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Evocación de una perreta

Tal vez debería detenerme ahora mismo, cerrar la laptop y ver cualquier película de la televisión o simplemente dormir, pero no lo hago. Tal vez

En andas de papá

“¿Que no voy a dormir esta noche?; ¿seguro?”. “¡Cómo!, ¿me puedo sentar en el piso?”. “¿En serio, me vas a te-ner todas esas horas a ‘caballito‛?”. “¿De verdad, ¿puedo ir al desfile?”. “No voy; ah bueno, si me dejas usar la tablet, entonces sí”. Recreo probables diálogos con pa-dres, abuelos y otros parientes previos a otra concentra-ción popular por el 1º de mayo; a secas, pues si bien es el Día Internacional de los Trabajadores, aquí nadie lo llama tan formalmente, de tanto que lo hemos interiori-zado como conquista revolucionaria de calles y plazas.
Este 2025 volvió la habanera Plaza de la Revolución José Martí a ser epicentro del júbilo y la esperanza. De uno, le sacamos la energía permanente; de la segunda, el ritmo necesario para un horizonte de conquistas dia-rias: sociales, económicas, culturales, políticas… Pero los pequeños crecen ajenos a los intríngulis de la vida.
Solo saben que la posibilidad de estar lejos de la cama o el poder transgredir ciertas normas les hará felices en su reinado. Más de lo que pueden serlo, porque quizá la merienda no está buena, las clases de Historia les si-guen aburriendo o la falta de “lú” los deja sin muñequi-tos. Tampoco comprenden la totalidad de las causas de muchas privaciones, aunque algo escuchan en hogares y escuelas, donde los pioneros conocen sobre lo malo del bloqueo estadounidense, de la salvadora amistad mundial, y otro sinfín de cosas; donde la situación com-pleja actual la asumen –y viven– a su manera.
Como reporteros fuimos testigos: niñas y niños ra-diantes de vivir una “aventura” única, luciendo imitacio-nes de los uniformes de padres y madres, tocando el cielo con las manos, y las mejillas llenas de colores de la bandera cubana. Alguien pudiera alegar que están “adoctrinados”. Nada más alejado de la verdad: en Cuba la infancia es sagrada, y pobre de quien ose mancillarla. Y sí, por eso también, este 1º de mayo llenamos “la Pla-za”.

Los pequeñuelos

Cada 28 de enero toda Cuba palpita en homenaje al hombre de La Edad de Oro

Juguetes y sueños vuelan a Guantánamo

Niños habaneros desde un céntrico parque enviaron quimeras, dijeron adiós a sus juguetes y ropas para remitirlos a quienes lo perdieron todo en Guantánamo debido

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