La 24ª Feria Internacional de Artesanía y Regalos Fiart 2022, que en esta edición alterna con la Estación Cultural de Línea y 18, vuelve a movilizar a sus seguidores, tras algo más de dos años de aplazamiento por la pandemia de covid 19.

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Casi al filo de las once de la mañana ya la cola frente al ventanillo de Pabexpo, al oeste de la capital habanera, serpenteaba cerca del remate de la acera más próxima al acceso principal. A la hora en punto prevista para la acogida del público, el equipo de BOHEMIA se incorporó al primero de los grupos que ingresó en el recinto.

Se advertía en muchas personas, incluso en nosotros, los reporteros, la expectación y hasta un poquito del sobresalto que suscita reeditar una experiencia postergada por tanto tiempo. La 24ª Feria Internacional de Artesanía y Regalos Fiart 2022, que en esta edición, además, alterna con la Estación Cultural de Línea y 18, volvió a movilizar a los seguidores de este evento, tras algo más de dos años de aplazamiento por la pandemia de covid 19.

Dentro del espacio expositivo de Pabexpo, el gentío de la entrada se diseminó con prontitud. Unos decidían internarse en las galerías del ala izquierda (calzados, ropas, cintos, carteras); otros, tomaron la sección derecha; los periodistas nos fuimos por el área central: los muebles y los útiles del hogar.

Todos los asistentes parecíamos hormiguillas, dispersas e impetuosas, en medio de un inmenso pastel del chocolate; no había la concurrencia acostumbrada en el día cuarto de esta Feria, comportamiento inusual en una cita que por tradición se caracteriza por el nivel de convocatoria y la afluencia de los públicos.

Variables de diversa índole inciden en esta circunstancia que, por infrecuente, no resta lucimiento al evento ni demerita el trabajo curatorial y organizativo emprendido por el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) desde hace varias décadas.

De acuerdo con un sondeo rápido realizado entre algunos de los asistentes se supo que la situación del transporte dificulta el desplazamiento de las personas hacia Pabexpo desde otras áreas del centro y la periferia de la ciudad; igualmente, algunos comentaron sobre el encarecimiento de los productos, en relación con otras Ferias; también de los alimentos y refrigerios ofertados en las cafeterías y restaurantes en el área expositiva y las zonas aledañas.

“Las fluctuaciones de la moneda contribuyen a que encarezcan los artículos”, precisó a BOHEMIA el creador Rodolfo Franco Navas, del Grupo Carballosa, al que se integran trabajadores por cuenta propia especializados en mueblería de madera con ocho años de experiencia en la actividad.

Agregó Franco Navas que como las materias primas deben pagarlas en moneda libremente convertibles (mlc), cada vez a más altos precios, los costos aumentan y no les queda más remedio que encarecer los productos para obtener utilidades.

“Por supuesto, las causas de esta situación se deben a la crisis mundial generada por la covid 19, el bloqueo de los Estados Unidos cada vez más recrudecido y el proceso inflacionario que vive el país”, subrayó el artesano artista. No obstante, otros factores van en detrimento de los costes de producción.

“Muchas veces tenemos problemas para adquirir los mlc que ingresamos por los contratos con tiendas de la cadena Cimex, concertados por mediación del FCBC, cuyos pagos demoran mucho tiempo, incluso hasta poco más de un año, lo cual le resta agilidad al proceso y enlentece el ciclo de adquisición de materiales, producción y venta de las mercancías”, aseveró el creador.

Sin embargo, el panorama no es del todo desalentador. “En esta Feria nos ha ayudado bastante que se haya estabilizado un poco la moneda con respecto a otros eventos de este tipo, organizados inmediatamente después de la pandemia y que generaron muchas pérdidas.

“Ahora, las personas vienen a comprar más empapadas en el asunto de las tasas de cambio”, afirmó el diseñador Ariel Pérez, especialista Comercial del Grupo Carballosa, quien destacó también que ha incidido bastante el lugar físico de la sede de exposiciones, donde las personas que llegan, por lo general, tienen el interés manifiesto de llevarse a casa algún mueble en particular.

Siguiendo la brújula cultural

La existencia de dos sedes en el marco del mismo evento quizá ha aligerado el tropel de seguidores que cada año acompaña a un nuevo capítulo de Fiart.

No obstante, mientras que para algunos resulta indiferente el lugar físico del evento, pues les es acogedor en cualquier escenario y circunstancia, a otros, preocupa y no los deja sentirse del todo cómodos y a gusto.

La cuestión sobre cuál espacio es más conveniente para la venta, inquieta a algunos, entre ellos, expositores y sus respectivos equipos. Así lo manifestó Dayli Martínez, quien durante varios lustros ha comercializado alhajas y prendas artesanales de alto valor artístico junto al grupo Rostal.

“Allá, en Línea y 18, según nuestra experiencia en otras ferias, el flujo comercial para nuestros artículos es menor, en contraste con lo que ocurre aquí en Pabexpo.

“En el Vedado no se aprecia una gran cantidad de personas interesadas en comprar nuestras joyas de plata, combinadas con cuero o piedras preciosas, de elevada calidad, factura y modelos de moda”, reveló la vendedora y añadió que el recinto de la Estación Cultural no cuenta con las condiciones idóneas para vender ni este tipo de productos ni otros: “hace mucho calor y hay bastante polvo”, indicó.

