable que para los pagos de los tributos sí se apliquen reglas similares a grandes entidades estatales y Mipymes, en tanto otras cuestiones, como el tipo impositivo aplicado a los socios de las Mipymes o la posibilidad de acceder a los créditos en divisas, cambien esas reglas”.

El viceministro primero de Finanzas y Precios Vladimir Regueiro Ale respondió en cuanto a las diferencias en el tipo impositivo: “Uno de los principios de implementación de las regulaciones, más allá de lo fiscal, es buscar que los diferentes actores operen en similares condiciones. Ahora, el trato similar u homogéneo implica también el tratamiento diferente en aquellos supuestos donde no son iguales. Porque el manejo de las diferencias también nos va dando la equidad.

“No obstante, el principio es homogenizar los tratamientos tributarios donde sea posible porque en cualquier caso seguimos aplicando la Ley 113 que establece preceptos como la generalidad, igualdad y capacidad económica para la aplicación de los tributos, sean impuestos, tasas o contribuciones. Y eso está presente en la estructuración de los tributos para cada uno de los sujetos”.

Con el propósito de atenuar el fenómeno de la doble imposición fiscal a la Mipyme estatal, en tanto paga tributos como persona jurídica, y los socios como personas naturales, a los últimos se les reduce el tipo impositivo.

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“¿Están creadas las condiciones para que las Mipymes sean sostenibles”? se pregunta constantemente Ileana Díaz Fernández, también coordinadora de la Red de Emprendimiento e Innovación de la Universidad de La Habana. “El mecanismo de exportación e importación ha cambiado un poco con la creación de dos o tres medianas empresas estatales que se dedican a eso en volúmenes más pequeños, pero la tendencia sigue siendo el monopolio del comercio exterior. Y el mercado mayorista está desabastecido por la situación económica del país”

El contexto en que operan las Mipymes preocupa y mucho a la investigadora, que sostiene que sigue sin resolverse el tema cambiario: “el Estado no puede vender dólares porque no los tiene. Entonces muchas tendrán que comprarlos en el mercado informal, para luego adquirir lo necesario para producir. Eso dispara aún más la inflación. No hay un capital semilla para apoyarlos financieramente. Y sabemos cómo es el mecanismo de obtener créditos en el banco. Es terrible”.

Con la Resolución 296/2021 del Banco Central de Cuba (BCC), que autoriza a la Financiera de Microcréditos S.A a conceder créditos en moneda extranjera, pudieran comenzar a aligerarse las cuentas de las Mipymes. Pero solo serán beneficiadas aquellas que exporten, tengan firmado contrato con la Zona Especial de Desarrollo Mariel o vendan en las cadenas de tienda en MLC, lo cual genera innumerables sesgos como se explica en el comentario Anclaje a los créditos en MLC, publicado en la página web de BOHEMIA.

Si difícil es obtener divisas, no menos complicado resulta que las Mipymes exportadoras reciban el dinero en Cuba. Para ilustrar, el ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica, Bernardo Romero González, explica: “el BCC establece que las cuentas de los exportadores solo pueden recibir el dinero del exterior. Por esa razón ya hemos perdido más de 4 000 euros. El cliente nuestro es una agencia turística holandesa, Caribbean Travel Network, que tiene una representación en Cuba. Cuando fue a pagarnos desde aquí, aunque lo hiciera a través del BFI, no lo autorizaron. Igual tenemos otro contrato con ese cliente por un valor de 5 000 euros sin concretar por culpa de eso. El bloqueo de los Estados Unidos complica mandar dinero para Cuba, pero ¿a dónde iremos a parar si las autoridades bancarias en el país también lo ponen más difícil? interroga el regente de Ingenius.

En una encuesta realizada por BOHEMIA a casi una veintena de Mipymes se reiteraron las trabas burocráticas que imponen las entidades estatales como las principales dificultades para emprender en el país. A esto se suma la poca preparación de los actores económicos, las limitantes para acceder a créditos y financiamiento, divisas, insumos e importaciones, así como el elevado monto de los impuestos.

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El restaurant La Criollita es famoso en Marianao por la calidad de sus platos y por el excelente servicio, que incluye reservación y entrega a domicilio, sin importar cuán lejos esté el cliente.

“Estamos abiertos a todo lo que pueda hacer prosperar el negocio de servicios gastronómicos”, afirma el joven Iván Raúl Conesa Olivera, titular de este negocio, aprobado también por el MEP como pequeña empresa privada.

Desde que permitieron firmar contratos con empresas estatales para importar o exportar, “estuvimos dentro de los primeros cinco restaurantes de La Habana a los que se les aprobó hacerlo. El proveedor nuestro es ITH y nos ha ido muy bien con esa importadora”, asegura Raúl.

Con la pandemia, como la mayoría de los emprendedores privados, tuvo que cerrar el restaurante, pero siguió dando servicio a domicilio. Luego, cuando se levantaron las restricciones, exploraron nuevos mercados en el litoral Norte de la capital.

Para el negocio de Raúl no es un problema que el precio de los dólares suba o baje en el mercado informal. “Tengo familiares en el exterior que me hacen transferencias. Desde el punto de vista financiero el apoyo es externo. Hasta ahora nunca han fallado.

“Además, a través de una plataforma digital comercializamos comida elaborada, la cual pagan familiares desde el exterior a los de aquí; lo mismo para consumir en aquí La Criollita, que para llevar a las casas”, amplía el joven empresario.

Los clientes frecuentes –dice– suelen efectuar el pago mediante tarjetas magnéticas. Como particular muestra de gratitud hacia los galenos cubanos, allí se les descuenta 15 por ciento del importe total. Con el fin de aliviar la situación de los vulnerables, brindan el servicio de almuerzo y comida a una decena de personas.

Las medidas higiénico-sanitarias son cumplidas al pie de la letra. La mitad de ocupación, ventilación natural, paso podálico, hipoclorito para las manos…

Si desea celebrar su cumpleaños o el aniversario de boda, La Criollita pudiera ser una buena opción. Mas, lleve suficiente dinero porque los precios están por las nubes. Aunque como dice el viejo refranero popular: a un gustazo…

De afuera, de adentro

El financiamiento desde el exterior, presente de manera informal en muchos emprendimientos en Cuba, encuentra con las nuevas normativas un respaldo legal y reconocimiento a la entidad o persona natural que lo ofrezca.

Sin embargo, ¿qué pasa con aquellos negocios enfocados en satisfacer la demanda del mercado nacional (el más importante a nuestros efectos e intereses) que no tienen financiamiento desde el exterior? ¿Qué futuro les depara en un contexto donde cada vez más se venden los insumos y materias primas en divisas, sin tener el adecuado respaldo cambiario?

El gobierno y los principales decisores económicos deben transformar este escenario si se quiere limitar las inequidades, fomentar verdaderamente la producción nacional, evitar el libertinaje especulativo y el desmedido déficit presupuestario.

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Un comentario

  1. Muy buen trabajo Que pena que los que tienen que leerlo no lo leen La preocupación de Iliana Díaz Hernandes es muy acertada y debía ser la ocupación de mucha gente de lo contrario será otro gran fracaso

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