Foto./ Iván Martínez.
Foto./ Iván Martínez.

Pinceladas de una gira

El Ballet Nacional de Cuba impresiona a los seguidores de la danza durante su recorrido por varias ciudades europeas


A teatro lleno han sido las funciones del Ballet Nacional de Cuba (BNC), durante el inicio de una extensa gira que llegará a ciudades de España y Portugal con la versión completa de la obra Don Quijote, interpretada por destacadas figuras de la compañía.

En el Teatro Campoamor, de Oviedo, empezaron las funciones, en el contexto del Festival de Danza que, en marzo último, se celebrara en la ciudad del Principado de Asturias.

Tras la resonancia de las presentaciones en esa urbe, la compañía ha seguido cautivando a los públicos. Arribaron al Teatro Villamarta, de Jerez de la Frontera, en Andalucía, para difundir algunos detalles del modelo de aprendizaje y entrenamiento de la escuela cubana de ballet.

La velada conmovió a profesores y alumnos, adolescentes entre 12 y 18 años de la especialidad de Danza Clásica del Conservatorio Profesional de Danza “Maribel Gallardo”, de la propia región andaluza, los que tomaron clases impartidas por la profesora Consuelo Domínguez.

También presenciaron ensayos de la esperada función de Don Quijote, que tuvo como protagonistas figuras del relieve de Anette Delgado, Dani Hernández y Estefanía Hernández, entre otros.

Estudiantes y profesores del Conservatorio Profesional de Danza Maribel Gallardo en los ensayos de la compañía en pasajes de Don Quijote. / Iván Martínez.
Junto a estudiantes del centro danzario andaluz posaron la directora general del BNC Viengsay Valdés y Genesia Kindelán, bailarina y profesora cubana radicada en el país ibérico. / Iván Martínez.

De acuerdo con informaciones difundidas por el servicio especial del departamento de Prensa del BNC, el colofón del encuentro tuvo un matiz especial cuando el público aclamó largamente a los artistas de una manera diferente a la tradicional con el aplauso por bulerías, a modo de homenaje a los bailarines de la mayor de las Antillas.

“Había en ese aplauso, rítmico y sensual, muestras de euforia y de complacencia exacerbada, que un golpeo del suelo con los pies, tan acompasado como las palmadas, hacía más “vibrante, espontánea y festiva la ovación”, reveló Ahmed Piñeiro Fernández, especialista de Prensa de la compañía.

A la salida del Villamarta, un aluvión de jóvenes estudiantes volvió a ovacionar a los artistas cubanos en un gesto de deferencia, admiración y respeto hacia nuestros bailarines y, en general, a toda la cultura cubana.   

A la salida del Teatro Villamarta, en emotivo gesto, también los jóvenes estudiantes ovacionaron a los artistas cubanos. / Iván Martínez.

  

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