De vuelta por “el Castillo encantado”

De vuelta por “el Castillo encantado”.
/Anaray Lorenzo Collazo.

Es difícil esquivar la mirada ante el impetuoso edificio que se erige a pocos metros del malecón habanero. Una construcción de ocho pisos se levanta sobre la otrora Loma de Taganana, en el Vedado, combinando los estilos ecléctico, Art Deco, neoclásico y morisco.

Poco más de nueve décadas han pasado desde aquel diciembre de 1930 cuando se inauguró el Hotel Nacional de Cuba (HNC). La historia se respira desde su exterior y una vez dentro, seducen al visitante la conservación de los rasgos de la época fundacional y las más novedosas técnicas de la hotelería.

Hasta “el Castillo encantado”, como lo llamara Alejo Carpentier, llegan miles de turistas nacionales y extranjeros curiosos de experimentar la exquisitez del servicio que caracteriza al Hotel Museo; distinguido además por ser Monumento Nacional e inscrito en el registro Memoria del Mundo.

Adentrarse en la innovación y restauración no debe perder de vista la preservación de los valores históricos que atesora, entre estos documentos, libros y fotos de las distintas etapas desde su fundación. De igual forma, matizan el ambiente singulares esculturas, pinturas, relojes antiguos, muebles de estilo inglés y óleos de pintores cubanos de las primeras décadas del siglo XX.

Esta misma institución lo declaró Memoria del Mundo y es además Monumento Nacional desde 1998. Adentrarse en la innovación y restauración no debe perder de vista la preservación de los valores históricos que atesora, entre estos documentos, libros y fotos de las distintas etapas desde su fundación. De igual forma, matizan el ambiente singulares esculturas, pinturas, relojes antiguos, muebles de estilo inglés y óleos de pintores cubanos de las primeras décadas del siglo XX.

De vuelta por “el Castillo encantado”.
El número de visitantes aumenta paulatinamente desde 2021. /Anaray Lorenzo Collazo.

Yamila Fúster, directora de Hospitalidad y Calidad del centro, aclara que “todas las modificaciones que se hagan deben contar con la aprobación correspondiente para no romper los conceptos de un hotel patrimonial”.

Su tradicional servicio de excelencia lo ha hecho acreedor de diversas distinciones, que a su vez, suponen un reto diario para no disminuir los estándares de calidad. Así lo validan el Premio a la Excelencia 2010, otorgado por la agencia de viajes Thomas Cook, y en 17 ocasiones el World Travel Award en la región del Caribe como Hotel Líder de Cuba, entre otros reconocimientos.

El prestigio se debe a la dedicación de sus trabajadores. Unos 500 prestan servicios actualmente en la lujosa instalación, de ellos 194 ostentan la condecoración Elpidio Sosa, otorgada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo, a obreros con más de 20 años de labor ininterrumpida y destacada.

A lo largo de 90 años de servicios, en sus habitaciones se han hospedado personalidades universales del arte, del deporte, de la literatura y la política. Ha sido sede de diversos eventos culturales y de otras índoles, y casa habitual para los participantes del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Turismo en tiempos de pandemia

La industria sin humo –y por consiguiente la economía nacional– ha sido sensiblemente afectada por la etapa de pandemia. Con casi 80 por ciento de su capacidad, el HNC poco a poco va alcanzando sus niveles normales, precisó la experta de Hospitalidad y Calidad.

De vuelta por “el Castillo encantado”.
El paisaje es uno de los mayores atractivos. /Anaray Lorenzo Collazo.

No obstante, las medidas de bioseguridad se mantienen como máxima de la gerencia. “Somos un hotel higiénico y seguro. Así lo dictaminaron los ministerios de Salud Pública y de Turismo en las inspecciones realizadas para poder reabrir al público”, enfatiza.

Aproximadamente ocho meses estuvo cerrado el HNC. Sus operaciones cesaron y algunos empleados fueron reubicados en otros puestos o en nuevos centros laborales. El reposo fue turbulento y se aprovechó para concretar acciones reparativas planificadas con anterioridad, en las cuales se involucró parte del personal, junto a las brigadas Elpidio Sosa y a cuentapropistas.

“El restaurante de comida criolla cubana, La Barraca, de preferencia para nuestros clientes, ubicado en los jardines, ya necesitaba una inversión, y es una de las acciones que emprendimos en este tiempo. A las habitaciones se les aportó mayor confort. Reparamos el bar galería, ubicado también en los Jardines, así como las vías del hotel, la cocina principal y el piso ejecutivo, ampliando el servicio de cocina y el área de desayunador”.

Pero no solo las remodelaciones caracterizaron este período. En medio de la incertidumbre desatada ante la llegada a Cuba de la covid-19, un grupo de trabajadores de la instalación se sumó en apoyo al enfrentamiento a la enfermedad en el hospital Frank País.

