“Nuestro discurso con relación a la racialidad ha estado enfocado sobre todo hacia la misma comunidad afrodescendientes, que las personas que la integran se reconozcan, se identifiquen, se conecten con lo que son a nivel esencial y florezcan”.
Adriana acaba de llegar de unos trámites que debía hacer esta mañana. Ahora, en el segundo piso de un edificio de la calle San Ignacio, en la Habana Vieja, nos ofrece café mientras saluda a una pareja que llega buscando un pullover y nos conduce al recién estrenado salón de belleza que abrieron en la trastienda del local.
Este podría considerarse el epicentro actual de Beyond Roots, a pesar de que los inicios del proyecto se remontan a Guanabacoa, donde todavía vive su fundadora. Ahora, buena parte de su cotidianidad y la de la marca transcurren en esta parte de la ciudad, donde, en apenas un rato, impartirá, en colaboración con otros negocios, un taller solo apto para mujeres.
Así son los días de Adriana Heredia Sánchez, creadora de Beyond Roots, un emprendimiento con enfoque social, que ha diversificado sus líneas de trabajo a lo largo de los seis años trascurridos desde su origen como una experiencia turística en la plataforma Air B&B hasta el pasado 13 de mayo, cuando se convirtió en una pequeña empresa, y después de eso.
De esas perspectivas y los retos para materializarlas, de las características de su trabajo y un poco más, conversó con BOHEMIA.
—¿Cómo ha evolucionado el negocio desde su fundación en 2016?
—Beyond Roots ha crecido orgánicamente. Lo que comenzó como experiencias educativas para las personas que venían a la Isla y tenían interés en la cultura afrocubana, pronto nos llevó a entender un segundo problema que era la carencia de suvenires que de una manera u otra conectaran con el conocimiento que habían adquirido de esa identidad y cultura.
“Eso nos lleva a plantearnos la posibilidad de abrir una tienda que, en un primer momento, se concibió para vender suvenires, un espacio donde los turistas pudieran encontrar artesanías con un significado enfocado a la conexión con las raíces. A partir de ahí, nos dimos cuenta de que si ya estábamos creando la infraestructura para abrir una tienda sería mejor entonces que fuera estilo afro en sentido general”.
Explica que la decisión estuvo mediada por las carencias que sufrió al querer llevar su cabello natural y la certeza de que, como ella, otras mujeres no encontraban los productos adecuados ni los accesorios que querían utilizar, ni mucho menos turbantes, ropa colorida…
“Una vez abierta la tienda, entendimos que las personas más que productos necesitaban información, orientación y sobretodo sentirse parte de algo, acompañadas en este proceso que —para las mujeres, sobre todo— es complicado.
“Complejo porque significa romper con estereotipos, adaptarse a una nueva forma de verse y aprender a amar un cabello que te enseñaron a odiar. Así, llegamos a la tercera línea de trabajo que era la organización de eventos y luego, ya que teníamos infraestructura creada para producir los pullovers, nos decidimos también a crear nuestras propias colecciones de ropa. Finalmente incursionamos en una quinta línea de trabajo que es la impresión serigráfica en diferentes formatos. Además, recientemente tenemos un nuevo bebé que se llama ‘Beyond Roots Salón’, porque muchas veces nos solicitaban servicios de atención personalizada al cabello”, detalla.
—¿Tienen encadenamiento productivo con otros emprendedores?
—Desde el primer momento entendimos que queríamos crear un espacio lo más integral posible y partimos de la concepción de que solos no íbamos a poder lograrlo. Por ello, nos dimos a la tarea de conectar con diferentes emprendedores que estuvieran alineados con los conceptos y valores que estábamos proponiendo, manteniendo sus propias marcas, pero con una línea específica solo para Beyond Roots.
“En la actualidad esta forma de relación se mantiene, no solo con la tienda, sino también con la organización de eventos. Todo el tiempo estamos tratando de conectar con la comunidad emprendedora”.
—¿Qué impacto tuvo la pandemia para Beyond Roots? ¿Cómo se han reinventado a partir de ella?
—La pandemia fue un tiempo de sobrevivencia, no tiene otra forma de denominarse. Ahí nos dimos cuenta de que el modelo de negocio que habíamos construido no era sostenible. Desde el inicio nuestra intención era poder brindar productos necesarios y hasta el momento ausentes en el mercado, sobre todo aquellos dirigidos al cuidado del cabello, partiendo del entendimiento, además, de que las comunidades afrodescendientes no se caracterizan por tener el mayor poder adquisitivo.
