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Pulseadas geopolíticas

La cuestión de Palestina es vital en Oriente Medio. Las grandes potencias mundiales se posicionan. El peligro de contagio de una escalada aumenta


Las potencias mundiales están mostrando músculo: la armada rusa cuenta con el crucero nuclear Piotr Veliki, con misiles de largo alcance, y con otros armamentos de gran tonelaje y fuerza disuasiva. Aunque no se mueven ni por el Mediterráneo, ni por el Mar Rojo, el hecho de su mención, como lo ha publicado recientemente el sitio digital Sputnik, supone una pulseada no solo para Europa, sino que habría que considerarlo en el ámbito del espaldarazo armamentístico y político gringo hacia Israel.

En ese contexto, Washington anunció este 6 de noviembre que envió al Oriente Medio un submarino nuclear de la clase Ohio, como respaldo a los dos portaviones, el USS Gerald Ford y el USS Dwight D. Eisenhower. La justificación para semejante despliegue es dar mayor capacidad y flexibilidad a su Quinta Flota para actuar en apoyo a “prioridades de seguridad nacional”.

Hasta este 7 de noviembre de 2023 no se había obtenido un cese del fuego en Gaza; por el contrario, Israel incrementa sus tropas./ aa.com.tr

La anterior aseveración, de Marc Miguez, comandante del grupo de ataque de una de las naves, responde a la habitual narrativa cuando se trata de Tel Aviv, al que el imperialismo considera una prolongación de su ideario existencial. Pudiera, no obstante, este alegato también sostener una idea mucho más peligrosa: amparar acciones de largo alcance reales o inventadas. Hay vasta experiencia en operaciones de falsa bandera: lo hizo en 1898, en la rada habanera cuando la explosión del acorazado Maine, o durante la Segunda Guerra Mundial, cuandao alegaron que Japón atacó “sorpresivamente” a Pearl Harbor.

Todavía a esta altura del sumamente complejo y mal llamado conflicto israelí-palestino no hay un alineamiento militar yanqui directo en Israel, a pesar de sus muchas idas y venidas a Tel Aviv, en contubernio con el régimen sionista. El anuncio sobre el submarino nuclear pudiera interpretarse como un apoyo sin precedentes. A ello se suma la actitud dentro del mismísimo Consejo de Seguridad de la ONU, donde la Casa Blanca, en un triple veto con Francia y Reino Unido, abogó por pausas humanitarias y no por un cese del fuego, bajo el argumento de que Israel tiene derecho a defenderse: ¿matando hasta el momento a más de 10 000 personas inocentes, más de la mitad mujeres y niños? 

Llama poderosamente la atención que, con contadas excepciones, la prensa occidental viene sembrando la matriz de opinión de que detrás del ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre último estuvo Irán. En reiteradas ocasiones las autoridades de ese país han insistido en que esas acciones solo atañen a los milicianos palestinos; sin embargo, una y otra vez se afirma en los “grandes” medios que Teherán es el “padrino” directo de esa causa.

Así que no sería descabellado pensar que tal despliegue yanqui pudiera asimismo prevenir una escalada que incluya a otra nación árabe, al Hezbolá libanés, a los persas, con secuela inadmisible para la paz americana…

Los que realmente mandan

En política casi todas las variables tienen curso de “legitimidad” si las condiciones objetivas se dan, aunque la moralidad pueda estar dictando lo contrario. Personalmente no creo que un enfrentamiento con Irán vaya a desarrollarse a corto o mediano plazos, porque las “cosas no están bien cocinadas”, y lo “mejor”: las bolsas andan con ganancias, no con pérdidas; mientras el poder financiero y económico se vea bendecido, no hay urgencias por empuñar las armas hasta las últimas consecuencias.

