Foto./ Gilberto Rabassa.
Foto./ Gilberto Rabassa.

Una feria de oportunidades, sí, de oportunidades para aprender

La XXXIX Feria Internacional de La Habana mostró un sutil cambio en la mentalidad de los empresarios cubanos. Ya el objetivo no es solo obtener un poco de financiamiento, sino encadenar los ciclos productivos, flexibilizar las trabas burocráticas y, más que nada, suscitar experiencias mercantiles

Por: Ricardo R. Gómez


Cifras alentadoras sobresalieron de la reciente edición de la Feria Internacional de La Habana, Fihav 2023:

De 63 países, participaron 844 empresas, más del doble respecto al año pasado y mejor que en 2020 y 2021, cuando por la pandemia de la covid-19 no se pudo organizar la feria.

Ahora mismo, existen en el país 334 negocios con inversión extranjera en operaciones: 52 están situados en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) y 172 son contratos de asociación económica internacional. De enero a noviembre del presente año, se aprobaron 30 nuevos contratos, 10 corresponden al sector del turismo y seis a la producción de alimentos. “No es un dato para sentirnos conformes”, admitió el director general de Inversión Extranjera del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera (Mincex), Carlos Luis Jorge.

Sin embargo, durante las cinco jornadas en Expocuba, la sede del evento, se formalizaron 150 instrumentos comerciales y jurídicos, entre los que se incluyen 24 contratos de exportación, 10 de importación y 82 acuerdos de cooperación y cartas de intención.

No son números arrolladores, pero al menos revelan indicios de recuperación en las relaciones comerciales luego de una recesión económica mundial.

Cuba necesita avanzar con un empujoncito externo. La cartera de oportunidades, actualizada en el marco del Sexto Foro de Inversiones, así lo evidencia: 729 proyectos, 21 más que en la cartera pasada, con un monto de inversión de 34 471 millones de dólares, superior a los 33 458 millones que se ostentaba antes del 7 de noviembre. Se incorporaron 84 proyectos, se retiraron 63 y se adecuaron 42. Del total de oportunidades de la presente cartera, 139 fueron emitidas por gobiernos locales (la vez anterior presentaron 104), 215 están vinculadas al sector alimentario (18 más que en 2022), y hasta aumentó la cantidad de posibilidades de exploración petrolera (121 contra su anagrama número de 112).

Tales datos demuestran una disposición de apertura por parte del Estado, así como la existencia de muchos negocios que aún no han podido obtener financiamiento externo.

“La actualización de la cartera de oportunidades evidencia la visión del país sobre la inversión extranjera como una fuente importante de obtención de capital para el desarrollo –dijo el funcionario Carlos Luis Jorge y agregó– no es suficiente lo que hemos hecho hasta ahora. Seguiremos ampliando y diversificando las oportunidades de negocios”.

También sobresalieron hitos en la feria: una presencia destacada de cubanos residentes en el exterior; mayor participación de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes); por primera vez, coincidieron en un pabellón las 15 provincias del archipiélago; se celebró el Primer Foro Internacional de Jóvenes Empresarios, al que asistieron representantes de 10 países…

Por primera vez, en una Feria de La Habana están representadas todas las provincias de Cuba./ Gilberto Rabassa.

Aparte de este aluvión de cifras e hitos, ¿qué más se puede interpretar de la feria?

Astucia y agilidad

El viceprimer ministro y titular de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ricardo Cabrisas, enfatizó el trabajo del gobierno por “eliminar obstáculos internos y minimizar el efecto negativo del bloqueo”, cuyo impacto, sumado a la crisis económica internacional, ha afectado la captación de divisas y los negocios foráneos en operación dentro de Cuba.

De paso, agradeció la voluntad de los empresarios que permanecieron a pesar de las adversidades. “Es una decisión soberana concederle un papel fundamental en nuestro desarrollo económico social, sin vender el país”, dijo y reiteró que se han ido actualizando las normas para flexibilizar las inversiones, porque “aún persisten demoras en la aprobación de los negocios”.

Y es aquel un punto esencial que trasciende cualquier cifra o hito de la feria: la flexibilización, el pragmatismo… esa mera voluntad basta para transformar el panorama mercantil cubano.

Uno puede tomar de ejemplo el caso de la industria azucarera, tradicionalmente proteccionista con sus capitales, aun cuando ya era evidente el deterioro de su infraestructura y volúmenes productivos, al punto de llegar a implantar récords de bajo rendimiento, sin poder cumplir con la canasta básica de la población.

No obstante –según dijo a BOHEMIA Madelín Olivera, jefa del Grupo de Relaciones Internacionales del grupo Azcuba–, desde la anterior cartera de oportunidades este sector empezó a abrirse sin rodeos a la inversión extranjera y, tras la reciente actualización, lanzó un total de 20 proyectos, entre los cuales, 16 tratan de modernización de centrales azucareros y producción cañera. “Estamos buscando clientes e inversionistas para nuestra industria”.