Para quienes aprecian las últimas tendencias en boga no es difícil sentirse como peces en el agua dentro del laberinto que es Pabexpo. Hay vestuarios de diversos modelos y para toda la familia, bisuterías, perfumes; sin embargo, donde existe mayor movilidad de asistentes es en el área de calzados artesanales, una de las mejores atracciones en cada Fiart, pues satisface a mujeres y hombres, de cualquier edad, y se caracterizan por la calidad y comodidad.

“Participar en la feria, aquí en Pabexpo, siempre ha sido una experiencia maravillosa para nosotros”, reveló Elizabeth Ramírez, representante de la recién fundada Mipyme Vlalex d´Habaneras, grupo con una trayectoria y presencia en Fiart que data de dos décadas.

Invariablemente, con grandes expectativas, llega a en este recinto ferial Vladimir Hernández, líder de dicha empresa que ya se adapta con éxito a la nueva forma de gestión no estatal; a pesar de que orbitan en sus producciones y comercialización los inconvenientes que genera la inflación, la crisis económica mundial y el bloqueo.

“Siento que en cada Feria crezco como creador, participamos siempre desde hace veinte años”, aseguró Hernández, quien colabora asiduamente con diseñadores cubanos y de otras latitudes.

Esta cualidad, enfocada en el buen hacer en cuanto a calzado, los ha vuelto indetenibles, incluso en circunstancias extremas. “Hemos trabajado mucho en los últimos años, no dejamos de producir ni durante la pandemia”, aseveró Elizabeth Ramírez, en tanto lamentó no haber presentado más productos en esta edición. “No pudimos exhibir ni la mitad de toda la variedad de calzado que creamos en los últimos meses”, concluyó.

Mirada fugaz a la representación foránea

Cuando sorprendimos a Gopal Arora, profesor de la Universidad de Delhi, en estos días, en calidad de representante del Bazar de la India, no podía ocultar su felicidad por regresar a La Habana, tras tanto tiempo de confinamiento por la terrible pandemia que asoló al mundo.

Entre un cliente y otro, de los tantos que se acercaron al mostrador, fascinados por las bellezas de la artesanía de la nación surasiática, el también cónsul para la Cooperación Internacional India no dudó un minuto en explicarnos las particularidades de las piezas manufacturadas que ahora mismo exhibe en Pabexpo.

Llaveros, bolígrafos, joyeros, porta inciensos, piezas con el estilo y estética indios, son algunos de los souvenirs que atraen a las personas a este bazar. Algunos tienen incrustaciones talladas con los típicos elefantes de aquel país, que simbolizan bonanza y prosperidad; otros, llevan el brillo y la pedrería inconfundibles de la cultura de la India.

Llaman la atención -por los adornos, abalorios y colorido- las cortinas, las sobrecamas, las bufandas, los challes, los vestuarios de hombre y mujer, en tejidos de algodón natural o seda, y que al propio Arora le honra contar sobre su participación en la confección de ellos en los telares durante largas jornadas.

En un spanglis que,más que confuso, resultó simpático, intentamos comunicarnos a como dio lugar. Al equipo de BOHEMIA impactó el finísimo trabajo a mano, en seda y rayón, de una bufanda; igualmente,  impresionó la maestría de como todavía emplean las ancestrales técnicas block print y el hand loom para crear las artesanías, reconocidas a escala global como muy exóticas y singulares.

Esta es la sexta vez en Fiart de Gopal Arora, quien poco antes de que abandonáramos el stand nos confesó que “la reorganización de la Feria muestra el espíritu de los cubanos de reinventarse, de saltar las dificultades y continuar. Esta Fiart da una lección de que todo sí puede recomenzar”.

Al instante, en su rostro se dibujó una sonrisa de victoria, no tenía palabras –ni en inglés ni español- para agradecer y agasajar, entonces en perfecto castellano, fue rotundo: “periodista, ‘El show debe continuar’, le sugiero este sea el título para su trabajo”; detrás de sus gafas, sus ojillos, intentaban revelar un mensaje de aliento y confraternidad.

El puesto Mar y Sol, de una barcelonesa asentada en Mallorca, nos hizo detener la marcha otra vez. Allí estaba Marisol del Olmo con sus souvenirs, pañuelos, challes, perfumes, ropas de invierno y verano, lencería muy sensual, y unos deseos inmensos de pasárselo bien en Cuba, en esta su primera vez en la Feria.

A punto de concluir el recorrido, una réplica antillana de Inti Wasi (Casa del Sol, en lengua quechua), nos recordó el extraordinario encanto del estilo peruano en camisas, blusas, vestidos, faldas, shorts; la originalidad de las incrustaciones y bordados. La representante Leonor Guerra exteriorizó su dicha por las 15 ediciones de presencia en la Feria con sus creaciones artesanales, en tanto no lograba desasirse de cierto desconsuelo por la situación política que ahora mismo vive su tierra: Perú.   Con aciertos y desaciertos, este capítulo de la Feria Internacional de Artesanía trajo el aliento a muchos seguidores y a quienes bajo complejas circunstancias, en medio de un escenario local y global desafiante, han sabido innovar y crear en beneficio de la colectividad.

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CRÉDITO

Fotos: Esuardo Leyva Benítez