Cuba-Japón: La espiritualidad de una amistad nonagenaria

Hirata Kenji, embajador en La Habana, personifica el rostro japonés de la amistad. / Jorge Luis Sánchez Rivera
Hirata Kenji, embajador en La Habana, personifica el rostro japonés de la amistad. / Jorge Luis Sánchez Rivera

Fascinación. Esa es la palabra exacta para definir lo que sentimos por los japoneses. Impresión que ha ido transmutándose además en gratitud, debido a la cooperación y a la amistad del llamado País del Sol Naciente. A pesar de la distancia geográfica y cultural, y de las diferencias de idiosincrasia y de sistemas políticos. La simpatía mutua prima por encima de estos en apariencia insalvables obstáculos.

Desde 1998, la colaboración del pueblo japonés con la mayor de las Antillas se ha expresado en 130 acciones en la modalidad de asistencia financiera no reembolsable para proyectos comunitarios de seguridad humana, ascendentes a 203. 06 millones de dólares. La tercera secretaria de la embajada de Tokio en La Habana, Mamiko Ito (también presente en el intercambio con la Revista), nos facilitó amablemente una tabla donde se visualiza cada uno, en todo este tiempo, y a lo largo y ancho de Cuba. El primero se dio el 18 de marzo, como Programa de asistencia a niños y adolescentes con diabetes mellitus insulinodependientes, ejecutado en Camagüey, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. Gracias a él, dichos segmentos poblacionales accedieron a insulina y tiras de test. Mientras, el último proyecto contabilizado oficialmente se puso en marcha en Villa Clara, el 14 de febrero de 2020, siendo entregados equipos agrícolas y de procesamiento con el fin de apoyar el aumento de la producción de alimentos y la cadena de valor (en tres cooperativas) de los municipios de Manicaragua y Camajuaní. Hechos que hablan por las claras sobre la sensibilidad de Japón hacia nuestro pueblo.

Podemos añadir otro dato. En uno de los picos de la covid-19, el gobierno japonés –en conjunto con la Unicef– donó cerca de tres millones de dólares para que enfrentáramos en mejores condiciones la pandemia. Arropada con estos antecedentes, Bohemia quiso saber un poco más de primera mano. El embajador, Hirata Kenji, de inmediato accedió a recibirnos, agradeciéndonos el interés.

Dejar un impacto positivo

El diálogo se abrió asociado a los Proyectos con Ayuda Financiera No Reembolsable: ¿Por qué su Gobierno se abstiene de cobrarlos, qué principios lo animan a tan altruista actitud? He aquí la respuesta: “No son una transacción comercial, sino que forman parte de nuestra cooperación al desarrollo con Cuba. Queremos mostrar nuestra voluntad, nuestra amistad, nuestro sentimiento de solidaridad hacia el pueblo cubano, por eso extendemos este tipo de cooperación. Como con Cuba tenemos cuestiones de deuda pendiente, optamos por este mecanismo”.

También puntualizó que existen otros métodos de cooperación, como la técnica, desplegadas tanto en seminarios de capacitación, el envío de expertos o la asistencia a proyectos comunitarios. “La ayuda no reembolsable muestra más eficazmente nuestra voluntad de trabajar con los cubanos”, recalcó el entrevistado.

Por el bienestar

Contó que recientemente estuvo en Ciego de Ávila y Baracoa, para una donación de equipamientos agrícolas. Pronto “voy a inaugurar el Proyecto de donación de mejora de las condiciones higiénico-sanitarias en el municipio de Centro Habana”. Y aunque habló de la actualidad, precisó que desde hace décadas Japón ha hecho en la Isla aportes diversos: en la agricultura, en la pesca, en la educación, en la esfera sanitaria, en la médica. Mencionó además el apoyo para la recuperación de desastres naturales. Redondeó esa panorámica con la siguiente idea: “Por supuesto, estamos en la busca de buenos proyectos, donde podamos dejar un impacto positivo”.

Nos expresó su deseo de añadir algo importante: “Estas son nuestras acciones de cooperación. A pesar de todo, hay expectativas de la parte japonesa con la cubana; por ejemplo, en las ceremonias de entrega estoy diciendo siempre lo mismo. Los equipamientos donados tienen una cierta vida de utilidad, pero esa vida puede ser más larga, dependiendo del uso, de su mantenimiento, y cuidado. Siempre le pido a los receptores, por favor, ¡cuídenlos! Es una expectativa. Bueno, ¡ojalá sea así!”

De política y de deporte

¿En qué estado se encuentran las relaciones políticas y parlamentarias entre Cuba y Japón?, pregunté; y esto fue lo que conocí: “La pandemia ha tenido un cierto impacto, porque para las relaciones políticas o parlamentarias es importante tener intercambios, visitas, encuentros al alto nivel”. Recalcó que la incidencia de la covid-19 ha provocado un alejamiento temporal en estos ámbitos. “En el caso de grupos parlamentarios, el de Amistad Japón-Cuba, su presidente, el señor Furuya (Keiji Furuja), iba a venir, pero todavía no se ha materializado”. En cuanto “al de Amistad Cuba-Japón, el señor Martínez, (doctor Eduardo Martínez Díaz), presidente de BioCubaFarma, en estos dos años ha sido muy activo, ha tenido que concentrarse en su trabajo. Entonces, una vez terminada toda esta ‘maldad’, pasaremos la página de la historia, y en adelante quizás podamos reanudar las visitas mutuas”. En diciembre de 2018, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en el contexto de los 120 años de la migración japonesa a nuestro país, recibió al señor Furuya.

