Durante la administración demócrata de John Biden la cifra del impacto del bloqueo estadounidense a nuestro país ha escalado hasta 15 millones cada día. La solidaridad hacia Cuba se alzó también en la sesión 78 de la Asamblea General de la ONU

La Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación, también conocida como Academia Latina de la Grabación, –asociación multinacional de membresía basada en Miami, Estados Unidos– ha nominado este 2023 para sus famosos Grammy Latinos a la diva cubana Omara Portuondo y a otros seis compatriotas, por la excelencia de la obra y la riqueza musical de las interpretaciones. Esta acción, sin embargo, no es aislada, porque reiteradamente esa institución ha reconocido la valía de las sonoridades más diversas de Cuba.

Quien lea el párrafo descontextualizándolo de lo que realmente ocurre entre Cuba y los Estados Unidos puede llegar a pensar que entre ambos fluye la política de buena vecindad. Otros, conocedores del bloqueo estadounidense, podrían exclamar: ¡Vaya desatino, ¿quién los entiende?! Y, aunque no hay términos medios en esta cuestión, resulta preciso aclarar que es la Casa Blanca la que hostiga desde hace más de 60 años a nuestro país y que el pueblo cubano goza de la simpatía de amplias masas de estadounidenses, entre los que se encuentran parte de su intelectualidad y artistas, porque el bloqueo no puede cebarse en el espíritu de una nación.

Cifras reales

Cómputos difundidos por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla dan cuenta de que entre agosto de 2021 y febrero del 2022 -un espacio de siete meses- las pérdidas ocasionadas por el bloqueo ascendieron a tres mil 806 millones de dólares: monto récord con el cual el PIB de Cuba habría podido crecer 4,5 por ciento el pasado año.

Además, destacó que durante la administración demócrata de John Biden la cifra ha escalado hasta 15 millones cada día. Asimismo, en el sitio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba se lee que “en seis décadas, a precios corrientes, los daños acumulados suman 154 mil 217 millones de dólares y, si se toma en cuenta el valor del oro, tales pérdidas se cuantifican en un billón 391 mil 111 millones de dólares”. (1)

La vida diaria del pueblo cubano es difícil, compleja, a causa fundamentalmente del bloqueo estadounidense, porque, como bien se preguntó el alto funcionario cubano ante la prensa nacional y extranjera acreditada en la recién concluida Cumbre del G77 y China, “¿cuánto no se habría podido hacer, cómo sería hoy en día el país asediado por un imperio poderoso?”.

Las respuestas de nuestro lado son obvias, y las de nuestros amigos también; así se ha podido constatar en la reunión de la 78 Asamblea General de la ONU, que sesiona desde el pasado día 18 y hasta el próximo 26 de septiembre, en su sede en Nueva York. Esa misma emblemática ciudad de rascacielos y espectáculos inolvidables ha visto por estos días una gran pancarta, colocada allí por los simpatizantes del pueblo cubano. Con un “No más Bloqueo” se evidencia nuevamente, como en el caso de los Premios Grammys Latinos, que el espíritu no se puede bloquear.

La valentía de los amigos

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula, al intervenir en el plenario recordó que la ONU “nació para ser el hogar del entendimiento y el diálogo”, de modo que señaló como errática y criminal la práctica de algunas naciones, que en vez de acudir a esa instancia para solventar conflictos, recurren a la política ilegal de las medidas coercitivas unilaterales.

En ese contexto, expresó: “Las sanciones unilaterales causan un gran daño a la población de los países afectados. Además de no lograr sus supuestos objetivos, obstaculizan los procesos de mediación, prevención y resolución pacífica de conflictos”. Acto seguido confirmó que “Brasil seguirá denunciando medidas tomadas sin el apoyo de la Carta de la ONU, como el embargo (bloqueo) económico y financiero impuesto a Cuba y el intento de clasificar a este país como Estado patrocinador del terrorismo”.

Igualmente, el jefe de Estado sudafricano, Cyril Ramaphosa, expresó un compromiso: “Sudáfrica continúa llamando a que se suspenda el bloqueo económico impuesto hace sesenta años contra Cuba. Un bloqueo que ha causado un daño indescriptible a la economía y al pueblo cubanos”.

Mientras, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, explicó cómo fue que Cuba terminó siendo parte de la lista de países que patrocinan el terrorismo. Sobre eso dijo: “La Isla es un país injustamente bloqueado, al que un Presidente de mi país sugirió, y lo logró, que se le incluyeran en la lista de países terroristas solo porque había ayudado a hacer la paz en Colombia”.

Por su parte, el mandatario boliviano, Luis Arce Catacora, se pronunció contrario a las arbitrarias medidas que violan el Derecho Internacional, porque “las restricciones impuestas han dificultado el acceso a alimentos, medicinas y otros bienes básicos, generando el sufrimiento humano e impactando a su economía y desarrollo”.

De ahí que realizara un llamado a que “se cumplan las múltiples resoluciones aprobadas por esta Asamblea General y construir un mundo más justo y solidario, en el que todos los países puedan prosperar sin importar sus diferencias políticas”.

Al redondear su parecer enfatizó: “Rechazamos la inclusión de Cuba como un promotor del terrorismo dentro de las listas unilaterales de Estados Unidos, usando ese argumento para imponer mayores medidas restrictivas en contra del pueblo cubano”.

Por abrumadora mayoría, año tras año, la Asamblea General de la ONU vota a favor de la resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba”. El imperio hace oídos sordos, pero más temprano que tarde la sensibilidad vencerá a la ignominia y puede ser que entre todos bailemos de contento al son de la diva de Cuba, nominada este 2023 para un Grammy Latino.