Un corte seco para la carrera de Bolsonaro

El Tribunal Superior Electoral inhabilitó al expresidente de Brasil para ocupar cargos públicos durante ocho años, pero el ultraderechista no se queda tranquilo ni un momento


Jair Bolsonaro no deja de acaparar titulares. Tiene una necesidad enfermiza de ser noticia y no importa el medio. Ahora ocupa la palestra pública después de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) lo inhabilitara por ocho años y, por tanto, no podrá concurrir a ninguna elección para un cargo público hasta 2030.

El exmandatario ha sido merecedor de un rosario de acusaciones durante toda su vida política y militar. / clarín.com

Por cinco votos contra dos, los jueces convinieron en que el antiguo militar abusó de su poder para crear un movimiento nacional e intentar anular el resultado de los comicios presidenciales de 2022, en los que perdió la reelección frente al actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva. El político de extrema derecha está acusado de hacer uso excesivo de su autoridad al emplear los canales de comunicación del Gobierno para promover su campaña y arrojar dudas infundadas sobre el sistema de votación electrónico del país.

Si bien el año pasado de cara a los comicios sus críticas fueron frecuentes, el caso en su contra se centra sobre todo en una reunión convocada por él el 18 de julio de 2022, en el Palacio Presidencial. Allí, ante medio centenar de embajadores, descalificó sin pruebas la transparencia del sistema electoral y la propia democracia de su nación. El acto fue transmitido por la televisión pública, bajo orden del entonces jefe de Estado.

Un asiduo a los tribunales

Sus entradas y salidas de los tribunales se iniciaron en su época militar. Bolsonaro fue imputado de conspirar para hacer estallar bombas en puntos estratégicos de Río de Janeiro en 1987, en protesta por los bajos salarios de la soldadesca. Condenado en primera instancia, recurrió y, aunque luego lo declararon inocente, tuvo que dejar el ejército por la puerta trasera.

Emprendió entonces la vía política como diputado. Era conocido por su nostalgia de la dictadura y sus exabruptos. Mas, para sorpresa de todos, su bien elaborado discurso de odio contra el Partido de los Trabajadores y su hábil uso de las redes sociales lo catapultaron a la presidencia de la república.

Desde la jefatura del Estado atacó de manera sistemática la democracia; alentó el golpismo; criminalizó a la oposición; despreció a las víctimas de la pandemia de covid-19, cuando murieron más de 700 000 brasileños y en la que, según dictaminó el Senado, cometió crímenes contra la humanidad. Asimismo, permitió el expolio de la Amazonia y llevó la polarización entre sus compatriotas a niveles extremos.

Pero ese “placer” por comparecer ante la justicia, lo arrastró desde inicios de 2023 en cuatro ocasiones a declarar ante la Policía Federal en el marco de varias investigaciones. En mayo pasado, negó su participación en la falsificación de certificados de vacunación contra la covid-19 investigada por las autoridades. Antes, compareció y volvió a desestimar cualquier intervención en los ataques contra las sedes de los poderes públicos en Brasilia perpetrados por sus seguidores. Y también por quedarse con unas valiosísimas joyas obsequiadas por Arabia Saudita en 2021. No obstante, enfrenta al menos otros 16 procesos administrativos en el TSE y es objeto de cinco investigaciones en la Corte Suprema.

“Hoy es día de fiesta, ¿OK?”

A pesar de ese aval criminal, promete mantenerse en la vida política y se mantiene en “campaña” a través de su tienda digital personal. En ese espacio acaba de poner en venta un kit de decoraciones para celebraciones con su imagen.

“Hoy es día de fiesta, ¿OK?”. Es el primer mensaje que se lee en la lona que preside el producto y se puede adquirir por 149 reales. El ultraderechista ofrece decoraciones para tartas y pasteles, sombreros, recipientes para dulces, así como un panel con los colores de la bandera brasileña y su imagen.

Su “bala de plata”

Tras lloriquear ante las cámaras y asegurar que recibió una puñalada por la espalda con la invalidación del TSE, Bolsonaro mostró lo que llamó “su bala de plata” para que la derecha pueda volver al poder en las elecciones presidenciales de 2026. Su esposa, Michelle Bolsonaro, podría ser la candidata, aunque él mismo admitió su falta de experiencia.

Michelle, su esposa, es la “bala de plata” guardada por Bolsonaro para lanzarla a la carrera política de 2026. / em.com.br

Para dejar claras sus intenciones, en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo, el cabecilla de ultraderecha afirmó que no se alejará de la política pese al fallo. De hecho, Michelle, aunque fue implicándose en política a medida que se estrechaba el cerco judicial en torno a su marido, ya tuvo una actuación destacada durante la pasada campaña presidencial.

El líder reaccionario también está esperanzado en la posibilidad, ya anticipada por algunos de sus correligionarios, de que el Congreso apruebe un proyecto de ley amnistiando a los condenados por delitos electorales en 2022. Esa decisión lo beneficiaría y lo volvería a habilitar políticamente.

Igualmente, la separación de toda actividad pública es solo por ocho años, por lo que podría disputar las presidenciales de 2030, programadas para octubre de ese año, cuando tendrá 75 de edad.

No obstante ese expediente cargado con toneladas de excremento, un detalle para no pasar por alto es que Bolsonaro fue también el candidato elegido por 49 por ciento del electorado brasileño en las últimas presidenciales y, hasta ahora, el principal adversario del presidente Lula. Esa parte de los votantes también hay que tomarlas en cuenta, pues ya demostraron en enero pasado hasta dónde pueden ser manipulables.

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Un comentario

  1. Cuándo alguien considera injusta una resolución de Tribunales, no cejará en revocarlo, por cualquier medio. Nada reprochable si considera estar en la razón. Se considera derecho de rebelión. Nada que reprochar.

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