Incluso, la funcionaria arguyó que tienen “negocios un poco avanzados con inversores rusos y chinos, pero, firmado, no hay ninguno. Antes de marzo no deben refrendarse porque es un proceso muy largo”.

La nueva estrategia en el país ya no consiste solamente en buscar financiamientos frescos que se traduzcan en infraestructura, sino en crear bases sólidas a partir de concretar encadenamientos productivos que involucren tanto las cadenas de suministros, como la industria nacional y las redes de distribución para los productos exportables, una triangulación que funcione como cimiento del desarrollo a largo plazo.

“Cuba mantiene su visión de promover encadenamientos productivos efectivos y generar alianzas que revolucionen el desarrollo local e irradien hacia las provincias”, resaltó Cabrisas, quien añadió que el país apuesta, claro está, por la diversificación de los mercados, el acceso a las tecnologías, la sustitución efectiva de importación y la obtención de financiamiento externo. Sin embargo, también tiene en cuenta la necesidad de nuevas formas de empleo y la “captación de métodos gerenciales”.

Este último punto refiere un beneficio no cuantitativo que incentiva Fihav 2023, quizás más definitorio que cualquier cifra: el aprendizaje en materia empresarial. En definitiva, la feria es una escuela para muchos cuadros que apenas llevan tres años, desde el “reordenamiento económico”, incursionando en el mundillo del mercado y el lobby ejecutivo.

En el día inaugural en Expocuba, el presidente Miguel Díaz-Canel ya había dicho que las partes cubanas tendrán que aportar astucia y agilidad para que las nuevas posibilidades de negocio e intercambio comercial lleguen a firmarse.

En ese sentido, el viceministro del Mincex Roberto López expresó que la participación de las provincias en la feria “es muy importante, porque preparará a los directores provinciales, especialistas y empresarios, que pueden socializar, ver lo que hacen otros territorios y países, e intercambiar con empresarios cubanos y extranjeros; tener una visión de posibles negocios y alternativas”.

Crear redes, integrarse, exportar… ser rentables

“Nuestros esfuerzos siguen orientados a mejorar el clima para la inversión extranjera, fundamentalmente en sectores como el agroalimentario, el turismo, la minería, la energía renovable y el transporte”, dijo Cabrisas en la ceremonia de apertura de la feria.

En un contexto, en el que el 28 por ciento de las exportaciones corresponde a bienes y el resto a servicios, buscar un mejor balance a partir de un aumento de la producción agrícola se vuelve una tarea esencial, por no hablar de la escasez de tales insumos en el mercado nacional.

En el sector agroalimentario, se promueve la inversión en bienes exportables como cacao, café, miel, carbón y frutas, además de granos, arroz, carne de cerdo y pollo y pienso balanceado.

Debido a que no se han podido efectuar las importaciones necesarias para los procesos agrarios, dijo Javier Aguilar, viceministro de la Industria Alimentaria, que “se ha creado una capacidad industrial ociosa”. Sin embargo, él decidió ver el problema con la perspectiva del vaso “medio lleno” –y no “medio vacío”–, pues dicha situación ofrece oportunidades de negocios.

“Nuestras prioridades en la producción de alimentos abarcan la integración productiva con el resto de la economía del país, tanto en el sector estatal como en el privado, la diversificación de las exportaciones, la sustitución de importaciones, el acceso a la tecnología demandada y el desarrollo de la economía circular”, argumentó el directivo, quien agregó que su institución dispone de una amplia cartera de proyectos (215).

Por su parte, Luis Alberto Hernández, director del Grupo Agroalimentario, refirió que el propósito de su organismo es buscar tanto proveedores como clientes “que nos ayuden a conseguir los ingresos necesarios para poder seguir desarrollando la industria”.

Aún es un reto lograr que la industria alimentaria cubana alcance la capacidad de sustentarse financieramente y, más difícil, de solventar la demanda nacional, sobre todo cuando la obtención de divisas se vuelve en muchos casos la única vía para desarrollar la infraestructura necesaria para los productores.

Fernando Funes, presidente de la Mipyme Finca Marta, que cultiva, beneficia, procesa y comercializa productos agroecológicos, entiende la dificultad de este reto. “En Fihav 2023 estamos probando, fomentando y validando nuestro crecimiento como empresa situada en la ZEDM”.

“El potencial está en cómo podemos encadenarnos, crear una red e integrarnos a diferentes niveles”, opinó Fernando Funes, presidente de la empresa privada Finca Marta./ Gilberto Rabassa.

En palabras de Funes, su emprendimiento tiene un esquema de negocios de producción cooperada con distintos tipos de actores de la economía: “El potencial está en cómo podemos encadenarnos, crear una red e integrarnos a diferentes niveles. En cómo lograr la exportación. Los productores necesitan generar ingresos en divisa para poder reinvertir en su propio proceso productivo”.

