Clarita García: Luz que enseña y enamora

Foto. / Jeiddy Martínez Armas

Ella hace honor a su nombre, tiene una personalidad etérea. Aunque su nacimiento fue en el municipio de Artemisa y su infancia en Caimito, Bauta la acogió desde los 15 años, justo en la época en que ingresaba en la Escuela Nacional de Arte. En este municipio habita desde hace más de una década. Emociona ver hablar pausada y dulcemente a quien en la vida real se nombra Clarita González García.

– ¿Cómo fueron tus inicios en la actuación?

–Yo era de esas alumnas que siempre participaban en los matutinos, y me ponía a cantar. En preescolar mi mamá me llevó a un concurso en el que gané el primer premio con Vinagrito, a partir de ahí monté mis obras de teatro en la secundaria.

“En 9º grado aprobé las pruebas de la ENA y empecé un recorrido de cuatro años allí, como alumna de Yanet Caraballo Soto, Liset Silveiro, Yailín Coppola, Fernando Hechavarría, Yaremis Pérez. Luego de graduarme me quedé trabajando con Carlos Díaz en Teatro El Público. Después, en el ISA, fui discípula de Alexis Díaz de Villegas. El personaje de Amalia es un homenaje a todos los maestros que he tenido.

“Durante ese tiempo en el que estudiaba y trabajaba hice varias obras con Carlos, con las cuales viajábamos, y tuve igualmente la posibilidad de hacer televisión”.

– ¿Qué ha significado el teatro para ti?

–Lo es todo, de ahí venimos, es lo que más practicamos en la escuela. De cierta manera la televisión enamora en otros sentidos, pero el teatro es el templo, allí siempre hay que regresar.

Aunque más conocida por su presencia en la TV, Clarita García exhibe una fructífera trayectoria en el teatro.
Aunque más conocida por su presencia en la TV, Clarita García exhibe una fructífera trayectoria en el teatro. / Cortesía de la entrevistada

“Constituye un privilegio subir al escenario y pertenecer a Teatro El Público durante tantos años, mi resguardo es estar ahí en vivo, en el aquí y el ahora, trabajando para una audiencia en la cual el espectador 300 tiene que sentir tu energía, entender tu historia, llevar la vida del personaje; la conexión entre ellos y el actor que tienes al lado es una experiencia única. Lo primero que hice en este grupo teatral fue El otro cuarto, mi tesis de graduación en cuarto año.

“He actuado en La otra orilla, bajo la dirección de Alexis Díaz de Villegas (hubo desnudos, era como un aprendizaje muy intenso y me siento muy feliz de haber participado); en Noche de reyes, en la que Carlos me puso a interpretar un personaje que no tenía nada que ver con la obra de Shakespeare: una niña parecida a Pilar que entraba, decía poemas y presentaba a su muñequita; eso me gustó mucho, porque fueron 100 puestas en escena y las 100 las pude hacer.

“Asimismo intervine en Cien gotas de agua sobre piedras calientes, junto a Héctor Eduardo, Héctor Medina e Ismercy Salomón, éramos cuatro personajes en escena. Sentí mucha seguridad y concentración para olvidarme un poco del público, estar inmersa en la actuación, desinhibirme y hacer los desnudos, todo fue muy bien, esta obra me marcó mucho.

“Hice también Perros que jamás ladraron, muy polémica y diferente, bajo la dirección de Rogelio Orizondo; igualmente actué en El Decamerón, interpretando a la Negrita, inspirada en el teatro bufo cubano. En Las Amargas lágrimas de Petra Von Kant representé a la madre de Petra, alguien que tiene 65 años, lo cual exigió una caracterización más rigurosa.

“Con Antigonón, un contingente épico, hemos ido de gira a los Estados Unidos, Alemania y México. Han sido experiencias maravillosas además, porque ha significado trabajar para otro público”.

– ¿De qué manera han influido en ti los miembros de tu familia?

–Es la mayor bendición que tengo. Mi madre casi lo ha dejado todo, para ayudarnos a mí y a mi hermana a estudiar, crecer y aprender a llevar la vida con nuestros hijos sin abandonar los sueños ni la carrera. Mis familiares me alientan, me dan la mano, como dicen en El Mago de Oz: ‘no hay lugar como el hogar’.

“Soy muy dichosa porque tengo dos padres: el biológico se llama Rolando, actúa con su payaso desde mi infancia, he ido creciendo viéndolo en sus actividades; a los 14 años empecé a trabajar con él en las vacaciones, me creó un personaje de payasita. Eso me sirvió mucho para perder el temor a presentarme a la Escuela Nacional de Arte, porque ese trabajo con los niños me hizo entender cómo es ese contacto entre público, actores, estar en el escenario y la energía que necesitas tener.

