Foto./ news.usni.org
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El simbolismo de un estadio

China tiene en África miles de empresas,  con más de 200 mil trabajadores propios, lo cual le quita el sueño a los EE.UU., que presionan a la región con ejercicios militares y el envío de altos cargos


El 2023 cerró su ciclo con un gasto militar considerable y los Estados Unidos siguen siendo, con diferencia, el país que más prodiga al sector. El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) señaló que la potencia “alcanzó los 877 mil millones de dólares, lo que supone el 39 por ciento del gasto militar mundial total y tres veces más que la cantidad gastada por China”. A ello debe añadírsele que desde Washington se financiaron determinados movimientos logísticos, como la 19ª edición de los ejercicios “León africano 2023”, en Marruecos, con la participación de seis mil militares de unas catorce naciones, que no deben verse descontextualizados de la incandescente situación internacional. (1)

Al difundirse por Occidente este episodio se hace alarde de la fuerza desplegada: aviones F-16 y B-1B Lancer, así como tanques Abrams. Para darle realce a las noticias, el general de Ejército Michael Langley, Comandante del Comando Estadounidense para África (AFRICOM), insistió en que se trataba de simulacros de “muy alto nivel que sientan las bases para nuestro enfoque de construcción de estabilidad y asociaciones en todo el continente africano”. Algo distinto no podía esperarse, por cuanto la penetración china (y rusa) en esa parte del orbe es considerable, y no solo en la esfera económica y comercial, sino también en la de seguridad. Visto así, para los EE.UU. la República Popular China (RPCH) es una amenaza real a sus permanentes propósitos de dominación.

Entonces, en este nuevo reajuste de las fuerzas de poder, en el que se va abriendo paso lenta pero inexorablemente el multilateralismo, no debe pasarse por alto la gira que realizara a África, del 21 al 26 de enero del presente año, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, la cual incluyó a Cabo Verde, Costa de Marfil, Nigeria y Angola. Hay otro dato adicional importante: se trata de la cuarta visita de este alto funcionario de la actual administración norteamericana, la que busca con desespero hacerse simpática a los ojos de los africanos, quienes actúan cada vez más de manera independiente y con razonamiento propio. Lejano ha quedado el tiempo cuando cada decisión crucial era asesorada desde la Casa Blanca. (2)

Si bien muchas naciones de África protagonizaron epopéyicas emancipaciones del colonialismo, varios de estos procesos sucumbieron ante la presión de las ayudas que les prodigaba el Tío Sam. Vista así las cosas, estos ejercicios militares efectuados en Marruecos se insertan en esa dinámica, aunque con la peculiaridad de que no lastran la soberanía nacional del continente más rico de la Tierra, pero a la vez con mayor deuda externa y pobreza acumulada. No por gusto registra altos índices migratorios.

Previamente a la mentada visita, los EE.UU. se apresuraron a emitir un comunicado con las siguientes pautas: “Este acercamiento de Blinken es muestra de nuestra asociación económica centrada en el futuro y cómo Estados Unidos está invirtiendo en infraestructura en África para impulsar el comercio bidireccional, crear empleos en el país y en el continente, y ayudar a África a competir en el mercado global”. Más claro ni el agua. En este 2024, también altas autoridades de la RPCH viajaron a África. Se trató ni más ni menos que del ministro de Exteriores, Wang Yi, quien visitó Egipto, Túnez, Togo y Costa de Marfil, entre el 13 y el 18 de enero. O sea, una semana antes que Blinken.

Pasos de gigante

Hay una nota curiosa de la creciente relación bilateral China-África recordada por el medio digital español La Razón, muy vinculada con la vida cotidiana de los africanos y que recrea hasta qué punto se han anudado esos nexos. Cosas como estas pudieran parecer menores ante los enormes desafíos africanos, pero, por el contrario, dan una cabal idea de la sagacidad china. En Costa de Marfil, en 2020, brigadas chinas de la construcción les regalaron a sus amigos marfileños un estadio deportivo, el Alassane Ouattara (nombre del presidente de ese país de África Occidental), para la realización de una de las copas futbolísticas más significativas de la región. El propio mandatario africano, junto al embajador chino, colocó la primera piedra.

China se destaca por los emprendimientos en la urbanización de África. Hay allí más de 200 mil trabajadores del país asiático./ elordenurbano.com

En política no existen gestos insignificantes y este episodio tampoco lo es, como no lo son, ni han sido, los pasos paulatinos que ha dado Beijing en suelo africano. No solo con objetivos mercantiles, sino también para ir desplazando a la hasta ahora primera potencia mundial, cuyo interés sigue siendo la esquilmación de los recursos naturales. En esa visión holística de los procesos y la historia, China apuesta por una asociación estratégica con el mundo en su famoso esquema ganar-ganar, el cual ha puesto a los EE.UU. y a Occidente en pleno en una posición desventajosa. Y si no queda clara la argumentación de este comentario baste recordar lo ocurrido recientemente en Níger, plaza en la que las nuevas autoridades y el pueblo han exigido que Francia saque sus tropas y se quite de una vez por todas sus caretas coloniales, que en su momento crearon incluso un franco africano, sumamente anclado a la moneda gala (ahora al euro), lo cual imposibilita independencia financiera…. Mientras, China facilita pagos en las monedas locales, lo cual es un paso de avance hacia la emancipación y la creación de polos convergentes en un mercado joven y dinámico como lo son las sociedades africanas.

Consideraciones académicas

El reconocido economista estadounidense Jeffrey Sachs, en entrevista para la revista The Africa Report, consideró que los “países ricos deberían tributar en función de su responsabilidad histórica respecto a la situación en el continente africano”. Dijo más: “Los países africanos deberían centrarse en desarrollar la cooperación con China, India, los Estados árabes y de Latinoamérica en vez de hacerlo con los EE.UU. y Europa, que nunca han sido socios fiables para África, por su codicia, intereses propios y legado colonial”. (3)

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Un comentario

  1. A los EEUU les interesan los minerales, incluido el petróleo, los empleos vienen por añadidura. Exxon Mobil, Chevrón y otras a la espera.

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