En otros países –dijo– los grandes volúmenes de exportación se logran cuando el sector productivo se integra; ese proceso tiene que estar sostenido por articuladores, como lo hace la corporación Mondragón en España, la cual agrupa cientos de cooperativas y unas 70 000 personas. “Finca Marta aspira a establecerse como una empresa articuladora de procesos en el sector agropecuario. Queremos validar y multiplicar ese modelo de negocios”.

Transformar la matriz energética

Otro sector priorizado en la estrategia del gobierno es el de las fuentes renovables de energía, con múltiples proyectos de parques fotovoltaicos y eólicos en la cartera de oportunidades.

En un encuentro en la feria dedicado a este tema, resaltó el estrecho vínculo comercial entre Francia y Cuba. Jean Marc Liger, director de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) en nuestro país, dijo al respecto: “Como se trata de invertir y financiar actores, lo más importante es que esas inversiones puedan ser sostenibles en el tiempo”.

La Empresa importadora de objetivos electroenergéticos, Energoimport, buscó en esta feria no solo tener un contacto con proveedores, sino acercarse a las formas de gestión no estatal. “Se busca que se cambie la matriz energética del país a fuentes renovables de energía”, afirmó Miguel Antonio Earl Rivero, director de redes de la entidad.

En pos de esa meta, se encuentra también la empresa privada Renova, fundada en Camagüey en 2021, es un cliente asiduo de Energoimport que se dedica a comercialización e instalación de sistemas basados en energías renovables. A su vez, cuenta con más de 320 clientes en todo el país, entre Mipymes y el sector estatal.

Renova, una empresa privada que se dedica a la comercialización e instalación de sistemas basados en energías renovables, cuenta con más de 320 clientes en todo el país, entre Mipymes y entidades del sector estatal./ Gilberto Rabassa.

Rusbel Álvarez, jefe de comunicación, dijo que Renova busca en la feria ampliar el mercado, obtener nuevas oportunidades de negocios y contratos; en resumen, superar los resultados del año anterior.

El desempeño de este emprendimiento ha sido tan notorio que en esta edición de la feria expuso en el Pabellón Central, el más importante por su ubicación y tamaño en Expocuba (39 Mipymes ocuparon ese espacio entre las más de 140 entidades cubanas), mientras que en Fihav 2022 lo hizo en el Pabellón 18.

La influencia de las Mipymes parece crecer a un ritmo interesante, sobre todo cuando tales actores económicos apenas comenzaron a participar en la última feria.

Ante el ojo público

Durante la ceremonia de inauguración del pabellón mexicano, Miguel Ignacio Díaz, embajador de ese país en La Habana, mencionó uno de los principales reparos que existen a la hora de negociar con Cuba: básicamente, el bloqueo económico de Estados Unidos y un sinfín de sanciones financieras.

“Los empresarios mexicanos que hoy están en este pabellón vienen con la convicción de que se puede dialogar como se ha hecho antes y así resolver los problemas y buscar alternativas”, dijo y detalló que estaban asistiendo 25 compañías. De ellas, 11 vinieron por primera vez a una Feria de La Habana.

El estado de la nación azteca más representado fue Yucatán y los sectores principales son: agroindustria, inmobiliarias, agencias de viajes, transporte marítimo y terrestre, tecnologías de la información, bebidas y alimentos.

Si bien empresas mexicanas ya establecidas, como la elaboradora de cárnicos Richmeat, fortalecen su presencia en Cuba, otras con menos trayectoria aún estaban introduciéndose en el mercado nacional. Tales son los casos de Fábrica Maripeña y Paragua de la Península, ambas del sector agropecuario.

Y como México, otros países muestran interés por aumentar el intercambio comercial bilateral.

“Se ha podido constatar que Cuba no está sola”, afirmó Cabrisas y dijo durante el acto de clausura de la feria que fueron firmados varios acuerdos que sientan las bases para nuevas asociaciones económicas internacionales, principalmente con representaciones de España, Italia, Venezuela, Portugal, México, Alemania, Rusia, Brasil, Canadá, Vietnam y Mozambique.

Cabe resaltar un aumento de la presencia de Irán, China y hasta Francia, cuyo stand fue de los más populares en Expocuba.

Pareciera esta feria un reflejo de los cambios de las correlaciones en el mundo. ¿Una evidencia de la creciente multipolaridad? ¿Una mera competencia por un mercado casi “virgen”? ¿O quizás, el resultado de flexibilizar las políticas cubanas de inversión extranjera?

En cualquier caso, solo falta esperar a que esas declaraciones de intenciones se traduzcan en desarrollo y calidad de vida. O mejor: no esperar, sino aprender rápidamente a volverlo posible.

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