¿Cómo fue el otro año distinto?

En 2023 tendremos Juegos Centroamericanos y del Caribe, y también Juegos Panamericanos


El casi nuevo almanaque que tenemos colgado en las paredes, o si es pequeño guardado en las billeteras, nos trae algo que solo ha ocurrido una vez en la historia del deporte.

Sí, en un mismo año tendremos Juegos Centroamericanos y del Caribe, y también Juegos Panamericanos.

La terrible pandemia de la covid-19, obligó a aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para 2021 (con igual numeración), en los cuales, por cierto, Cuba logró una excelente actuación al ubicarse en el lugar 14. La cosecha fue de 7 medallas de oro-3 de plata-5 de bronce, para un total de 15. Esta prórroga trajo como consecuencia reajustes en las fechas de estos dos eventos.

Vamos a repasar una vez más la historia:

La ocasión anterior fue en 1959, debido a la feliz caída en 1958 del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez (23 de enero de ese año), más elecciones generales, lo cual motivó se cambiaran para 1959 los Centroamericanos y del Caribe (6 al 18 de enero). Ellos tenían como fecha inicial del 2 al 18 de diciembre de 1958.

Luego vinieron, tal y como estaban previstos, los Juegos Panamericanos de Chicago (27 de agosto al 7 de septiembre).

Los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe se iban a realizar en Ciudad de Panamá, como debía haber sido, en el año 2022. Lo primero que sucedió es que los del Istmo renunciaron a su organización, argumentando que los fondos destinados a ellos se iban a emplear en la lucha contra la pandemia. Después de esa alarmante noticia se vio que en definitiva la grave enfermedad no lo hubiera permitido.

La organización deportiva regional enseguida se empeñó en que no perdieran la continuidad. Anunció que iba a hacer todo lo posible. Y surgieron como candidatas de fuerza Mayagüez (Puerto Rico), y San Salvador (en definitiva la próxima sede), algo definido luego de un proceso algo lento. Sí, también por la pandemia.

Los nuevos anfitriones, informaron que no iban a ser del 12 al 27 de mayo, como estaban previstos, sino de 23 de junio al 8 de julio, poco más de un mes después.

Los Juegos Panamericanos han transitado por aguas más tranquilas: deben ser en Santiago de Chile, del 20 de octubre al 5 de noviembre de 2023.

Tampoco se olvida que ya dos veces Chile renunció a una sede. La primera fue en 1975, la de los séptimos, cuando el golpe de Estado del también general y dictador Augusto Pinochet. Ante el caos los salvó Ciudad de México, que ya había acogido los segundos (en 1955). Y la segunda en 1987 (con los décimos). Estos estos últimos los montó la ciudad estadounidense de Indianápolis, después de que La Habana parecía tenerlos seguros. Ello originó una gran tensión; se llegó a un acuerdo: organizaríamos los de 1991.

Unos datos más sobre algunas ciudades aquí mencionadas:

San Salvador ya tuvo la tercera edición (en 1935), y la décimo novena (en 2002), a la que Cuba no envío representantes, según se explicó de forma oficial, por falta de garantías para la seguridad de su delegación.

Panamá organizó la cuarta edición (1938) y la oncena (1970), nombrados de forma extraoficial como “los Juegos de Cuba”. Nuestra delegación se adueñó en ellos de la cima en la tabla de medallas: 98 de oro, 60 más que las de México (segundo lugar), y 63 más a las que alcanzamos cuatro años antes en San Juan 1966.

Mayagüez, cuyos ciudadanos se quedaron ahora con las ganas, acogió la vigésimo primera (2010), también sin cubanos, por no tener garantías de trato semejantes al resto de las delegaciones por parte de Estados Unidos, cuyas leyes rigen en esa ínsula (un Estado Libre Asociado).

Nos ha parecido importante recordar hechos más o menos recientes, y otros de la historia, pensando en los nuevos lectores de crónicas deportivas, o en aquellos que ya tenían conocimientos de estos puntos y deseaban recordarlos.

Nos quedaron cosas por contar. Ya volveremos…

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