“Nos lo plantearon y no dudamos en aportar nuestro apoyo en lo que hiciera falta a esa institución de salud. También nos sumamos a las labores de reparación, y estuve apoyando en lo relativo a la seguridad de la instalación”, comenta Jorge Enrique Pupo, portero y maletero, quien suma 29 años de trabajo en el Nacional.

Puertas abiertas

En diciembre de 2020 el HNC reabrió para clientes nacionales con ofertas especiales en fechas significativas. No fue hasta el 15 de noviembre de 2021 que regresan las opciones para el público foráneo, aunque todavía, al no estar al máximo de ocupación, no se reincorpora la totalidad de los trabajadores.

“El cabaret Parisién sí estuvo todo este tiempo cerrado, abrió desde el 17 de diciembre dos días, viernes y sábado, y en ocasiones domingo; en la medida en que se controle mejor la pandemia iremos ampliándolo al resto de la semana”, especifica Fúster en relación con uno de los grandes atractivos de las noches habaneras.

De vuelta por “el Castillo encantado”.
El servicio de excelencia entre sus rasgos distintivos. /Anaray Lorenzo Collazo.

Igualmente, funcionan la zona de los jardines, la piscina principal y la cafetería, así como alguno de los restaurantes. Los conciertos no se restablecen todavía con su frecuencia habitual, aunque sí para fechas significativas.

Este hotel, categorizado con cinco estrellas y perteneciente a la Cadena Gran Caribe, se distingue además por incorporar las últimas tendencias internacionales. Ejemplo de esto es la inclusividad, específicamente la apuesta por un turismo accesible, y uno de los hechos que lo demuestra fue acoger la IV Cumbre Iberoamericana de este particular, en diciembre de 2021.

El HNC está en condiciones de recibir a turistas con necesidades especiales y facilitarles la vida durante su estancia: se han modificado las entradas para hacerlas accesibles, se habilitaron cuatro habitaciones especiales, e instalaron aditamentos en el cabaret. De igual modo, en la piscina hay un tipo de elevador que permite a esas personas entrar y salir del agua.

Los jardines y demás áreas del Nacional tienen gran movimiento de clientes después de tanto tiempo a media máquina. Algo que distingue este período es la afluencia de turismo cubano, lo que pudiera estar ligado al aumento del salario en la nación desde diciembre de 2020 y a los precios invariables que hasta el momento mantiene este hotel.

“El precio es en CUP. Con la Tarea Ordenamiento el único cambio fue del costo anterior en CUC al cambio por 24 CUP. Si el pago es en moneda extranjera solo se realiza con tarjeta magnética; en efectivo solo se recibe la moneda nacional. Otra opción de pago es a través de las plataformas electrónicas Transfermóvil y EnZona”.

Sentido de pertenencia

De vuelta por “el Castillo encantado”.
Una de las piscinas, buen espacio de esparcimiento. /Anaray Lorenzo Collazo

En medio de nuestra conversación los ojos de Yamila se tornan llorosos y la voz se escucha entrecortada. Recordar a Antonio Martínez, quien dirigiera el HNC durante 22 años, hasta su muerte en 2020, aún conmueve a los trabajadores. “Tuvimos con él una gran escuela de entrega, dedicación y amor al trabajo, de demostrar que la empresa cubana también puede ser eficiente. Nos hace sentir orgullosos de representar a Cuba en la hotelería”.

Ivón Morales lleva cinco años trabajando en el área recreativa. “Para nosotros es un privilegio estar en el hotel insignia de Cuba. Tuvimos una dirección que sembró el sentido de unidad y de sobreponernos a las dificultades”, sostiene.

Entrar por la puerta principal de uno de los 25 hoteles de palacio y castillo del mundo tiene su particular magia, y a ese sello se suma la amabilidad y profesionalidad de sus empleados. “Primero que todo la imagen, a partir de ahí ya comienza la buena sonrisa, el buen trato al cliente”, precisa Jorge Enrique Pupo, quien acumula ya 29 años de trabajo. Mientras, Alexi Cordié, desde hace 30 años solo ha trabajado en el HNC, donde confiesa sentirse en familia. Ahora se desempeña como cocinero y enfoca su labor a “dar un buen servicio para que el cliente se sienta complacido y regrese”.

Los huéspedes se sienten satisfechos, así lo afirmaron algunos a nuestra revista. En Cuba por primera vez, Flavia y su esposo llegaron desde Europa y dicen estar maravillados con el hotel y sus paisajes; conocieron la Isla finalmente, tras escuchar tanto de ella. Para Isabela, cliente habitual, “los servicios son muy buenos y con buen precio”, opinión que comparten al borde de la piscina sus acompañantes que visitan la instalación por primera vez.

La historia que habita en las paredes, los techos y objetos; el espíritu de sus visitantes y trabajadores, los mitos y misterios que yacen en esa loma, el mar inmenso que reluce desde los jardines… en fin, el espacio y su gente, son la composición perfecta para dotar al Hotel Nacional, de un halo encantador.

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