Keila Espinosa Janeiro, maestra de primer grado de la escuela primaria «Concepción Arenal», durante los sucesos del Hotel Saratoga:
«Estábamos dando la clase, y en el momento del cambio de actividad para pasar a la otra asignatura, sentimos un estruendo, algo terrible y la onda expansiva.
«En ese momento, en fracciones de segundos, comencé a pensar cómo reaccionar para salvar a todos los niños. Ellos nos miraban como buscando el permiso, la guía a dónde dirigirnos.
«Rápidamente, la asistente en un lado, yo del otro, parecíamos algo comparado con las gallinas y los pollitos; así parecíamos.
«Nos abrazamos y buscamos rápido la orientación, porque quedamos un poco aturdidas, sordas por el ruido, pero no nos desorientamos.
«Ubicamos en dónde estábamos y vimos entre el polvo y el balcón, un segundo piso y analizamos cómo reorganizarnos.
«Escalera abajo, se veía solamente una luz para salir, porque ya la puerta no existía. Inmediatamente se formó un cordón de personas que iban por la calle y empezamos a sacar a los niños.
«De forma organizada cruzamos ya para la parte del Capitolio con todos los niños bien resguardados.
«Les decíamos: ya pasó, lo importante es que estamos aquí y viene tu mamá a buscarte, ya viene tu papá, y ahí mismo llegaba el familiar: te lo dije, ¿viste, mi vida?
«Las cosas materiales quedaron ahí en el aula; nosotros lo que hicimos fue salvar la vida de los pequeños y entregarlos sanos a sus padres».