Conocer, pensar y actuar

Estrategias de un programa televisual y de foros de pensamiento influyen en la continuidad de diálogos necesarios para seguir estimulando la cientificidad y los razonamientos genuinamente revolucionarios


Lejos de cerrar temáticas, discusiones, intercambios de ideas y búsquedas de soluciones, los congresos suelen abrir nuevas vías para facilitar debates y colocar en la mira prioridades e interrogantes que pueden facilitar la toma de decisiones en beneficio de la cultura y la sociedad.

Así ocurrió a partir del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, celebrado en junio de 2019. La continuidad del evento ha tenido seguimiento mediante diferentes foros en instituciones, espacios radiales y televisivos.

Por su parte, la membresía de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) ha destacado que solo desde la cultura es posible erigir sólidos paradigmas culturales. Lo ratifica en el programa Paréntesis (Cubavisión, Canal Educativo, 6:30 p.m.). En cada emisión las pautas de elaboración de las entrevistas se apoyan en una meticulosa exploración de las obras de los jóvenes artistas y sus dinámicas creativas.

Por supuesto, ningún espacio agota el socrático y poderoso vehículo de la conversación, pues la curiosidad incontenible siempre conduce al encuentro de hallazgos, pensamientos y reflexiones.

Lo patentizó un reciente encuentro en la sede nacional de la AHS donde concurrieron sus representantes de todo el país. Entre ellos lideró el reclamo de seguir estimulando la participación de los críticos y expertos en el diseño e implantación de una estrategia para el desarrollo de la crítica cultural, artística y literaria sobre los medios y en todos los medios posibles.

O sea, lo que se visibiliza en la pantalla tiene continuidad en el aquí y ahora como debe ser en la práctica. Nunca es ocioso repetirlo, Cuba tiene el desafío específico que le plantean los planes subversivos y desestabilizadores contra nuestro gobierno y un segundo desafío más global: el trabajo de conquista cultural que se extiende sobre el mundo a partir de los centros hegemónicos del Norte. Ciertamente, la descolonización tiene que ser una tarea cotidiana, sistemática, ética, responsable, transformadora porque el avance colonizador aparece de modo omnipresente.

Son imprescindibles en ese hacer y acontecer los saberes que robustecen cada obra creativa. Durante otro encuentro trajo a colación esta urgencia una experta en programas radiales, Caridad Martínez, Maestra de Juventudes, máxima distinción que otorga la AHS. Reconoció la valía en todos los escenarios del método propuesto por el célebre actor y director Stanislavski: “Hay que hablar con la mayor sencillez posible, sin patetismo, sin efectos de entonación faltos de sinceridad, ni un énfasis exagerado en la palabra”.

Foto. / Leyva Benítez

Varias generaciones aprenden de su manera de vivir el arte radiofónico desde la realización. Gustan de verla en ejecución, interiorizan que las construcciones mediáticas son mediaciones de procesos entre los sujetos sociales y sus realidades, interpretarlos permitirá aprehender lo autóctono, lo valioso, rechazar lo banal.

En la comprensión de la naturaleza comunicativa es clave la cultura dado su carácter de proceso productor de significados, pues vivimos en el mundo llamado de la postelevisión, la telefonía celular, el imperio de internet, las redes sociales, contenidos servidos a domicilio, los cuales facilitan la confección de un paquete propio.

¿Qué hacer ante tal avalancha? En primera instancia, ofrecerles a los públicos las herramientas para orientar su brújula en medio de la incontenible y pródiga hojarasca seudocultural.

Conocer, pensar y actuar exige un basamento científico, no se improvisa sobre la marcha. Los programas de TV deben tener una identidad propia, sus componentes influyen en el sentido del texto audiovisual, incluso, el inocuo en apariencia, connota una filosofía. Esta debe ser desentrañada mediante el análisis y el estímulo de la inteligencia.

Lo aseveró otro Maestro de Juventudes de la AHS, el inolvidable intelectual Fernando Martínez Heredia, al presentar en la sala Charles Chaplin el filme Che, un hombre nuevo, de Tristán Bauer, el 5 de octubre de 2010: “Todo su trabajo, su vida y su ejemplo van en busca de lograr que la riqueza cultural acumulada se reparta y llegue a ser para todos. Este llamado tan fuerte y tan logrado, a que todos nos sirvamos del Che, y que le aseguremos su grandeza del único modo digno y factible, que es continuando su camino, su pensamiento y su obra, aprendiendo con él a crear realidades y a pensar, a soñar futuros factibles, a sonreír, construir y pelear”.

Pensemos en esto.

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