Espuelas para el desarrollo

En China hay una profunda cultura empresarial que valora altamente la innovación y la creatividad. El apoyo político es fundamental para la modernización de la nación asiática


La inteligencia artificial cada vez más irá comandando nuestras mínimas acciones cotidianas o hasta aventuras colosales como las exploraciones del espacio. Modelo de ese imparable avance se da en la República Popular China (RPCH), la que se sitúa entre los primeros puestos a nivel global, tal cual lo hiciera hace miles de años atrás. Podemos ilustrar la anterior afirmación con dos muestras elocuentes: el control y operación autómata durante 24 horas de un satélite en un entorno controlado. El sitio South China Morning Post informó que para el éxito del experimento se “desarrolló un modelo avanzado de aprendizaje profundo en inteligencia artificial… durante el proceso, el ‘software’ aprendió a tomar decisiones racionales bajo diferentes condiciones ambientales”.

Un taxi volador eléctrico chino despega y aterriza verticalmente en un espacio reducido. / people.com.cn

Superado ese momento inicial, los científicos “desplegaron el sistema en el Qimingxing 1, un pequeño satélite real de órbita terrestre baja y lo dejaron actuar de forma autónoma por 24 horas”. Noticia como para dejar boquiabierto a cualquiera; sin embargo, las palmas podrían ser para otro artilugio moderno: el primer vuelo de prueba en el planeta de un taxi volador eléctrico, que cubrió una distancia de 55 kilómetros en un trayecto de 20 minutos. El 27 de febrero de este año la tecnología china de nuevo brilló con su osadía que -para bien de la movilidad humana- logra despegar y aterrizar verticalmente.

Estos y otros asombros van a llevar al gigante asiático a cimas muy altas. En declaraciones a Bohemia, Eduardo Regalado Florido, coordinador para el Grupo de Estudios sobre China del Centro de Política Internacional (CIPI), aseguró que el desarrollo tecnológico será el pilar del crecimiento del producto interno bruto (PIB) de la RPCH en los próximos años, siendo hoy notable su aporte.

Asimismo, un documento de dicha institución cubana, el estudio “Ciencia y tecnología en China en el período 2018–2022”, nos da claves importantes para en 2024 entender ese llamado milagro chino. En una de las partes del aludido texto se explica que el presidente Xi Jinping llama a materializar la gran revitalización de la nación para transformarla en un país socialista moderno, próspero y poderoso, concentrando esfuerzos para llevar a cabo una investigación científica y tecnológica original y pionera, y así “ganar resueltamente la batalla de las tecnologías clave y esenciales”. (1)

Escollos en el camino

En el entorno contemporáneo, la RPCH ha debido enfrentar un mundo en gran inestabilidad, incertidumbre y complejidad, con crecientes desafíos, derivados entre otros factores por el enfrentamiento geopolítico y geoestratégico con los Estados Unidos y sus aliados, la covid-19, la crisis en Ucrania, la ralentización económica interna y global, y las transformaciones del proceso de globalización. Y no es que en todos los análisis de la realidad vayamos necesariamente a medir los eventos con la vara política o económica, pero es casi inevitable hacerlo, porque existe un determinismo objetivo entre el ser y la conciencia, donde la ciencia y el desarrollo tecnológico se asientan y pueden florecer y hacerse cuerpo únicamente desde las condiciones materiales de vida.

Aproximaciones

La realidad virtual se hizo patente en la XI Convención de Audio y Video por Internet de China, en marzo de 2024. / spanish.people.com.cn

Sobre lo que acontece en China en estos ámbitos hay diferentes corrientes de pensamiento, de entre las cuales se destaca la llamada “politología occidental”, la que con matices identifica el devenir del coloso asiático desde la perspectiva de una estrategia tecnonacionalista, siendo imprescindible para el éxito una adecuada inversión en investigación y desarrollo, planificada desde el Estado en conjunto con sus campeones tecnológicos. La escuela occidental de pensamiento –tradicionalmente remisa a aplaudir a China– ha tenido que reconocer la ventaja que han supuesto para esa nación asiática, en su empeño por reducir la dependencia de tecnologías extranjeras, la planificación estatal y la armoniosa simbiosis que se da entre sus grandes empresas tecnológicas de los sectores público y privado, lo cual ha permitido un gran crecimiento.

Lo que Beijing se juega es mucho. En ese sentido, investigadores del CIPI explican que, “si China no es capaz de liderar las tecnologías de la Cuarta y futura Quinta Revolución Industrial en un contexto de creciente competición tecnológica, corre el riesgo de quedarse atrás y ser sometida nuevamente por las potencias occidentales extranjeras. Esta percepción se ha agudizado en los últimos años, como resultado de la creciente confrontación con los Estados Unidos en este ámbito, país que ha desarrollado una clara estrategia dirigida a debilitar las capacidades y avances del gigante asiático en el sector tecnológico y de la innovación”.

