Acercamiento valorativo al documental Esa es la vida Octavio, con guion y dirección del actor Patricio Wood, premiado por la prensa cultural en la edición 43 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano
La magnitud humana del aprendizaje que cuenta la historia es lo primero que emociona en la puesta documental Esa es la vida Octavio. El primer actor Patricio Wood, guionista y director, patentiza su admiración por el inolvidable cineasta Octavio Cortázar (1935-2008) mediante un discurso que argumenta de manera emotiva su punto de vista. La coherencia narrativa al revelar ideas, pensamientos, pasiones, enriquecen el perfil de un nombre esencial de la cinematografía cubana.
Mediante la observación participante, Wood expone parte de una historia de vida poco conocida. Esa vehemencia le permite concebir la dinámica de un viaje introspectivo rico en representaciones ficcionales recreadas por el joven actor Carlos Alberto Méndez, quien asume vivencias del sujeto protagónico del relato.
Con la revalorización de Cortázar, el realizador defiende el derecho de los públicos a establecer dinámicos juegos con la fantasía. Aporta diversos contenidos que producen múltiples sensaciones, estas alcanzan su clímax al explorar el legado de un hombre creativo, sensible, modesto.
Lo patentizan los testimonios de reconocidas personalidades: Enrique Pineda Barnet, Raúl Rodríguez, Luis Lacosta, Manuel Pérez Paredes y Manuel Herrera. Cada uno aportó apreciaciones reveladoras de las condiciones creativas demostradas por un artista empeñado en compartir saberes, inquietudes, sueños, añoranzas.
Fue consciente el propio Cortázar de las dimensiones antropológica y cultural de su cine al involucrarse en importantes hechos estéticos como un productor simbólico creador de sentido de múltiples visualidades; supo escucharlas e interpretarlas a partir del universo social de su mirada.
La morfología retórica del documental apela a la palabra para ejercer la comunicación, además incluye los recuerdos vivenciales del propio Patricio Wood, protagonista de El brigadista (1977), filme que se ha mantenido en la memoria afectiva de millones de cubanos y cubanas debido al enfoque logrado por Cortázar en el homenaje a la Campaña de Alfabetización.
Imposible olvidarlo, él fue uno de los más asiduos impulsores y organizadores de la realización de cortos documentales, los cuales formaron parte de la Enciclopedia Popular entre 1960 y 1961.
Ver, escuchar a Cortázar, coloca ante los espectadores la inteligencia de un hombre culto, que fue profesor en varios países, y llevó a la pantalla notables piezas documentales, entre ellas: Acerca de un personaje que unos llaman San Lázaro y otros Babalú (1968) y Con las mujeres cubanas (1974) imbuido del espíritu formativo del Código de la Familia aprobado en esa fecha.
La estructura dramatúrgica de la puesta demuestra una hábil selección de situaciones dramáticas y de registros visuales estos colocan en el centro de la narrativa los postulados éticos de un cineasta con vocación de servicio. Se distinguió al explorar situaciones, en las cuales supo ver lo que otros quizás no aprecian del todo, pues reúnen en sí las complejidades de una existencia personal rica en disímiles sentimientos.
Cortázar no dejó tratados, demostró que en la cultura y en el arte importa más el cómo que el qué. La sintaxis de sus relatos estaba concebida para hablarle al otro sin ocultamientos o silencios. Lo hizo patente en Guardafronteras con una hermosa fotografía de Raúl Rodríguez y la música de Sergio Vitier.
Esa es la vida Octavio, documental premiado por la prensa cultural en la edición 43 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, cautiva por la honestidad en los planteamientos, la organización de motivos y razones que denotan el valor de un lenguaje marcado por la intervención subjetiva sin imposiciones o maneras efectistas, sino que rinde oportuno tributo aun artífice del cine en profundidad en nuestra nación: Octavio Cortázar.
CRÉDITOS
Fotos. Leyva Benítez
