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¿Biden vs. Trump?

La cuenta regresiva para las elecciones en un contexto particular ya ha comenzado y el enfrentamiento político se perfila entre dos viejos conocidos


¿Bajo cuál liderazgo se espera que quede el Gobierno de Estados Unidos? ¿El de Joe Biden, quien busca la reelección a pesar de la apatía electoral? ¿O el de Donald Trump, que utilizó las fuerzas armadas para reprimir protestas y disidencia? La realidad es que no hay novedades en la política norteamericana, con la lucha entre uno que procura continuar su mandato y otro que confía en su capacidad mental para regresar al Salón Oval.

El peligro para el actual presidente radica en buena medida en la falta de entusiasmo debido a las dudas sobre su edad, su capacidad mental y al costo de vida. También, ciertas políticas, como el genocidio perpetrado por Israel en Palestina y el manejo de la inmigración, alejan al público, especialmente los jóvenes.

Según una reciente encuesta del diario The New York Times, en cinco de los seis estados que probablemente definirán el resultado final, Donald Trump supera a Biden en las preferencias. Otros medios, como CBS News, ABC News/Ipsos y Morning Consult Bloomberg, confirman esta tendencia. Las estadísticas muestran que, en casi todos los temas electorales principales, las personas confían más de 10 puntos (22 en el tema de la economía) en el expresidente. Los análisis concluyeron que la disminución del apoyo al actual mandatario es generalizada en casi todos los grupos demográficos, pero especialmente impactante entre los votantes menores de 35 años, los afroestadounidenses y los hispanos, mientras Trump está obteniendo niveles de apoyo antes inimaginables entre ellos.

Donald Trump enfrenta juicios por cuatro acusaciones criminales diferentes./ pagina12.com.ar

El desafío para el gobernante es buscar formas de convencer a los trabajadores del país norteamericano de que vale la pena participar en el sufragio y ofrecerles razones para decidir a favor de su partido, que hasta hace poco se presentaba como el representante de los obreros.

Por otro lado, el contendiente más sólido, el exmandatario, enfrenta juicios por cuatro acusaciones criminales diferentes, incluyendo fraude, intentos de subvertir una elección y manejo ilegal de secretos de Estado, además de amenazar con deportaciones masivas y guerras religiosas. Tiene éxito, en parte, por lograr ser percibido como una persona alejada de un sistema corrupto que no puede aprobar los 12 proyectos de ley necesarios para financiar el presupuesto federal, no puede frenar la “invasión de extranjeros en la frontera” y que solo desea cobrar más impuestos para dárselos a gente que no quiere trabajar.

Sus competidores para la nominación republicana y sus aliados dentro del Congreso y en los gobiernos estatales han adoptado muchas de estas mismas posiciones, desde su rechazo a libertades y derechos civiles, hasta promover educación conservadora y la prohibición de libros.

Muchos de ellos promueven la mitología del outsider, que tiene otros representantes en figuras como Javier Milei, en Argentina; Jair Bolsonaro, en Brasil; y el partido Vox de España. “La historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa”, solía decir Karl Marx y resulta ya una suerte de ritornelo. Trump quizás sea la farsa de EE.UU.

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