Con su padre biológico, Rolando González. / Cortesía de la entrevistada

“Mi otro padre, Rodolfo, me crio desde los ocho meses. Ha estado conmigo en los momentos más difíciles y aunque no se ha relacionado con el arte, tiene una gran sensibilidad, desde niña me habló de Meryl Streep, ponía en la casa música de Silvio, Pablo, Sabina, es alguien con una cultura muy especial, crecí con eso”.

– ¿Cómo llegaste al papel de Amalia en la serie Calendario y lograste representarlo verídicamente durante la filmación?

–Ha sido el casting más bonito que he hecho, no sentí tanta presión con respecto a lo que me rodeaba, sino conmigo misma, pues me pongo muy nerviosa. Me enamoré desde un primer momento del personaje, traté de buscar el vestuario adecuado y el títere (el mismo que luego se quedó para la puesta), me aprendí el poema y lo hice lo mejor posible; me propuse representarla de excelente manera, no fue difícil.

“No todos los días tienes un personaje tan bello en las manos, con el cual puedes homenajear a tus profesores, a los directores que también son educadores y a tu familia. Al mismo tiempo es contradictorio, porque casi entra en una escuela de conducta, ha perdido a su madre, vive con el padre y el hermano; tiene ese mundo interno martiano creado por su maestra Martha, que la salva.

“Ya durante la filmación, en cada escena tenía presente de dónde venía Amalia; en la segunda temporada también ocurre así, porque ese pasado nunca la abandona.

“En su relación con Martha es la niña tímida que sabe que fue rescatada por ella y siente vergüenza; pero en su aula, es la actriz que necesita enamorar, seducir a los alumnos y poner la mayor energía para que ellos ‘se enganchen’, por decirlo de cierta manera. También es diferente en su relación con el padre y el hermano, vuelve a ser esa Amalia conflictiva en la casa, lo cual es hermoso, porque te permite encontrar diferentes matices del ser humano al cual representas.

“Me estoy encontrando de nuevo con esos matices en la segunda temporada: la Amalia que sale del pasado aún está ahí, porque aunque trates de corregir y de evolucionar hay cosas que no se van y la hacen imperfecta, como somos todos.

“Cuando empezamos los ensayos yo le decía a Magda: ‘¡Ay, pero ella no puede ser tan buena y perfecta, por mucho amor y generosidad que tú lleves dentro, también tienes sombras!’. Comenzamos entonces a pensar en sus defectos: ella padece problemas de autoestima, resentimientos, temores, se puede volver amargada, los gestos a la hora de comer los realiza sin tanto refinamiento, porque ella vive con su padre, quien no ha tenido tiempo para educarla en ese sentido. Con la profesora Odalys, al inicio de la primera temporada, Amalia fue incluso autosuficiente y orgullosa; sin embargo, para los alumnos está llena de amor.

Escena del video clip El vuelo del Moscardón, dirigido por Raupa. / Cortesía de la entrevistada

“El personaje y yo tenemos muchos puntos en común, me da alegría decirlo; y que Amílcar Salatti lo haya concebido con tanta profundidad, verdad y sensibilidad fue un verdadero regalo. A veces leía el guion y me decía: ‘Está escrito como para mí’. Me sentí muy identificada, aunque la payasita que yo hacía en la vida real junto a mi papá era más traviesa.

“Esa alegría interna por haber trabajado con los niños tiempo atrás me sirvió de mucho; durante la filmación los padres, los pequeños y yo nos olvidamos de las cámaras, era realmente muy gratificante, como una actividad de verdad. Me llena de seguridad y alegría mostrar un poco lo que había vivido con mi padre.

“Creo igual que ella en el amor como camino de salvación, en la bondad. Amalia, de cierta manera, es más decidida que Clarita, se enfrenta mejor a los obstáculos, yo a veces dejo un poco que las cosas vayan solas. Otra similitud entre ambas: en la secundaria, la maestra me encomendó ayudar a un muchacho del aula llamado Lázaro; cuando Magda me habló del personaje de Orestes –interpretado por Ernesto Codner–, me sentí reflejada, es una de las razones que me hicieron presentarme al casting”.

–¿Alguna anécdota, algo que te haya impactado?

–Pasaron muchas cosas filmando en la primera temporada, una de las más bonitas y emotivas fue cierta escena de Amalia con Orestes, en la cual los dos terminamos tan “cargados” que tuvimos que entrar al cuarto de vestuario y empezar a llorar.

