Los encuentros entre migrantes y la autoridad fronteriza de Estados Unidos ya tienen un récord histórico. A la par, crecieron las muertes de los que intentan cruzar la frontera desde México, ya sea a través del Río Bravo o por el desierto de Arizona.

Poca gente tiene tanta mala suerte como para morir solo por haber nacido. ¿Cómo es posible que nacer sea un crimen? En algunas zonas limítrofes con ciertos continentes este es un hecho común. No conocemos el nombre de las víctimas, pero sí sabemos sus miedos. O lo intuimos, que funciona igual.

Y esta sensación el artista español Francisco de Goya supo muy bien cómo describirla. En muchas de sus obras el pintor se colocó dentro de la vida de sus personajes y relató el sufrimiento de quienes estaban en un lugar equivocado o, según las palabras de la Inquisición, de aquellos que “nacieron en otra parte”.

Un siglo después de Goya, el novelista Bruno Traven describió una situación similar en su libro El barco de la muerte. En 352 páginas el autor cuenta el sufrimiento de un pobre marinero arruinado por la falta de pasaporte. Así, sentenció: “Nuestra era tiene el pasaporte para compensar las torturas de la Edad Media”.

En la actualidad, la relación entre la violación de derechos humanos y el sufrimiento sigue siendo muy estrecha. Estados Unidos de América es el ejemplo clásico de un país de inmigración. Sin embargo, a pesar de ser históricamente un gran receptor de personas, este proceso ha estado lleno de contradicciones. El viaje de los europeos fue acompañado por la exterminación de los pueblos originarios y el traslado de esclavos, cuyos descendientes, en términos generales, nunca han alcanzado los niveles económicos de los blancos.

En la actualidad el patrón de recorridos ha cambiado y las migraciones más conflictivas son las que provienen desde el sur. De hecho, la frontera entre México y Estados Unidos se convirtió en la más mortífera del continente en el año fiscal 2022.

Durante los últimos meses 853 personas murieron tratando de cruzar el límite entre los dos países. El número dado por las autoridades policiales estadounidenses no abarca todos los fallecimientos, pues solo cuenta a los procesados en territorio norteño. Aun así, la cifra ofrece una visión de la mortífera emigración que millones han emprendido en años recientes con el anhelo de alcanzar el “sueño americano”.

Los hallazgos de personas atrapadas en camiones, camionetas, maletas, cajas y vehículos ilegales se han hecho cotidianos. Pocas veces los grupos más vulnerables corren con la suerte de ser rescatados y atendidos a tiempo. La mayoría de las ocasiones sufren afectaciones en condiciones pésimas sin que nadie haga nada.

Muchos recuerdan la muerte de 53 latinoamericanos abandonados dentro de la caja de un tráiler en julio de 2022, el caso más terrible de tráfico humano en la historia de Estados Unidos, según la prensa de ese país. Los flujos migratorios siguen aumentando pese a las políticas restrictivas, los peligros del camino y la violencia generalizada.

Aunque las personas salen de sus naciones en búsqueda de seguridad y bienestar, lo que encuentran en el viaje entre la espesa Selva del Darién en el sur de Panamá, el triángulo norte de Centroamérica y el norte de México es una sucesión de riesgos, violencia y privaciones.

Sobre las formas de morir en la Inquisición

Desde Ciudad Juárez hacia el este, hasta su desembocadura en el Golfo de México, el Río Bravo determina el límite geográfico entre Estados Unidos y Latinoamérica. Se trata de un ecosistema hídrico no navegable, pues no es ancho ni profundo, pero su fuerte corriente y las irregularidades de su cauce convirtieron al ahogamiento en estas aguas en una de las principales causas de muerte.

Otras personas han perecido por las altas temperaturas del desierto de Arizona. También hay muchos fallecidos a manos de hacendados “cazadores” o miembros de la Patrulla Fronteriza que, por ejemplo, se han ensañado contra los grupos de haitianos.

Un informe de la televisora CBS News destacó que las morgues en Arizona y Texas se encuentran saturadas y no dan abasto para procesar y almacenar los cuerpos. El 1 de septiembre, nueve inmigrantes murieron al tratar de cruzar el río en el sector de Eagle Pass y 37 personas fueron rescatadas de las aguas en ese incidente. La mayoría de los cadáveres no fueron identificados ni reconocidos.

La cifra de muertes en el último año fiscal superó con creces el récord previo de 546 decesos registrado en el período anterior. Seguramente se trata de un conteo insuficiente debido a los límites de recopilación de datos, opinaron analistas, que ya en abril habían reportado que la Patrulla Fronteriza no registró índices completos.

En una declaración a la CBS, Cecilia Barreda, vocera de Aduanas y Protección Fronteriza, afirmó que los traficantes ponen en peligro la vida de los seres humanos solo para obtener ganancias. El pico reciente de fallecimientos, consideran los funcionarios estadounidenses, se atribuye al creciente número de personas que cruzan sin documentos.

Las autoridades federales a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos pararon 2.4 millones de veces a migrantes durante el año fiscal de 2022, la cifra más alta de todos los tiempos. Si bien el recuento incluyó 1.1 millones de expulsiones bajo la restricción de la era pandémica conocida como Título 42, así como un número significante de cruces repetidos, la ola también ha tensado los recursos del gobierno y creados retos humanitarios para la presidencia de Joe Biden.

Su Gobierno anunció a mediados de octubre que los venezolanos (sin patrocinantes estadounidenses) serían expulsados a México. El Título 42 provocó más de dos millones de rechazos en menos de tres años. Hasta ahora, no ha sido aplicado a la población proveniente de Venezuela.

Muchos solicitantes de asilo están varados. Sobreviven en condiciones extremadamente difíciles en las ciudades fronterizas y en otros lugares de México, con dificultades para acceder a la comida, el agua, el saneamiento, la atención médica y psicológica.

El actual mandatario del país norteamericano ha estado remiso en cumplir su promesa de construir un sistema migratorio seguro y humano que incluya la adopción de medidas rápidas para reabrir y proveer adecuadamente de recursos a la tramitación del asilo en la frontera sur.

Nunca antes como ahora tanta gente huye de situaciones adversas; mas, paradójicamente, nunca antes ha habido tantas situaciones adversas. La riqueza y el bienestar crecen a pasos agigantados para muchos, pero para muchísimos otros también crece su marginación, su falta de posibilidades, su precariedad. La dinámica social en curso, curiosamente, aunque se amplíe en potencialidades productivas, en tecnologías más efectivas, en racionalidad, no termina de resolver problemas ancestrales de la humanidad en cuanto a mejoramiento de las condiciones de vida, sino -por el contrario- para una gran mayoría las empeora.