Por ejemplo, Bankinter.SA (entidad financiera sujeta a la supervisión del Banco de España y de la Comisión Nacional Española del Mercado de Valores) declaró a la prensa local que lo que sucede entre Israel y los palestinos es un evento geopolítico que, «de momento, es de segundo orden para el mercado». Añadió que, a corto plazo, ese suceso impacta positivamente “en compañías de defensa y petroleras”. Es este solo un botón de muestra. (1)

Para huirle al riesgo, los inversores venden renta variable. Ahora los valores más impactados son las líneas aéreas y los títulos del sector turístico. Como explica Victoria Scholar, responsable de análisis de Interactive Investors, “las acciones de las aerolíneas europeas han caído debido al conflicto. Wizz Air y Air France KLM se encontraban entre los peores títulos de las plazas europeas, con sus cancelaciones de vuelos hacia y desde Tel Aviv”.

Esta cuestión hay que verla en el mediano plazo, “en lo que ocurrirá con Irán y si Israel considera que, efectivamente, ha ayudado a Hamás en el ataque. Si es así, el conflicto adquiriría nuevas dimensiones con mayor repercusión”, indica la ejecutiva. Entretanto, The Wall Street Journal asegura que Irán ha ayudado a organizar el “ataque terrorista”, especulando con que el objetivo de Teherán es evitar una conciliación entre los tradicionalmente cercanos Arabia Saudita y los EE.UU, y, por extensión, los sauditas con Israel.

Los mercados observan con atención un posible “contagio” en caso de una escalada a partir de la intervención de otros actores: Jordania amenazó con involucrarse si la matanza de civiles inocentes sigue, porque para los árabes la cuestión palestina, además de sentido del deber, es la disputa cultural más importante con Occidente.

Existe una real posibilidad de que se aceleren los precios del combustible, que moderadamente han ido subiendo. En la actualidad, el petróleo está por encima de los 88 dólares el barril Brent y de los 86 dólares el barril WTI. Y la OPEP sigue sin pronunciarse. De cualquier manera, hay un escenario desaconsejable, ya que si Irán se viera implicado por arrastre, podría tomar la medida de cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde miles de barcos transportan petróleo, lo cual afectaría la oferta de crudo y se elevaría los precios de este. De modo que, aunque no imposible, un ataque directo contra Irán no está aún en el candelero yanqui.

Por eso, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, ante las acusaciones de Tel Aviv a Teherán, se apresuró a afirmar que “no hemos visto pruebas de que Irán haya dirigido este ataque en particular”. (2)

El presidente estadounidense, Joe Biden, es un aliado incondicional del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu./ rtve.es

La importancia geopolítica del territorio en disputa es colosal. Como bien sostiene el periodista y analista internacional iraní Rasoul Goudarzi: “petróleo, gas, agua dulce, tierras fértiles, uranio y áreas marítimas como el Estrecho de Ormuz y el Golfo de Adén, por donde transitan millones de barriles de crudo diarios, son recursos codiciados por muchos. Esta región tiene de todo, por lo cual su inestabilidad no es casual”.

Factor en contra

La administración yanqui está sumida en lo que se conoce como la trampa de Trucídides. No debería actuar ni tampoco dejar de hacerlo. Los recursos energéticos de Oriente Medio le siguen siendo vitales y teme que otra potencia se los agencie, de ahí que sea previsible que su apoyo al sionismo no disminuirá ni un ápice. Por tanto –y simplificando–, en público le exige moderación a su principal socio, haciéndose el “bueno” y, a la vez, intenta evitar que Irán despliegue sus misiles.

En previsión, los Estados Unidos activan su flota cerca de las costas persas. Estos elementos, en conjunto, reafirman la convicción internacional de que Washington no sería imparcial para resolver el multidimensional “conflicto” palestino. ¿Alguien entre los pesos pesados del orbe lo es?

El politólogo turco Necmettin Acar señala que la importancia de Palestina en la política global y regional ha aumentado. Esto se debe a que “con el establecimiento del Estado de Israel, el efecto cultural, social e ideológico de la causa palestina en la política de la región se ha sumado a su importancia geopolítica. Al Israel escalar tensiones, aquellos que fundaron ese Estado y apoyaron sus políticas de ocupación, Reino Unido y Estados Unidos, no solo lograron una atmósfera política adecuada para un diseño geopolítico, sino que igualmente lograron la posibilidad de intervenir en temas internos de los Estados árabes, formados luego de ser colonias y que tenían problemas de legitimidad”.

