El cerco económico es una verdad inocultable, totalmente tangible, y daña a cada familia cubana, incluidos los residentes en Estados Unidos y en otras naciones. Está dirigido a provocar la incapacidad del país y a dañar en extremo el engranaje integral para el desarrollo nacional, afirmó el canciller, Bruno Rodríguez Parrilla

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El bloqueo económico, comercial y financiero es el elemento que centra la política de Estados Unidos hacia nuestro pais. Durante más de 60 años, los sucesivos gobiernos de la Casa Blanca han intentado asfixiar al pueblo cubano y ese proceder escala hoy hacia una dimensión cualitativamente más dañina e inhumana, en el contexto de una inestable crisis global en los sectores sanitario, energético, alimentario y ambiental.

Ante esa realidad mundial, Cuba, adicionalmente, enfrenta el recrudecimiento sin precedentes de esa política obsoleta de Washington, afirmó este miércoles el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, al presentar ante la prensa nacional y extranjera el informe más actualizado sobre los efectos del bloqueo de Estados Unidos contra la nación antillana.

Aunque la política de Washington ha fracasado en su propósito fundamental de derrocar a la Revolución, ha provocado en corto tiempo un severo deterioro en el nivel de vida de la población. 

“Nuestro pueblo sufre en cada comida, cuando la familia cubana se reúne en la noche en apagón, cuando hay dificultades para garantizar un medicamento para un enfermo, nuestro pueblo sufre”, dijo, además, el ministro de Relaciones Exteriores.

Sin duda, y nunca huelga insistir, el bloqueo es una realidad inocultable, totalmente tangible y daña a cada habitante de este territorio, así como a los compatriotas residentes en Estados Unidos y en otras naciones. Está dirigido a dañar en extremo el engranaje integral para el desarrollo nacional.

Al respecto, el jefe de la diplomacia cubana expuso en detalle cada una de las afectaciones que sobre los ciudadanos tiene esta absurda, inhumana y cruel política. Por ejemplo, los daños acumulados durante seis décadas de aplicación de esa política ascienden a 154 mil 217.3 millones de dólares. Pero, al valor del oro en el mercado internacional, ha causado perjuicios cuantificables por la escalofriante cifra de un billón 391 mil 11 millones de dólares. 

Esta estrategia se acrecentó en los últimos años, con la puesta en práctica de medidas muy agresivas durante el Gobierno de Donald Trump y que, en su gran mayoría, aún permanecen vigentes, como continuación de la máxima presión. «La política de Biden es igual a la Republicana. No se han introducido cambios», afirmó Rodríguez Parrilla. 

Entre esas persistentes medidas citó la persecución a las empresas, buques y navieras que envían suministros de combustible al país, o la arbitraria e injustificada inclusión de Cuba en la lista unilateral sobre supuestos Estados patrocinadores del terrorismo. Este último —aseveró— es uno de los elementos más dañinos de la estrategia para aislar a la Mayor de las Antillas y provocar su descalabro económico.

Agregó que se suman el ataque a todas las fuentes de ingresos del país, la intimidación y extorsión a terceros y el reforzamiento de las presiones a Gobiernos, instituciones bancarias y empresarios de todo el mundo, prácticas que se han consolidado como parte esencial de la estrategia yanqui.

Altas cifras en pocos meses

Todo ese cerco económico, comercial y financiero, arreciado y mantenido durante los 14 primeros meses de Gobierno de Biden, ocasionó perjuicios ascendentes a los seis mil 364 millones de dólares, equivalentes a una afectación de más de 454 millones de dólares mensuales y más de 15 millones diarios. Solo entre agosto de 2021 y febrero de 2022 el bloqueo causó pérdidas a Cuba en el orden de los tres mil 806.5 millones de dólares, un monto récord para apenas siete meses. 

De no insistir Washington en esa brutal línea de acción, el Producto Interno Bruto de Cuba pudiera haber crecido  4.5 por ciento durante ese mismo periodo, señaló el orador.

Ante esta realidad es palpable que ella constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de los cubanos. Es el sistema de medidas coercitivas unilaterales más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno.

“El bloqueo continúa siendo el principal obstáculo para el desarrollo de todas las potencialidades de la economía cubana, para la implementación del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social y la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible”, subrayó el canciller cubano.

