Héctor Tico Hernández es el único manager que ha conseguido coronar a Holguín en 60 años de historia de las series nacionales de beisbol. Desde su hazaña hasta la fecha suman ya 20 años. Y aunque Carlos Gardel dijo que “no son nada”, hablamos de la lejana campaña 41. Muchos de los más jóvenes ni siquiera vivieron aquel momento. Entonces, olvide el tango y cante bolero.
Hablemos del presente, pero antes, vamos a recordar brevemente aquella inolvidable noche, que terminó en fiesta para la nororiental provincia.
El grito de ¡Holguín campeón! se exclamó a voces en el Estadio Calixto García y más allá, tras un espectacular ponche del zurdo Oscar Gil a Frederich Cepeda (bateando a la derecha) en el final de la novena entrada con las bases llenas y marcador de (2-1). Era el séptimo juego de una tensa final entre holguineros y espirituanos.
Y sí, en la actual campaña la meta del experimentado estratega –tras su regreso al banquillo de los Cachorros– sigue siendo alta: “Yo siempre me trazo el objetivo de ganar. La idea no es solo hacer un buen papel, sino clasificar entre los ocho primeros a la postemporada. Así que estos muchachos saben desde el día inicial de la campaña que no estamos aquí para hacer un trabajo considerado decoroso, sino para superar los pronósticos de la mayoría e incluirnos entre los mejores del campeonato.
“Holguín ha reunido un buen grupo de atletas este año, sobre todo en el caso de los regulares. Destacan la ofensiva y la defensa. El picheo tiene algunas lagunas, pero esa es una característica generalizada en casi todos los equipos”, comentó a BOHEMIA Héctor Hernández en el terreno del Latinoamericano, poco antes de enfrentarse a Industriales.
-El estelar torpedero, con palmarés en equipos Cuba, Yordan Manduley, debe partir hacia la liga mexicana en el mes de abril para cumplir con un contrato de trabajo en los Saraperos de Saltillo.
-En el orden técnico es muy necesario para el atleta, porque se juega a un nivel superior y se respiran otros aires. Allí se convierten en profesionales, un término que no solo significa cobrar un mejor salario, sino que se traduce en conocimientos técnicos y tácticos.
“Ahora, al equipo de Holguín, o de cualquier otra provincia, esto también le perjudica. En nuestro caso nos extraen a una de nuestras figuras más emblemáticas y, por tanto, el reemplazo es complicado. Aunque eso no significa que todo esté perdido”, aclaró.
-¿Quién ocupará el lugar de Manduley?
-Nosotros tenemos a un buen torpedero, Luis Raúl Domínguez, a quien ya iremos viendo como titular durante el torneo, pues en muchos casos Yordan estará como designado en el line-up.
“Pero ocurre que Luis Raúl es también el campo corto titular del equipo Cuba de softbol, por lo que tiene compromisos que cumplir en ese deporte. Así que contamos en segunda instancia con Adriel Echavarría para suplir ambas ausencias”.
-Si se concreta el sueño de los play off para Holguín, este año no habrá refuerzos.
-A mí nunca me gustaron los refuerzos. Prefiero que ganen los equipos “puros”. Con atletas que salieron desde el primer juego hasta el último. Sin intención de restarle mérito a los que han triunfado en diversos campeonatos bajo ese formato, debo agregar que algunas escuadras se coronaron gracias a los recién llegados, porque fueron ellos quienes cargaron con el protagonismo.
-El beisbol cubano: Patrimonio Cultural de la Nación.
-Se pedía a gritos. La pelota es igual que la bandera y el escudo. Es ron, rumba, cultura… A los cubanos nos corre por las venas. No hay nada más merecido que esta declaratoria. En lo personal, estoy contentísimo con ello.
-¿Qué se puede hacer para que siga creciendo el beisbol en la Isla?
-Los directivos tienen las mejores intenciones. Soy testigo del buen trabajo. Creo que lo más importante es tratar de que la base juegue. Hay que fomentar las pequeñas ligas. Es necesario que los niños vuelvan a invadir los terrenos. Que practiquen el fútbol, a mí me encanta, pero también que jueguen pelota.
Concluyó el jefe del alto mando de los Cachorros, tras una seña notablemente clara de “final” que vino desde el banco de los visitantes, fácilmente “robada” por este redactor.
Poco antes se habían encendido las luces del Latinoamericano. Por cierto, las torres no alumbraban en un partido oficial desde las semifinales de la Serie 59 entre Industriales y Camagüey, donde estos últimos pasaron la escoba en el cruce (3-0).
La escena quedó lista para seguir haciendo historia con el cotejo particular correspondiente a la fase regular de la campaña 61 entre Leones y Cachorros. A pesar del límite impuesto por la covid-19 (50 por ciento) y el frío, una gran concurrencia nutría las gradas del Coloso del Cerro. Por allí me quedé, para ser un testigo más de la gran fiesta que constituye nuestro beisbol.