Los gazatíes lloran a sus seres queridos, en su mayoría niños./ bbci.co.uk

Asimismo, recuerda que, a “principios de 2021, el mundo presenció un período en el que las tensiones levantinas, crónicas desde hacía muchos años, se inclinaron hacia el desescalamiento en el marco de algunas progresiones mundiales y regionales. En este período, Irán, Arabia Saudita, Egipto y Turquía –países pivotes que se consideran rivales históricos– comenzaron a dar pasos muy importantes para reducir la tensión en la zona… la distensión en las relaciones entre Irán y Arabia Saudita, que se definen mutuamente como enemigos existenciales, ha sido clave”. Y esta comentarista se pregunta cuál actor la facilitó. Se sabe: China.

Postura china

Durante el mes de noviembre en curso, la República Popular China (RPCH) preside el Consejo de Seguridad de la ONU y ya ha dicho que hay que ver cómo se hará la reconstrucción de Gaza, pero que, para ello, habrá que contar siempre con los palestinos. También ha insistido en que su misión es lograr un alto al fuego israelí. En estos momentos es esencial tener en cuenta que el presidente Xi Jinping ha puesto en la zona un enviado especial. Lo interesante es que dicho funcionario ya sostuvo en Qatar conversaciones con el vicecanciller ruso, Mijaíl Bogdanov, al que le dijo que la RPCh “está dispuesta a mantener comunicación y coordinación con Moscú para desescalar lo antes posible el conflicto en la región”, informó Xinhua. Recuérdese que Moscú tuvo una victoriosa participación militar en Siria, donde permanecen parte de sus efectivos.

As bajo la manga

El lobby judío dentro de la política interna estadounidense es decisivo. En paralelo, Beijing, si bien respalda abiertamente la causa palestina en la consecución de un Estado soberano, ha establecido crecientes nexos con Israel, lo cual, en un tiempo no muy lejano, pudiera crearles un problema a los intereses geopolíticos yanquis.

Jonathan Fulton, investigador no residente del Atlantic Council en Abu Dhabi, explica en ese sentido que en los últimos años China también ha venido “intensificando el comercio y la inversión en sectores que van desde la tecnología a las infraestructuras israelíes. Por su parte, Israel participa en la iniciativa Una Franja, una Ruta (la conocida ruta de la Seda), con la construcción de un nuevo fondeadero en el puerto israelí de Haifa, con presupuesto chino. Este viene siendo un centro marítimo muy activo”.

En aras de que la inversión sea provechosa, apremia un acuerdo de paz. A pesar de que la RPCH busca el apoyo de las naciones árabes, por sus desencuentros con los musulmanes chinos de la región de Xinjiang, también lo es que, en su praxis, el gigante asiático intenta mediar activamente entre israelíes y palestinos. Hay quien duda que sea posible; en la vida solo se necesita esperar y ver.

Simplificando la enmarañada trama, tampoco debe desconocerse que Rusia, marginada por Occidente pero con fluidos lazos con Israel, debidos a su amplia comunidad judía, ha decidido hablar alto y claro. Y para que este análisis de factores estratégicos esté completo es preciso traer a colación que, a mediados de octubre de 2023, al margen del Foro de la Franja y la Ruta efectuado en Beijing, Xi se reunió con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Ambos sostuvieron un «profundo intercambio de opiniones sobre la situación palestino-israelí, según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores chino. Los dos han pedido repetidamente un cese del fuego para evitar la condena a la resistencia palestina, ya que esta cuenta con el visto bueno de los pueblos del mundo, espantados ante las atrocidades sionistas que sobrepasan ya los 30 días.

Un dato crucial: tanto China como Rusia, en asociación estratégica en el Brics, brindan posibilidades económicas favorables para ese llamado Sur Global, al que se han integrado varias naciones musulmanas. Entonces, al despliegue militar yanqui puede adjudicársele más de un significado: no necesariamente tiene que ser una advertencia contra árabes o persas.

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