La actual administración de la Casa Blanca contradice cualquier interés real de retomar el camino iniciado durante la presidencia de Barack Obama, que propició notables avances en la relación bilateral. 

Persiste el empeño de generar carencias materiales, escasez, sembrar el desaliento, la insatisfacción y provocar daños al pueblo cubano, lo que se acompaña de un peligroso incremento de la agresión política, mediática, comunicacional, y un aumento inusitado de operaciones de desinformación, financiadas con fondos federales del presupuesto de Estados Unidos, reflexionó el canciller.

Con esas prácticas, contrarias al principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, se pretende fabricar una oposición política, generar desorden e inestabilidad en Cuba, fracturar el orden constitucional y el consenso social, alentar la migración irregular, así como afectar las condiciones de tranquilidad y seguridad ciudadanas en que vive el pueblo cubano, añadió.

En medio de escenarios complejos se recrudece el bloqueo 

El cerco comercial y financiero limita además cualquier posibilidad de progresar económicamente en medio de un escenario de grave crisis global, exacerbada por la pandemia de la COVID-19.

Precisamente durante los dos años de pandemia, la Casa Blanca, lejos de intentar aflojar la asfixia en medio de tan complejo escenario, recrudeció sus ardides contra Cuba y le impidió obtener en mercados estadounidenses el oxígeno para uso medicinal o los tan necesarios ventiladores pulmonares. 

Pero, gracias a la capacidad de resiliencia de los cubanos, se pudo avanzar con esfuerzos propios, sin lamentar grandes pérdidas de vidas humanas, recordó Bruno. 

Durante los últimos meses Cuba trabaja sistemáticamente en la búsqueda de una estabilidad energética bajo condiciones muy complejas, al limitarse la disponibilidad de las plantas generadoras por la falta de combustible, piezas de repuesto y otros recursos fundamentales para su reparación y mantenimiento.

El ministro aseguró que “los pocos proveedores que han decidido mantener el suministro de estos productos a Cuba han incrementado los precios considerablemente en función del riesgo país”.

En el periodo que recoge el informe, numerosos bancos suspendieron sus operaciones con Cuba, incluyendo las transferencias para las compras de alimentos, medicamentos, combustible, piezas de repuesto para el sistema energético nacional y bienes para la población, continuó.

Decenas de misiones diplomáticas nuestras en el mundo perdieron su relación con los bancos que tradicionalmente les prestaban servicios, por el temor a represalias del Gobierno de los Estados Unidos.

En cuanto a la producción de medicamentos, Rodríguez Parrilla sostuvo que Cuba es capaz de elaborar más del 60 por ciento del cuadro básico que necesita la población, pero esos niveles no se han podido garantizar durante meses debido al impacto del cerco en la capacidad de pago para adquirir las materias primas.

En otra parte, afirmó que “es cierto que Cuba puede adquirir alimentos en otros mercados. Y es cierto que adquiere alimentos, incluso en Estados Unidos, pero el bloqueo priva a Cuba de los recursos financieros indispensables para hacer esas compras en Estados Unidos o compras similares en terceros mercados”.

La imposibilidad de acceder a tecnologías médicas con más de un 10 por ciento de componentes estadounidenses, la necesidad de recurrir a rutas de transportación alternativas con un elevado costo adicional y la creciente negativa de instituciones financieras y bancarias en diversos países a tramitar operaciones con Cuba siguen impidiendo realizar transacciones con los proveedores de los insumos necesarios, agregó.

Esas limitantes –dijo– generan importantes gastos adicionales, múltiples carencias y desabastecimiento en el sistema nacional de salud.

En la intervención, el titular agradeció que, en su esfuerzo por el levantamiento del bloqueo, Cuba cuente tradicionalmente con el respaldo de la inmensa mayoría de la comunidad, y recordó que durante las sesiones del más reciente período de sesiones de la Asamblea de Naciones Unidas más de 40 jefes de Estado o Gobierno pidieron a Washington el levantamiento del bloqueo. 

“En este contexto de especial complejidad, reiteramos nuestro agradecimiento por ese valioso apoyo y esperamos contar nuevamente” con los votos “a favor de nuestro proyecto de resolución”, que será presentado ante la ONU el próximo 2 de noviembre, declaró.