A las puertas del XI Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, que sesionara entre el 6 y el 8 de marzo, un breve testimonio de la realidad que marca el trabajo en la comunidad. Declaraciones de Rosamery Santiesteban Lagos, segunda secretaria de la organización
Es una de esas mujeres que esta –como se dice popularmente- en todo. Tal vez, por su condición de educadora, siempre encuentra motivos para hablar, explicar, persuadir. Está al dia en el acontecer nacional e internacional para rebatir tergiversaciones, algo de mucho valor en los tiempos que vivimos. Ella sabe que en la comunidad se libran y se ganan muchas batallas.
Por eso, Mercedes Cayado Pagés está jubilada, pero más activa que antes, cuando estaba frente a un aula o en las más diversas responsabilidades en el sector educacional. Es representante de los Comités de Defensa de la Revolución en La Habana del Este, coordinadora de la Zona 100 en el Consejo Popular Alturas y secretaria general de la delegación 11 de la Federación de Mujeres Cubanas en el territorio; es incansable para quienes la ven en su diario andar por la comunidad, interactuando en busca de posibles soluciones a problemas que demanden el concurso de los vecinos.
A partir del llamamiento al XI Congreso de la FMC –evento cuyas jornadas finales están previstas para los días 6, 7 y 8 de marzo, con la asistencia de 323 delegadas-, se le vio trabajar en la restructuración, completamiento y fortalecimiento de varias delegaciones del bloque; ahí ratificó su percepción de cuán difícil es la tarea a la hora ocupar una responsabilidad en las estructuras de base.
“La experiencia -afirma- evidenció que estructuras que habían dejado de funcionar, como las delegaciones y los bloques, se rescataron tras un arduo trabajo; también el activismo, pero nos queda floja aún la atención del municipio: no siempre llegan las orientaciones, lo que provoca falta de motivación.
“Si a eso le sumas que, a veces, tenemos mujeres con talento y preparación suficientes para dirigir un bloque o delegación que rechazan cualquier propuesta, la situación se torna más compleja. Y es una pena, porque aquí, en el barrio, hay un potencial muy valioso.
“Espero que en el Congreso se debatan ampliamente estos asuntos y otros que nos preocupan, pero no para guardar en alguna gaveta los acuerdos, sino para divulgarlos, de manera que se pueda seguir revirtiendo la situación, aún no resuelta, con los dirigentes en las organizaciones de base y hasta en los municipios”.
Aún se espera la respuesta precisa
El comentario de Mercedes recuerda la crítica realizada por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, al presentar el Informe Central al VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, en el cual planteó la necesidad de revitalizar el accionar de las organizaciones de masas en todas las esferas de la sociedad y actualizar su funcionamiento a tono con los tiempos, bien diferentes a aquellos de los primeros años de la Revolución, cuando nacieron.
“Es preciso –dijo Raúl entonces- rescatar el trabajo en la base, en las fábricas, en las granjas, en las cuadras y barrios en defensa de la Revolución y en la lucha contra las manifestaciones del delito y la indisciplina social. Es necesario elevar la combatividad e intransigencia revolucionarias y fortalecer su aporte a la labor ideológica, el enfrentamiento a los planes subversivos del enemigo y a la creación y consolidación de valores.”
Claro está que la Federación de Mujeres Cubanas tiene responsabilidad en el reclamo del Partido y aún se escuchan comentarios acerca de si debiera existir o no, pues hay lugares donde ni siquiera cobran la cotización. Se ha perdido todo aquel activismo intenso en el que no faltaba el apoyo de la mujer en el barrio: trabajos voluntarios, apoyo a las campañas de vacunación, preparación para dar primeros auxilios…, en fin, en todo.
Hay bastante apatía; no es total, pero se aprecia. Si faltan mujeres dispuestas a ocupar los cargos, si no hay activistas, o una delegación o un bloque están incompletos, el trabajo está incompleto también, y es preciso agotar todas las posibilidades de las funcionarias en el municipio, que no siempre están debidamente preparadas, ni tienen la vocación.
