Caribeñas y universales de la mano de Flora Fong

Además de la pintura y el dibujo, Flora Fong García incursiona en la cerámica, el vitral, el diseño de tejidos y la confección de papalotes con la técnica oriental.
Además de la pintura y el dibujo, Flora Fong García incursiona en la cerámica, el vitral, el diseño de tejidos y la confección de papalotes con la técnica oriental. / Foto: Leyva Benítez

Entre girasoles y palmeras arremolinadas seducen miradas de mujer; cada gesto, semblante, expresión –tras la mascarilla o el abanico– devela una historia desde el portento de ojos inquietos, vivaces que, en una descarga visual de colores, líneas y trazos, no deja lugar a equívocos: es Flora Fong García (8 de noviembre de 1949).

Esta sobresaliente creadora de la plástica contemporánea cubana vuelve a conectar culturas, con la exposición personal La nasobuqueña tropical, exhibida en el habanero Museo Nacional de Artes Decorativas (MNAD), como parte de la 14ª Bienal de La Habana y para rememorar dos aniversarios: los 502 años cumplidos por esa urbe y los 72 de la fundación de la República Popular China.

Cuando el sol, es luz de vida (2021), La cubana (2021) y La enfermera y también la paciente (2021) proyectan la impronta femenina desde diversas miradas.
Cuando el sol, es luz de vida (2021), La cubana (2021) y La enfermera y también la paciente (2021) proyectan la impronta femenina desde diversas miradas. / Foto: Leyva Benítez

Trece pinturas con técnica mixta (acrílico, óleo-pastel) integran la muestra, concebida durante el confinamiento por la covid-19, con ese espíritu vibrante e indagador que singulariza a la obra de la artista, dada en hallar cruces indelebles al conjugar la sensualidad antillana y la perseverancia asiática.

Ya sea con abanico o nasobuco, las obras exhiben originalidad y cargan un mensaje de profundo lirismo que traduce el drama vivido durante los meses más duros de la covid-19.
Ya sea con abanico o nasobuco, las obras exhiben originalidad y cargan un mensaje de profundo lirismo que traduce el drama vivido durante los meses más duros de la covid-19. / Foto: Leyva Benítez

“Para mí era importante dejar testimonio de los rostros con nasobucos imprescindibles, vistos en las largas colas en los establecimientos donde se venden los alimentos y útiles del hogar”, escribió Flora Fong en las notas al catálogo, en el cual cuenta cómo surgió la idea de crear estas pinturas que tienen como referente principal a la Gitana tropical, de Víctor Manuel, ícono de rostro femenino en la plástica cubana, cuya preeminencia resulta insoslayable.

En conjunto la exposición supone un coqueteo simbólico con las identidades cubana y china.
En conjunto la exposición supone un coqueteo simbólico con las identidades cubana y china. / Foto: Leyva Benítez

Con las piezas exhibidas dialoga un conjunto de porcelanas proveniente de la cultura oriental. Y en uno de los cuadros Fong recrea cierta estampa del pintor Cornelis Pronk, que da nombre a la vajilla La dama del parasol, atesorada en el MNAD y que perteneciera a María Luisa Gómez Mena, condesa de Revilla Camargo, quien fuera una gran coleccionista. Los personajes que sirven de inspiración a la artista cubana llevan nasobuco y la sombrilla (parasol) exhibe girasoles al estilo de la artífice.

Un nuevo catálogo invita a disfrutar y atesorar re-producciones de estas obras.
Un nuevo catálogo invita a disfrutar y atesorar reproducciones de estas obras. / Foto: Leyva Benítez

Aun cuando La nasobuqueña tropical supone un coqueteo simbólico con las identidades cubana (palmeras, flores, ciclones) y china (abanicos, rasgos de los ojos, colores, sinogramas), su esencia como obra de arte es de una universalidad impresionantes, lo cual deviene una de las principales virtudes de la muestra.

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