Concluidas las votaciones de mayo, Pedro Sánchez convocó a elecciones generales para julio
Las recientes elecciones parciales en España de fines del quinto mes del año han configurado un giro complicado en la vida política para el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y toda la izquierda.
En efecto, luego de una intensa preparación mediática nacional, cargada de mensajes electorales, mítines, recorridos regionales y sonados actos de clausura de campaña, el opositor Partido Popular (PP), de derecha, y el extremista Vox lograron un triunfo trascendente, al acaparar buena parte de las administraciones autonómicas y locales.
De las características
Según analistas sobre el terreno, la victoria de la derecha española, con un margen llamativo de diferencia frente a los candidatos del PSOE y otras agrupaciones de calado izquierdista (con todas las particularidades y dislates que ese calificativo significa hoy en Europa Occidental en materia de clasificación política), implicó que Pedro Sánchez, en una alocución relámpago y previo acuerdo con la Casa Real Española, cesara el trabajo de las Cortes; es decir, del poder legislativo, y convocara a comicios generales adelantados para el 23 de julio próximo.
Su finalidad, dijo el jefe del Ejecutivo, es brindar a los españoles la oportunidad de definir sus preferencias políticas ante el cambio del panorama nacional, poco favorable a las actuales autoridades nacionales y a los partidos que representan.
De todas formas, para fuentes más optimistas, el camino adoptado por Sánchez, “no obstante la aparente carga de abatimiento que pueda demostrar”, no es todavía una debacle ni mucho menos. Aducen en ese sentido que lo decidido resulta ante todo una suerte de “escapada hacia adelante”.
El sustento de esa apreciación, explican, radica en que tal vez el golpe electoral de este mayo no es tan demoledor, tomando en cuenta que a escala de país, y en materia de preferencias, el Partido Popular logró una ventaja de cuatro por ciento cuando más sobre el PSOE.
Por demás, parecería que el líder del PSOE intenta no dejar pasar por alto los vaticinios de las semanas precedentes a la lid de este mayo, los cuales precisaban que, de llevarse a cabo los comicios generales por aquellos días, él sería reelegido Jefe de Gobierno frente a la oposición. En pocas palabras, en medio de la tormenta hay que asirse a las tablas que flotan alrededor.
Horas intensas
Por lo pronto, el espectro electoral español es un hervidero. Los partidos enredados en la cercana contienda apenas tienen días para definir compromisos y alianzas antes de presentar sus postulantes a la jefatura del Gobierno, lo que implica –señalan testigos- un total corre-corre, un torrente variopinto de informaciones, criterios y reuniones, y el sube y baja de posiciones e interpretaciones del momento vigente.
La derecha parecería apostar por el reforzamiento de lazos entre el PP y el partido de extrema Vox, a los cuales Pedro Sánchez, en reciente alocución, definió como “agrupaciones similares”. En tanto el PSOE intentaría limar la cadena de asperezas que nublan y desgastan el espectro de la izquierda, de manera de presentar una “sola cara” frente a las consideraciones del electorado.
En ese sentido, medios locales de prensa dignos de crédito aseveraron por estos días que “hacer una nueva conceptualización de la derecha, que pasa por denunciar la institucionalización de Vox, y también una redefinición de la izquierda hacia el voto útil que regrese los caudales al PSOE”, parece el meollo de la estrategia de Pedro Sánchez.
Añadieron que “se vienen intensos días para España, en los cuales la derecha tradicional del PP tendrá que definir su alianza con la extrema derecha, mientras las izquierdas deberán recomponer sus cargas, en algunos casos, jugándose su supervivencia.”
En este último sentido, la izquierda local enfrenta un trabajo complicado. El PSOE debe, aun con todas sus deficiencias e insuficiencias, plantar cara ante el desgaste acumulado en su gestión oficial como autotitulado custodio y defensor de las aspiraciones sociales.
Mientras, la agrupación Podemos retrocedió sensiblemente en los comicios parciales, al punto de casi cesar en la vida ejecutiva y legislativa, y, por otra parte, habría que asumir la reacción del movimiento Sumar, de la ex ministra de Trabajo y aspirante a la jefatura de gobierno Yolanda Díaz, quien -hasta que se redactan estas líneas- se inclina a convertirse en la alternativa al PSOE dentro de la izquierda en la inminente batalla electoral. Díaz estaría sumando hasta hoy, junto a sus propios seguidores, a muchos militantes de Podemos, así como a varias organizaciones políticas de corte regional y autonómico no proclives a las políticas derechistas en esos sensibles acápites.
Por lo pronto, entre aplausos o quejas, los españoles, en plena temporada vacacional de verano, tendrán que remitirse de nuevo a las urnas el cercano 23 de julio para decidir a cuál fuerza política le correspondería esta vez el triunfo, ahora a escala de país.
Un comentario
El fenómeno de la derecha retomando el liderazgo mundial es una tendencia indesmentible. Se da pq los gibiernos de izquierda prometen bienestar social a TODOS los ciudadanos de su país, y, en la práctica es imposible otorgar, sencillamente pq es necesario, primero, que el país alcance un desarrollo económico tal que se puedan conceder las prestaciones sociales prometidas y que, con las políticas de izquierada es ina mera ilusión, porque nuestra naturaleza humana aborrece trabajar para otros (sobre todo al Estado), dado que el motor del desarrollo está en la economía libre y no en la planificada, como pregonen los países socialistas. Esta contradicción aguda, no resuelta se ha dado siempre.