Ucrania: Juegos de guerra

Soldados ucranianos marchan en la frontera./ en.as.com
Soldados ucranianos marchan en la frontera./ en.as.com

Hace poco más de 30 años que terminó la Guerra Fría y parece que estamos en el punto de partida, que no hemos avanzado nada. En las últimas semanas, las tensiones entre Rusia y Ucrania han estado más cerca que nunca en los actuales tiempos de la hostilidad armada. El desplazamiento de soldados rusos hacia la frontera ucraniana y las belicosas declaraciones de la OTAN han avivado las llamas de una guerra anunciada, aunque muchos duden de que suceda.

La incertidumbre parece guiar las conversaciones, lo que hace complicado saber qué pasará a continuación. Joe Biden ha amenazado con imponer sanciones severas a Rusia y con proveer de más armamento a los combatientes antirrusos. El día 30 de enero, el mandatario estadounidense anunció el envío de 8 500 militares a la región. Además, ordenó retirar el personal diplomático de su embajada en Kiev y aconsejó a su ciudadanía no viajar a ninguno de los territorios en conflicto.

Por su parte, Moscú niega que tenga intenciones de invadir a nadie. Mientras Washington despliega sus tropas por todo el mundo “olvida” que la movilización por Moscú de soldados hacia las proximidades del vecino eslavo ocurre en territorio ruso, no extranjero, y en respuesta a la expansión de la OTAN a los países de Europa del Este, incluyendo a Ucrania, una flagrante amenaza a la seguridad de la Federación.

¿De dónde viene esta disputa?

Ucrania fue parte del imperio ruso mucho antes de convertirse en una República soviética. Se convirtió en Estado independiente cuando la URSS se disolvió, en el año 1991. Desde entonces, la política más difundida en la nación ha sido la de acercarse a Occidente. En 2014, la decisión del expresidente Viktor Yanukovych de rechazar un acuerdo de asociación con la Unión Europea para favorecer los lazos con Moscú provocó protestas y confrontación política. Esto derivó en la posterior destitución de Yanukovych, hecho que los poderes occidentales consideraron una decisión parlamentaria y soberana, y su contraparte rusa un golpe de Estado, avivado por intereses foráneos.

Ante esta situación, y dado el hecho de que está siendo cada vez más cercada por bases de la OTAN, lo que –insiste– representa una baza geopolítica contra su seguridad nacional, Rusia respondió con la adhesión de la península de Crimea, lugar estratégico y fuertemente prorruso, luego de que sus habitantes realizaran un referéndum en el que ganó la opción de la unión a un país al que antaño pertenecieran –recuérdese que ese territorio fue “cedido” a Ucrania en tiempos de Nikita Jrushov. De igual manera, en un ascendente entrecruzamiento de acusaciones, el Gobierno de Kiev y sus aliados occidentales aseguran que Putin apoya con tropas y armamento la rebelión separatista que tuvo lugar en las provincias de Donetsk y Lugansk. La llamada “Guerra de Donbás”. Moscú rechaza la acusación y afirma que quienes han combatido son voluntarios y no tienen nada que ver con el Gobierno central.

¿Qué busca Rusia?

Moscú ha criticado acerbamente a Washington por llevar al Consejo de Seguridad de la ONU la “certeza” de una guerra desmentida una y otra vez por Moscú. En la foto, los presidentes de Estados Unidos y Rusia, reunidos en Ginebra el 16 de junio de 2021./ jacobinmag.com)
Moscú ha criticado acerbamente a Washington por llevar al Consejo de Seguridad de la ONU la “certeza” de una guerra desmentida una y otra vez por Moscú. En la foto, los presidentes de Estados Unidos y Rusia, reunidos en Ginebra el 16 de junio de 2021./ jacobinmag.com)

El presidente Putin le envió una “lista de seguridad” con requisitos a su homólogo estadounidense con el pedido de que la OTAN no realice sus operaciones en el límite geográfico que comparte con Ucrania. También pide que el bloque bélico salga de Europa del Este. Todas las demandas han sido desestimadas por Occidente.

