Dedicada a la pintora Frida Kahlo, la composición pareciera sobrecargada, pero cada uno de sus elementos decodifica la historia personal de la artista azteca. / Foto: Leyva Benítez

El mito bíblico de la primera mujer, surgida de una costilla, volvió a cautivar desde su singular consistencia poética con la exposición personal Ex-Libris: La Huella de Eva, exhibida en la habanera galería Villa Manuela, de la sede nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Sobre el universo femenino en el ámbito de la creación discurrió el poeta, diseñador y artista visual matancero Rolando Estévez Jordán, quien con especial acierto y coherencia amalgamó palabra e imagen para concebir piezas conectadas a la literatura, las artes visuales y escénicas, a partir de una mirada plural que desanda los avatares artísticos y conceptuales del libro-arte como modalidad y soporte de expresión, valiosos para recorrer la memoria y la espiritualidad humanas.

“Ex-Libris: La Huella de Eva, etiqueta y rotula las ideas en cajas dentro de cajas, envoltorios o valijas, que son la antítesis del mítico recipiente de Pandora. Aquí las instrucciones son abrir para dejar escapar al exterior la huella de la trascendencia de la mujer en la historia”, ha escrito la curadora de la muestra, Yamila Gordillo, acerca de la selección donde confluyen elementos, estéticas, estilos diversos, y se percibe con nitidez meridiana referentes vinculados al minimal y al arte povera.

Multiplicidad de lenguajes y discursos armonizan y/o se contraponen en este conjunto de piezas con hechura de libro-objeto, libro-instalación y libro-performance, que sin duda, se apartan del paradigma convencional de un texto y convidan a leer poesía desde pautas inusitadas.

“Cualquier intento por abarcar la obra de Estévez no debe olvidar que es un poeta que pinta y al mismo tiempo un artista visual que poetiza realidades y lecturas”, señaló la crítica de arte, profesora y editora Carina Pino Santos, en sus palabras al programa, también un original libro-arte.

Durante más de tres décadas ese autor ha experimentado con las cualidades expresivas que ofrece este sui generis formato del libro; y explayado intelecto e imaginación para crear y (re)crear auténticos y únicos ejemplares, a partir de su condición de diseñador gráfico, primero en Ediciones Vigía y luego, desde 2013, en Ediciones Fortín, donde fundó un proyecto exclusivamente dedicado al libro-arte.

La pintura, el dibujo, la grafía personal, el collage, las imágenes impresas, disímiles objetos integran el acervo de técnicas empleadas por el artista en la exposición; junto con la variedad de materiales, en su mayoría de desecho (papeles de distinto gramaje, fibras y tejidos textiles, metales, elementos naturales e industriales), componen un conjunto que, si bien pudiera parecer abstracto, asume un peculiar sentido simbólico.

Textos de Nancy Morejón, Ruth Behar, Norge Espinosa, Digdora Alonso y tres de la autoría del propio Estévez Jordán (dedicados a Frida Kahlo, María Elena Moliner y Edith Piaf) forman parte de los libros de artista, como también se les denominan.

Las obras recurren al más exquisito lirismo, a lo anecdótico, e incluso algunas frisan en lo irónico y hasta en lo sarcástico. Con una mirada atenta y avezada, el espectador logra discernir la historia de vida de su protagonista.

Las huellas de la migrante (Ruth), la sapiencia liberadora (Digdora y María Elena), el infortunio agazapado en la gloria (Frida y Edith), el legado de los ancestros (Nancy), lo femenino desde la diversidad (Norge), son temáticas en las que el artista ha decidido indagar.

Con esta muestra Estévez dignifica la impronta de la mujer creadora en la cultura cubana y universal, en tanto marca su preeminencia y permanencia en la historia y para todos los tiempos.

Así enaltece Rolando Estévez Jordán a la diseñadora cubana María Elena Moliner. /Foto: Leyva Benítez