“La concepción nunca fue poner a la mano de las personas un producto que resultará extremadamente caro e inaccesible. Al principio teníamos las experiencias turísticas y nos daban una fuente constante de ingresos, sobre todo en divisas, lo que nos permitió crear un mecanismo de reciclaje con lo cual captábamos las divisas con esa actividad y podíamos vender a unos precios muy competitivos. Cuando llegó a la pandemia y la tienda empezó a operar sola fue un momento súper estresante, porque nos dimos cuenta de que no era sostenible. Los precios que habíamos pactado no nos permitían no sólo tener margen de rentabilidad, sino que nos generaban cuellos de liquidez todo el tiempo, con lo cual tuvimos que reinventarnos.
“En esa etapa también reforzamos la idea de que Beyond Roots era, más que una marca comercial, una comunidad. Comenzamos a trabajar de manera muy activa en las redes sociales, generando espacios de compartir conocimiento. A pesar de que al inicio la pasamos bastante mal, la pandemia terminó siendo un período de expansión de la marca”.
—Una de las líneas que ha defendido es el rol educativo de Beyond, ¿cómo se expresa?
—Empieza desde que alguien llega a la tienda y le enseñamos sobre su cabello, textura, forma cuidarlo. Cuando empezamos a borrar de su vocabulario palabras que en última instancia denigran, hacen reproducir estereotipos; el rol educativo está al ponerte un pullover que dice “yo amo mis rizos” y salir con tu melena, orgullosa, caminando por la calle, en ese momento te conviertes en un educador, porque envías un mensaje fuerte, decidido, a quienes te pasan por el lado, estás contribuyendo a combatir cualquier concepción negativa que exista alrededor del pelo afro y lo estás naturalizando.
“El proceso educativo lo vemos, por supuesto, en nuestros eventos, donde generamos muchísimo intercambio, lo mismo sobre productos naturales que tú mismo puedes preparar en casa que en otras líneas, ahora, por ejemplo, estamos incursionando en temas de autocuidado, desarrollo personal. Nosotros vemos la educación en todo lo que hacemos”.
—¿Cuál cree que es el aporte de Beyond Roots en el debate sobre racialidad en la Cuba de hoy?
—El discurso de Beyond Roots con relación a la racialidad ha estado enfocado sobre todo hacia la misma comunidad afrodescendientes, que las personas que la integran se reconozcan, se identifiquen, se conecten con lo que son a nivel esencial y florezcan. Ahí ha estado nuestro principal aporte.
—¿Cómo mantienen equilibrio entre actividad comercial y activismo?
—El concepto fundamental de Beyond es que comunicamos lo que sentimos. Cuando invitamos a las personas a deconstruir estereotipos, a encontrarse, a sentirse libres, a desaprender todos los estándares que nos han inculcado, lo hacemos desde el conocimiento de un proceso que nosotros también vivimos de forma personal. Entonces, todo fluye muy orgánico.
“Desde el primer momento he defendido que Beyond Roots es un emprendimiento. Más allá de que muchas personas nos consideren un proyecto por el impacto social que hemos tenido, realmente nacimos con el fin de realizar una actividad comercial y eso no se contrapone con los valores y los conceptos que transmitimos a la comunidad ni, en última instancia, con el trabajo social y comunitario que como marca nos hemos propuesto realizar. Considero que el hecho de que estas sean las características de nuestro surgimiento es lo que nos ha permitido escalar, ser sostenibles. La comunicación es costosa: las imágenes de alta calidad, tener un equipo de diseño, contar con personas que apoyen con la gestión de redes… por tanto, si no tuviéramos una actividad comercial de trasfondo no hubiéramos podido financiar la actividad social comunitaria que desarrollamos”.
En este sentido, Adriana reconoce que han sido objeto de críticas, pero asegura que su postura no ha variado. Primero, el reconocimiento como emprendimiento, segundo, entender que esto no resulta algo negativo y, tercero, la voluntad de generar un impacto social positivo alrededor de la actividad comercial.
“¿Emprendiendo podemos generar impacto social alrededor de nuestra actividad comercial? Perfecto, de hecho, era lo que queríamos, porque nosotros somos nuestros principales clientes y beneficiarios y eso creo que es lo que le ha puesto muchísimo corazón al proyecto. Creo que el emprendimiento es una herramienta de empoderamiento económico. A pesar de una pandemia y de un montón de restricciones, Beyond Roots es un proyecto que está en constante evolución y crecimiento y eso, sin una actividad de trasfondo que nos permitiera financiarlo, nos haría dependientes de ayudas externas y nuestra capacidad de actuación estaría muy limitada”, sentencia.
—¿Qué retos tiene el emprendedurismo hoy en nuestro país?
—Emprender en sí ya es un reto, no solo en Cuba, sino en el mundo entero. Pensando en los que vivimos los emprendedores en la Isla, son muchos. Hablemos de los principales, de lo que hoy nos apremian más.