El jefe de Estado ruso expresó en declaraciones recogidas por Al Jazeera que no buscaba acuerdos verbales, sino legalmente vinculantes, que garantizaran que la OTAN no se desplace más al este, así como que impidieran el despliegue de sistemas armamentísticos que pusieran en peligro a su nación. En ese sentido, el papel que desempeña Ucrania es crucial. Desde allí un ataque llegaría a Moscú en cuestión de minutos, dándole al Kremlin muy poco margen de maniobra.

Por ahora, la admisión de Ucrania en la OTAN no se ha concretado. Para ello se requiere de la aprobación unánime de los 30 estados que forman el ente. Para diversos analistas, es posible que la mayoría de países miembros no vean con demasiado entusiasmo la nueva e hipotética adhesión. Más que nada para evitarse líos con Moscú.

¿Habrá guerra?

Por un lado, Dmitry Peskov, portavoz del presidente Putin, dijo que las acciones de Washington solo añaden más presión a un clima ya cortante. “Estados Unidos está subiendo las tensiones. Estamos mirando lo que sucede con gran preocupación”. Por su parte, observadores como Samir Puri, miembro del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, consideran que Rusia podría alcanzar una victoria rápida y decisiva y así aumentar su ventaja a la hora de negociar con la OTAN.

Sin embargo, numerosos expertos, entre ellos, Branko Marcetic, de Jacobin Magazine, dudan de que tal invasión vaya a producirse. “Mientras que los políticos y los medios de los Estados Unidos, el Reino Unido y otros países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte han estado promocionando la posibilidad de una guerra, los funcionarios dentro de Ucrania, el país que podría ser invadido, han estado contándole a la gente una historia diferente”.

Marcetic destaca algo que llamó “una ruptura diplomática menor después de una llamada telefónica entre Joe Biden y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. Si bien lo que se dijo exactamente sigue siendo un punto de disputa, parece que Biden cree que una invasión rusa podría ocurrir en febrero, mientras que Zelenski sostiene que eso está lejos de suceder y que la amenaza rusa es peligrosa pero ambigua”.

Lo cierto es que cualquier posible guerra que involucre a los Estados Unidos y a Rusia podría desencadenar con rapidez un choque nuclear. Esta idea es simple y más importante que las otras enunciadas aquí. No hay nada más significativo ahora mismo. Los ataques atómicos no solo afectarían la vida de las personas en Rusia o Estados Unidos, sino que amenazarían el desarrollo del planeta tal y como lo conocemos. Una pelea en Ucrania sería, sencillamente, una locura.

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2 comentarios

  1. Pienso que Rusia debe mantenerse distanciada de la OTAN y no caer en las provocaciones de occidente porque EE.UU siempre está buscando una justificación para comenzar algún conflicto bélico. El capitalismo neoliberal imperialista no es aliado de nadie, solo le interesa la riqueza y el poder que se obtiene de la explotación de los recursos naturales.

    1. LA POLITICA INTERIOR EN LOS ESTADOS UNIDOS , BIDEN ESTA PERDIENDO POPULARIDAD , Y LAS ELECIONES ESTAN MUY CERQUITA PARA RELEGIR CANDIDATOS PARA EL SENADO Y CONGRESO ,EL LA SABE QUE VA A PERDER MUY GRANDE , NECESITA UN APOYO COMO BUSH EN EL ANO 2001 , LA GUERRA EN AFGANISTAN LO LEVANTO HASTA LOS DEMOCRATAS LO APOYARON , LA HISTORIA SE REPITE CON BIDEN , Y RECUERDEN NECESITAMOS ANEMIGOS PARA MANTENER LA INDUSTRIA MILITAR PRODUCIENDO

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