–La enseñanza de la Literatura es la pasión de Amalia, quien cree aún en el poder de un buen maestro. ¿En qué te has inspirado a la hora de encarnar el personaje?

–Me prestaron un libro de Dulce María Loynaz, con una encuadernación preciosa: Fe de vida, ahí leí su poesía y fragmentos de sus novelas, así como su biografía. Es un texto que conservo y tengo cerca. También las Cartas a María Mantilla, de Martí, me inspiraron, igual que la poesía de Nicolás Guillén, asimismo tuve como referencia varias películas, como Hello Hemingway.

En el personaje de la Negrita, inspirada en del teatro bufo cubano. / Cortesía de la entrevistada

–¿Cuán necesaria era una serie sobre este tema, para sensibilizar a los jóvenes?

–Magda y Amílcar coincidieron en una reunión donde muchos alumnos expresaron que ellos veían a los profesores como seres apartados; y ella dijo: “Hay que escribir una serie donde los muchachos consideren al maestro como un amigo, un familiar, una persona que les dedique tiempo a ellos y a la cual amen”.

Calendario ha tenido tanto éxito porque los estudiantes –y las familias– se sienten identificados, la serie toca sus problemas, la hicimos para que sus seres queridos y los profesores busquen una mejor manera de acercarse a los conflictos de los adolescentes, animarlos, entusiasmarlos, ver de qué modo ‘se enganchan’ con las clases, que ir a la escuela sea una motivación y una alegría”

–¿Nos puedes hablar sobre la segunda temporada?

–Va a ser un poco más profunda que la primera, con mayor cantidad de sombras, se va a enfocar más en la vida de los estudiantes, dentro de sus casas, con los padres. Martha va a desempeñarse como directora de un preuniversitario, Amalia trabajará allí, donde matricularon algunos de sus alumnos de noveno grado. Ella enfrentará nuevos conflictos, aflorará aún más esa parte oscura e imperfecta. A veces se me olvida que hicimos la primera temporada, es como empezar desde cero”.

–¿A pesar de que en la televisión actuaste en Mucho Ruido y Entrega, ha sido Calendario la que más te ha aportado en lo profesional y en lo personal?

–Creo que sí; la verdad, nunca pensé que desde el primer capítulo el público fuera a reaccionar de esta manera. Ha sido muy hermoso. Cuando salgo a la calle la gente me recibe con amor, como si fuera un familiar, a mí eso nunca me había pasado, estoy muy feliz, este personaje me va a marcar por un buen tiempo.

–Si lograras protagonizar una película, ¿qué director quisieras que te liderara? ¿Con cuál actor o actriz desearías compartir algún proyecto?

–¡Qué compromiso! Quiero mucho a Alejandro Gil y me agradaría sobremanera ser dirigida por él, pero tengo el sueño de hacer una película de época con Fernando Pérez. Trabajar con Laura de la Uz me encantaría, ella es alguien a quien admiro muchísimo.

–¿Cuáles son tus otros empeños actuales y futuros?

–Además de la segunda temporada de Calendario, tengo un proyecto muy lindo, con Mariela López, la directora de Mucho Ruido; me tiene muy entusiasmada, será una versión del telefilme Casa de Muñecas. Va a salir pronto una película que hice con Alejandro Gil: MPM, en la que interpreto a un personaje muy peculiar, una vendedora. En el teatro, Carlos Díaz está a la espera de empezar a ensayar una versión de Orlando, de Virginia Wolf, una gran puesta que incluiría a todos los actores de la compañía, con su sello brillante.

–¿Algún mensaje para tus seguidores?

–Agradecerles tanto amor, espero que sigan disfrutando de Calendario y recibiendo todos los mensajes para estar mejor, seguir evolucionando y creciendo, convertir las cosas en maravilla.

Junto a otros actores de Calendario durante la filmación de la primera temporada. / Cortesía de la entrevistada

 

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En la TV

Todavía estudiaba en cuarto año de la ENA cuando fue parte de la serie juvenil Mucho Ruido. Igualmente antes de Calendario, actuó en el cuento Final del juego, dirigida por Rafael Cheíto González; en Los colores de la vida, bajo la conducción de Miguel Sosa; y en la telenovela Entrega, cuyo director fue Alberto Luberta. También participó en programas infantiles como Qué come, que dice, una serie dirigida por Marta Recio.

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Un comentario

  1. Me encantó Amalia, Clarita y la entrevista. Gratificantes e inspiradores el personaje, la artista y su testimonio, bien gestionado por la colega Jeiddy; lo amplifiqué con gusto en mis perfiles de Facebook y Twitter.

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