“Primero, indiscutiblemente, la imposibilidad de acceder a divisas a no ser que exportes directamente, lo cual parte del supuesto de que todos los emprendedores en Cuba tienen la capacidad suficiente para exportar, obviando las barreras que existen en la entrada hacia los mercados exteriores, la escalabilidad que debe tener tu proyecto para hacer las producciones masivas que requiere el comercio exterior y, de otro lado, obviando también que, aunque tu proyecto tenga los fondos en CUP para escalar a esa magnitud, la mayoría de los insumos y de las maquinarias se adquieren en dólares. Ese es el principal reto que tenemos como emprendedores, no solo el tema de acceder al MLC, sino también a la moneda dura fuera de Cuba, ya que muchísimos proveedores a la hora de importar exigen que pagues a través de una cuenta bancaria en el exterior.
“A este problema se añade la imposibilidad de poder declarar el valor real que tienen nuestros costos de insumos, nuestras inversiones, ya que las pymes forman parte del circuito empresarial, se consideran personas jurídicas, y el tipo de cambio oficial reconocido es a uno por veinticuatro, con la cual todas las distorsiones desde el punto de vista monetario y cambiario que venía arrastrando el sector estatal se están traspasando al sector privado también.
“Otro punto es la dificultad para acceder a insumos. No solo de importación, adquirir cualquier tipo de insumos para tu emprendimiento, que puede ir desde café o papel sanitario hasta pullovers para imprimir los diseños, con lo cual se generan constantemente cuellos de botella en la producción o ineficiencias en el servicio que se ofrece.
“Además, hoy en día es muy difícil encontrar fuerza de trabajo calificada en el mediano y largo plazo. La fluctuación laboral, que imagino no sea un problema solamente de los emprendedores, sino a nivel país, es extremadamente alta. Afecta los niveles de productividad y eficiencia, ya que hay que redoblar tiempo y esfuerzo en entrenar al nuevo personal que se va incorporando constantemente a la empresa”.
—¿Cómo fue el proceso para convertirse en empresa?
—En mi caso particular, convertirme en pyme no fue complicado. Existe una plataforma y el proceso estaba muy automatizado, sin embargo, la parte dura radica en empezar a sentirte y a actuar como una empresa.
“Cuando eres emprendedor tienes el foco puesto en hacer, crear, sacar los proyectos adelante, pero ahora asumir la formalidad que supone dirigir una empresa conlleva toda una serie de trámites, procesos burocráticos, procedimientos nuevos, reglas contables a las que te tienes que adaptar y realmente es lo que nos ha costado un poquito de trabajo, porque supone ponerle una estructura muchísimo más pesada a un emprendimiento que, de por sí, trabajaba de una manera muy ágil, fluía de forma muy natural. Ahora estamos tratando de insertarnos en todos estos mecanismos, que no dejo de reconocer que son importantes, tienen su propósito, pero no deja de ser complejo”.
Adriana pasó de creadora, estratega, líder, comunicadora, amante de hablarle a su comunidad, pasar tiempo en la tienda y conectar con los clientes, a ser la Adriana de oficina, constantemente reunida con la junta administrativa, revisando contratos, papeles, estados contables, cuentas por cobrar y pagar. “Ha sido un giro de ciento ochenta grados”, según comenta.
—¿Cómo conviven la pyme y el PDL en Beyond?
—Divinamente. Tenemos un proyecto de desarrollo local, Centro de las raíces, que agrupa tienda, peluquería y a futuro un pequeño café. Digamos que es la parte de Beyond Roots enfocada en satisfacer las necesidades de la comunidad, la parte que brinda servicios o productos directamente a la población, mientras que la pyme se dedica a la parte productiva y su público objetivo es el sector empresarial.
—¿Cómo visualiza Beyond Root en los próximos años?
—En los próximos años visualizo un Beyond Roots expandido, que no se quede en La Habana, sino llegue a diferentes provincias del país. Que el epicentro de la capital sea muy grande, con un hermoso café donde nuestra comunidad pueda sentir que es un punto de encuentro y conexión. Un Beyond Roots formador en concepto de emprendimiento como herramienta de empoderamiento y, precisamente, eso es lo que estamos preparados para transmitirle también a nuestra comunidad. Beyond Roots seguirá creciendo, seguirá formando, seguirá escalando y, nada, muchísimo ashé para Beyond Roots.
CRÉDITOS
Texto: Laura Serguera Lio y Dariel Pradas
Fotos: Christian Suárez Castro
Video: Anaray Lorenzo Collazo
Edición: Yissel Alvarez
3 comentarios
Muy bonito y merecido trabajo para Beyond Roots. He visitado el lugar y la atención es muy profesional y los artículos tienen buena calidad. Éxitos para Adriana y sus proyectos.
He visitado y consumido en la tienda la atencion es muy buena y actualmente utilizo la crema Q Negra, muy buena por cierto para el cabello rizado, les deseo muchos exitos en su trabajo.
Gracias por el artículo.Pronto visitaré el local.