Foto. / cubactores.com
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Genuina mujer de teatro

A propósito de la reciente entrega del más alto laurel que confiere el Consejo Nacional de las Artes Escénicas en Cuba, BOHEMIA se suma al  homenaje a Raquel Carrió Ibietatorremendía, Premio Nacional de Teatro 2024 


Apenas acababa de graduarse de la carrera de Filología por la Universidad de La Habana, cuando empezó como docente en la Facultad de Teatro, del recién fundado Instituto Superior de Arte (ISA).

Transcurría el último lustro de la década del 70 y aquel acercamiento preliminar a la creación escénica, desde su formación literaria, devino impacto y revelación para Raquel Eugenia Carrió Ibietatorremendía (1951), recientemente galardonada con el Premio Nacional de Teatro 2024.

Esta virtuosa dramaturga, ensayista, pedagoga, investigadora y asesora teatral, debió andar múltiples derroteros hasta convertir el arte de las tablas en pasión y razón de crecimiento espiritual.

Así lo confesaría en un foro de discusión, junto a otros cinco destacados teatristas, dramaturgos y estudiosos de la manifestación, publicado en 1998, en la sección Controversia, de la revista Temas: “(…) A raíz de mi gran conflicto entre el texto y la puesta en escena, pensaba que no me gustaba el teatro. Hasta que empezaron a aparecer cosas que realmente me interesaron y empecé a conciliarme”.

Se inauguraba una etapa de concordias, encuentros, goces; de múltiples hallazgos y acompañamientos como los que tuvo de los maestros Rine Leal y Flora Lauten, actual directora general del colectivo Buendía.

En dicha agrupación, emplazada en los predios de Loma y 39, en Nuevo Vedado, comenzó a palpar y reconocer la auténtica esencia del teatro. Allí, desde su fundación, durante cerca de 40 años, ha creado y crecido como ser humano en el ejercicio de la dramaturgia, la investigación y la asesoría.

Teatro Buendía funciona como unidad docente con prestigio a escala nacional e internacional. En la foto su actriz y directora general, Flora Lauten, durante el estreno de Aura. / cubaescena.cult.cu

Las ruinas circulares (1992), La vida en rosa (1999), Bacantes (2001), Charenton (2005), La balada de Woyzeck (2007-2019), La visita de la vieja dama (2008), Para matar a Hamlet (2009), Bodas de sangre (2010), Pedro Páramo (2012), Éxtasis (2015), Shylock (2017), entre otras obras, son algunos de los montajes del Buendía, versionados y reescritos por Carrió, a partir de textos clásicos y contemporáneos, laureados a escala local e internacional.

Su experticia profesional la llevó a involucrarse con proyectos teatrales de varias agrupaciones foráneas como Teatro Avante, de Miami, junto al cual estrenara algunas puestas en distintos capítulos del Festival Iberoamericano de Teatro, en los Estados Unidos, y en el Festival Internacional de Teatro Experimental de Quito, en Ecuador.

Más cercano en el tiempo, junto al colectivo al que pertenece desde hace varias décadas, se integró en diversas coproducciones. Con las adaptaciones de Un tranvía llamado deseo, Bodas de Sangre , las obras Volver a La Habana, El caso Hamlet, Se busca un DJ, Habana Café, entre otras, trabajó con el grupo estadounidense El ingenio teatro.

Igualmente, articuló sagacidad y talento en la versión de Pedro Páramo que hiciera con el Goodman Theatre, de la ciudad norteamericana de Chicago, presentada en el Festival de Teatro Latino de esa ciudad, en 2013, y al año siguiente, en el Festival del Instituto de Teatro Hemisférico de Nueva York, representada en Montreal, Canadá.

A lo largo de varios lustros, ha compartido sus saberes en múltiples talleres, cursos y conferencias en universidades, centros académicos e investigativos de casi todos los continentes del orbe. Entre esas instituciones se hallan las escuelas internacionales de Teatro de América Latina y El Caribe (Eitalc); de Antropología Teatral, liderada por Eugenio Barba, junto el Odin Teatret, Nordisk Teater laboratorium; de Cine y Televisión, de San Antonio de los Baños, en Cuba; así como la Corporación Universitaria, de Bogotá, en  Colombia.

Laureada en distintas oportunidades por su activa labor como dramaturga e investigadora, esta mujer elocuente y perspicaz ha publicado disímiles artículos y ensayos en nuestro país, España, Italia, México, Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, entre otras naciones.

Dramaturgia cubana contemporánea. Estudios críticos (La Habana, 1988), Recuperar la memoria del fuego (Lima, 1992), Otra tempestad (La Habana, 1997), este último en coautoría con la actriz y profesora Flora Lauten, son los volúmenes que, hasta el momento, conforman su currículo literario.

Esta creadora vital y en constante renovación ha existido y crecido para la escena, desde dentro y frente al proscenio; su mejor virtud es, sin duda, comprender y asumir la verdadera esencia del teatro en la sociedad; por ello, sentenció:

“Sobre el teatro, hace muchos años Martí hablaba de un vínculo entre la escena y el alma de la nación; los males que pueda reflejar la escena nuestra, son males reflejados en el alma de nuestra nación. El teatro sigue queriendo ser el termómetro, el alma de la nación y hablarle de la manera que puede al espectador cubano”.

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