Asedio real

Por tanto, esta comentarista considera que ha sido encomiable el énfasis de los dirigentes chinos por elevar las cotas de la ciencia y la técnica, viéndolas como una prioridad nacional desde los años 60, en un camino sostenido para cuyos propósitos de progreso ha unido los esfuerzos el Estado y el sector empresarial, derivando así en la potencia que tanto temen los Estados Unidos. Muchos de los usos de los descubrimientos en 5G se proyectan en las innovaciones militares, porque, aunque Washington señala a la RPCH como supuesta amenaza para su seguridad nacional, es todo lo contrario. Evidencias fehacientes de lo anterior se dan en los sistemáticos ejercicios militares estadounidenses y sus aliados en Asia-Pacífico, por aire y por mar. Además, está el apoyo yanqui a Taiwán en materia militar y logística. Si bien la prioridad de los chinos es utilizar la ciencia y la técnica para las realizaciones de la paz, no pueden desconocer el cerco que sobre ellos se cierne. Entonces esta es también una motivación para que el gobierno de esa nación haya declarado que en el 2030 liderarán, por ejemplo, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA). En ese propósito no escatimará recursos para conseguirlo.

Lineamientos políticos

En las Dos Sesiones de este año se le asignó a la tecnología y a la innovación 51 500 millones de dólares. / el-diario.es

El 4 de marzo de 2024 en China tuvieron lugar los eventos políticos más esperados del año del socialismo nacional, al que denominan “Las dos sesiones”. Se trata en el primer caso de la Asamblea Popular Nacional (la APN) o sea, el poder legislativo; y en el segundo de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (la CCPPC), es decir, el máximo órgano asesor político de la RPCH, compuesto por delegados de diversas organizaciones y partidos políticos. El objetivo cimero de ambos eventos, tal como reseñó el diario Página 12, es el de repasar la situación general de los últimos meses y analizar el avance de los planes quinquenales. Por todo lo expuesto era de esperarse que en ambas citas se abordara la necesidad de estimular nuevas fuerzas productivas sobre la base de un diseño político “para el crecimiento de industrias estratégicas emergentes y futuristas, como las tecnologías sustentables, la inteligencia artificial, los semiconductores o la computación cuántica. Los sectores de nuevas energías, los equipos de alta gama y la biotecnología ya aumentaron en el PIB de China a más de 13 por ciento en 2022, mientras que representaban 7.6 por ciento en 2014. El objetivo para 2025 es que superen el 17 por ciento”, informó el medio argentino. (2)

Orgullo milenario y moderno

Los chinos de la Antigüedad fueron grandes navegantes y, por sus muchas idas, comprendieron que guiarse siempre por las estrellas podía ser falible, explicación probable para el nacimiento de la brújula: la dinastía Han la creó entre el siglo II y el I de n.e. En sucesivos períodos vendrían la pólvora, el sismógrafo (se dice que 19 siglos antes que en Occidente), el papel, la imprenta, el papel moneda o billetes y la seda. Eso no fue todo. Sobresalieron además por inventos menos conocidos: los cultivos en hilera, el control biológico de insectos, la porcelana, el té, el reloj mecánico, la carretilla, los puentes colgantes.

En esa grandeza, la filosofía budista practicada en China se asienta en su asociación del espíritu y las fuerzas corporales en relación con los cuerpos celestes a partir de sus valiosas observaciones de eventos astronómicos, como la explosión de supernovas, eclipses y paso de cometas. Más allá del misticismo, sus descubrimientos astronómicos los ayudaron a predecir eventos meteorológicos como tifones o la subida de mareas con la consiguiente preparación de la población, evitando muertes.

Con una historia de más de 3 500 años, China en una época se consideraba el centro geográfico de la Tierra y por eso se llamaron a sí mismos Reino Central. A medida que interactuaban con los demás supieron incorporar novedades de las restantes regiones. No obstante esta sabiduría, por cómo van las cosas, la comunidad internacional debería considerar a China casi el eje de la innovación. A la altura de 2024, lidera en 37 de las 44 tecnologías más descollantes a nivel planetario. Asimismo, el país asiático lleva el liderazgo global en áreas claves como la Inteligencia Artificial, la supercomputación, la tecnología 5G, la tecnología cuántica o tecnología espacial.

Para esos logros son esenciales un expedito acceso a la financiación, recursos y contratos indistintamente en el sector estatal como en el privado, comprensión del lugar que China ocupa en el mundo y decidida voluntad política.

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2 comentarios

  1. Excelente la información que nos brindas en éste artículo, que ayuda a entender por qué el imperio yanqui está tan «preocupado» por los avances de la R. P. China, inmenso país donde hace sólo unos decenios morían de hambre millones. Sin dudas el Socialismo Sirvió!!!

  2. Gracias por este acercamiento actualizado y bien documentado al impetuoso desarrollo tecnológico de China. Sin duda alentador para quienes pese a la distancia geográfica nos sentimos cerca del coloso asiático por la común identificación con las ideas del socialismo.

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