Al principio del presente texto omití que el embajador habla un español fluido, por lo que el encuentro discurrió como charla amena, donde una idea se hilvanaba con otra. En un momento dado se hizo alusión a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021: “Se celebraron en unas pésimas condiciones, y las cosas se complicaron mucho. Participé en la ceremonia de abanderamiento del equipo cubano, donde participó el presidente (Díaz-Canel). Yo deseo felicitar a todos los cubanos, especialmente a los que obtuvieron un magnífico resultado, y no solamente estoy hablando de las medallas; también en esa ceremonia un orador hablaba de la moralidad, de ser campeones morales. Creo que los deportistas cubanos, no solo por sus medallas, también mostraron esa moralidad”. Luego de este reconocimiento, se lamentó de que la situación “no les permitiera salir de los recintos, intercambiar con japoneses, conocer el lugar. “¡Qué pena!”, exclamó, al tiempo que, con optimismo, insistió: “Por lo menos, afortunadamente, pudimos organizar el evento. Lo mínimo, pero fue lo máximo que pudimos hacer bajo circunstancias tan desfavorables”.

La delegación cubana a los Juegos Olímpicos Tokio 2021 fue abanderada por Miguel Díaz-Canel. / Estudios Revolución
La delegación cubana a los Juegos Olímpicos Tokio 2021 fue abanderada por Miguel Díaz-Canel. / Estudios Revolución

De cultura, amistad y espiritualidad

Nuestras relaciones bilaterales diplomáticas ya celebraron sus 90 años, potenciadas desde lo cultural. Hirata Kenji explicó que esa área de la embajada fue donde la pandemia pegó más duro. Sin embargo, informó que en diciembre pasado se reanudaron algunos eventos. “El primero –dijo– fue la exposición de calendarios. Lo hicimos junto con la Casa de Asia. Cada año nos envían una serie de calendarios del Ministerio de Relaciones Exteriores para esa exposición, y luego los regalamos. Son siempre de Ikebana (arreglos florales), un arte de nuestra cultura”. Orgullo pleno el suyo por ese tipo de almanaques, que “son un adorno, una belleza, combinados con la utilidad”. Ponderó la calidad de la impresión, “muy alta, que no huele”. Nos develó algunas de sus costumbres: “Es muy común en Japón que empresas, instituciones, los regalen a finales del año, para que se les recuerde para toda la vida. Es como un método para mantener el contacto”. Un mentís a la tan propagada creencia de que viven en “burbujas” aisladas.

Enfatizó, no obstante, que para su misión no son prioridades las actividades culturales que pueda hacer la embajada propiamente dicha. “Lo más importante es apoyar más bien las actividades voluntarias o autóctonas que realizan los propios cubanos. Queremos acompañarlos. Sorprendentemente, en Cuba hay varios grupos relacionados con la cultura japonesa. De artes marciales: aikido, karate, kendo, judo… De varias tradiciones nuestras: ceremonia del té, arreglos florales o el juego del go. Grupos de aficionados de bonsáis. Y entre los más jóvenes, grupos de manga, de anime. Mi prioridad es apoyarlos moralmente. Es sorprendente que haya tantos, desde La Habana hasta Santiago de Cuba, y alguno de ellos realizan eventos impresionantes, como en el caso de Camagüey o Santiago”.

El Club Cuba Bonsái se fundó en noviembre del año 2013. En este tiempo de pandemia ha funcionado de manera virtual. / ipscuba.net
El Club Cuba Bonsái se fundó en noviembre del año 2013. En este tiempo de pandemia ha funcionado de manera virtual. / ipscuba.net

El embajador de Japón en Cuba, Hirata Kenji, presentó ante Díaz-Canel sus cartas credenciales apenas hace unos meses, el 23 de junio. De ahí que considere prematuro saber qué se llevaría de la mayor de las Antillas al partir. Siendo aguzado observador, ya ve escenas que le impresionan.

En un momento de la conversación, el diplomático lamentó mucho que Cuba “tenga relaciones muy, muy difíciles con los Estados Unidos”. Mas fue totalmente honesto: “Estados Unidos de América es el único aliado para Japón, pero Cuba es un país amigo, y ojalá, sinceramente, que nuestros amigos también sean amigos”. Enfoque este constructivo y solidario.

Hirata Kenji definió a su país como un conjunto de “islitas que no tenemos nada; entonces hacemos esfuerzos para levantarnos, dificultad tras dificultad”. Animada en ese enunciado, acoto que, siendo así, Cuba y Japón seguirán caminando firmes hacia el alcance de la meta, perennemente en movimiento.

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Un comentario

  1. Otro avance en nuestras relaciones internacionales con un país excepcional por su cultura, historia ,economía y magnífico ejemplo de verdadera diplomacia constructiva y respetuosa, agradecida

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