Al respecto, Rosmery Santiesteban Lago, segunda secretaria del Comité Nacional de la FMC, comenta que entre los objetivos específicos del Congreso está responder cómo se comporta la labor realizada en el país para responder a las exigencias planteadas por Raúl en el VIII Congreso del Partido
“Trabajamos en dos escenarios: los centros laborales y la comunidad. Este último es el más importante, porque ahí están las delegaciones que aglutinan a nuestras mujeres. Ahí es donde late el corazón de la organización y es donde mayor atención debemos brindar.
“Es prioritaria la atención a la política de cuadro a nivel de base y en los municipios y provincias, a partir de la selección de las afiliadas que tengan los requisitos para dirigir la organización. Sentimos alta estima por aquellas mujeres que, además de sus responsabilidades y tareas, propias de la casa o sus respectivos centros de labor, son activistas o dirigentes de bloques y delegaciones, escenario donde materializamos el trabajo”.
“Significativo es también el quehacer social, con el énfasis en la eliminación de las condiciones que favorecen las manifestaciones de violencia de género, el embarazo en la adolescencia –y sus consecuencias-; debe fortalecerse, de igual manera, la responsabilidad de la familia y la escuela en la educación sexual, junto con el enfrentamiento a cualquier manifestación de discriminación, o de corrupción, delito, ilegalidades y otras manifestaciones de indisciplina”.
En medio de todo esto, según trascendidos de prensa, se precisa reforzar la atención a los jóvenes, no solo a las muchachas, sino también a los varones, desvinculados del estudio y el trabajo. Los tiempos de crisis –para nadie es un secreto- agudizan la pérdida de valores que amenazan con agravarse en la medida en que no se haga algo útil, en beneficio común o individual. La acción preventiva de los adultos, organizaciones y familias, es crucial.
Se ha definido, de igual manera, el chequeo y discusión de los aspectos relacionados con la batalla económica y el uso racional de portadores energéticos. Aquí tienen un rol fundamental, no solo las mujeres dirigentes del sector productivo, sino también en la comunidad, con la creación de patios y parcelas cultivables, aprovechando los espacios utilizables para la siembra y cosecha de alimentos, plantas aromáticas y condimentosas.
Aunque hay ejemplos dignos de tener en cuenta, como el citado por el Héroe de la República Gerardo Hernández Nordelo en su perfil de X, donde explica que en el balcón de su apartamento, un cuarto piso en el reparto San Agustín, “Juana Aleida cultiva ajo, especias, y alguna que otra malanguita”. Son pequeños detalles que ayudan y alivian. Si otras muchas mujeres -con posibilidades para ello, por supuesto- hicieran lo mismo, ¿cuánto se aliviaría la economía del hogar?
Desde el 6 de abril de 2023, momento de convocarla al XI Congreso, se ha trabajado, porque el año ha sido intenso. Ya se han realizado todas las asambleas provinciales, excepto la de La Habana, que se efectuará en breve. Se aprecian discretos resultados, pero quedan insatisfacciones.
“El Programa para el Adelanto de la Mujer –precisa Rosmery- ha tenido un tratamento singular, por todo el trabajo a desarrollar en los bloques, delegaciones y las organizaciones en cada barrio, en virtud de posibilitar la incorporación de las mujeres al empleo. Uno de los desafíos actuales es lograr que todas las que estén en edad laboral -y puedan-, se sumen, aunque sabemos que muchas tienen la responsabilidad de cuidar a sus hijos o nietos, o algún familiar enfermo. Pero en las zonas rurales hay un gran potencial, que la organización debe apoyar”.
Se acortan los días, menos de un mes nos separa de la apertura de las sesiones finales de un proceso que comenzó el 6 de abril de 2023, con la convocatoria al XI Congreso ante el monumento a la eterna presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, Vilma Espín. Serán momentos para establecer compromisos reales que permitan al trabajo de la organización lograr las transformaciones que precisa.