Juliette González: «Soy muy soñadora y eso me motiva»

Juliette González Romero, uno de los rostros noveles del grupo teatral Buendía, conversa con BOHEMIA sobre su carrera artística


En octubre pasado, la Compañía de Teatro Buendía presentaba su obra La señorita Julia en el Bertolt Brecht, del Vedado capitalino. Entre los rostros de los actores, uno destacó ante mis ojos. Con 21 años de edad, Juliette González Romero hacía su debut en el mundo de las tablas.

El teatro es un espacio para construir. En el escenario nada es casual, todo lo utilizado genera condiciones para el cuerpo y el espectador. Elegir la actuación como modo de vida es como practicar algún deporte extremo, donde se adquiere una noción distinta sobre la realidad.

Esta joven actriz deslumbra sobre la escena. Paso a paso, Juliette deja atrás los tiempos iniciales y piensa en otros proyectos dentro de la compañía, de la cual forma parte desde 2020.

Entre los actores con quien ha compartido escena se encuentra Jonathan Álvarez (a la izquierda). / Cortesía de la entrevistada.

¿Cómo llegas a Teatro Buendía?

-Fue una de esas cosas a las que llamamos casualidades. Conocí a Sandra Lorenzo en un casting en el Vedado, una de las directoras del Buendía. Días después, vuelvo a pasar por el lugar para ver los resultados. En un primer momento, no me habían seleccionado, pero Sandra estaba buscándome por todo aquello. Decía que había un error, que no me tenían registrada en el listado y que le había gustado para una obra, en este caso, La señorita Julia.

“Le encantó lo que yo proyectaba. Me preguntó si había hecho teatro alguna vez y si quería actuar; ahí empezó todo. El proceso en la obra tardó dos años con las interrupciones de la pandemia, hasta que se pudo estrenar en 2022 en la sede de la compañía, en Loma y 39, Nuevo Vedado.

La señorita Julia ha sido mi primera y única obra en concreto, hasta ahora, que estoy en otros proyectos. Mi rol es el papel de la criada Cristina, cuando joven. También hago otros roles secundarios, aproximadamente seis entradas a lo largo de la obra”.

-Estudiabas periodismo antes de tu carrera en el teatro, ¿cuándo decides dedicarte solamente a las tablas?

-Siempre me ha gustado el arte, desde pequeña estuve en ballet. Yo quería entrar al Instituto Superior de Arte, pero me lesioné. También me gustaba comunicar y tenía habilidades. Hice las pruebas de periodismo y entré, pero en medio de la carrera, descubrí que el teatro es lo que realmente me gusta y decidí dedicarme completamente a lo que hago ahora.

-Tu formación en el teatro ha sido empírica…  

-Poco a poco voy creciendo, aún mi carrera es corta, pero trabajar en mi primera experiencia con profesionales es un gran avance. En el grupo he podido adquirir las herramientas.

“Siempre es difícil empezar desde cero, hay que armarse de valor cuando no se tiene experiencia e ir practicando, ensayando. Es un gran reto. Pero soy muy observadora, siempre trato de oír todo lo que me dicen los demás integrantes en los ensayos y busco absorberlo todo. A veces hablan de dramaturgos y obras que no conozco, entonces me pongo a estudiar sobre eso; así voy manteniéndome a la par de los que están a mi alrededor. El trabajo de mesa es importante para todo profesional”.

-¿Qué te aporta rodearte de los actores del Buendía?

-Muy feliz al estar rodeada de personas con tanta riqueza de conocimientos. Para mí es una experiencia maravillosa y le agradezco a todos los que han trabajado conmigo, a quienes me apoyan y enseñan. Es algo que vivo con alegría y con la motivación de un día ser como ellos.

-En el mundo del arte se habla de guías, referentes. El consejo es tan vital como el talento…

-La maestra por excelencia para mí es la directora de la obra, Sandra Lorenzo. Ella me seleccionó siendo un diamante en bruto y me ha ido puliendo hasta darme brillo. Esa es la magia del teatro: entrar siendo alguien más y salir transformado.

“Sandra logró que pusiera en escena sentimientos que yo no conocía. Por ejemplo, en la obra violan a Cristina cuando joven y yo nunca he vivido algo semejante. Entonces ella me llevó a ese momento incómodo para sacar de mí las emociones. Siempre me ha dado su apoyo y le estaré eternamente agradecida”.

-¿Qué ha significado interpretar un rol secundario?

-Todo el que empieza no lo hace desde la figura principal, salvo raras veces. Se necesita una base, y se adquiere con otros roles que son los secundarios; así vas entrando en calor y luego asumes un papel más protagónico. Es lo que estoy haciendo ahora, preparándome.

“El rol secundario para mí es quien sostiene la trama, es tan importante como cualquier otro. Es un papel que le da cuerpo y sentido a la obra. Que todos brillemos en escena es lo principal”.

El teatro Buendía se nutre de otras manifestaciones artísticas como la danza. / Cortesía de la entrevistada.

-El teatro Buendía se caracteriza porque sus actores también participan directamente en el proceso creativo como el diseño de vestuario: ¿cuánto ha influido en ti esa libertad artística?   

-Dadas las condiciones actuales, no queda de otra. Tienes que involucrarte en el proceso porque no hay materiales, entonces vemos entre todos quién tiene un poquito de pintura, o de tela y ponemos de nuestra parte para construir la historia y la escenografía.

“Poder participar en el proceso de creación de la obra con las ideas, los vestuarios y la escenografía es algo que me alienta la creatividad. Es una experiencia enriquecedora dar vida a cada cosita”.

-La compañía se nutre mucho de otras manifestaciones del arte como la música, la danza…

-Es que el teatro es la vida, y la vida tiene de todo. Ese proceso te hace volar la imaginación, divertirte explorando y explotando las distintas capacidades entre la voz, el baile y los movimientos. Es algo que me encanta del Buendía, que no tiene límites y se expresa a través de todas las disciplinas artísticas.

-En julio próximo se piensa el estreno de la obra Pinocho. ¿Qué papel interpretarás?

-Aún la obra está en proceso de formación, no se ha hablado nada de personajes. Los actores entrenamos para crear una base y desde ahí darle vida al proyecto. Apenas tiene texto, porque se va a basar mucho en la expresión corporal, el juego de luces, el vestuario y la escenografía.

“La puesta en escena se piensa para mediados de año y es una adaptación de la historia de Pinocho. Juega con ambas versiones del cuento: con la original, que es una historia de terror, y con la más popular. También está presente la propia imaginación del director Rubén Martínez Molina, quien imprime su propio sello y mensaje”.

-¿Cuán lejos aspira llegar Juliette en el mundo de la actuación?

-Soy muy soñadora y eso me motiva; por ahora me conformo con participar en muchas obras de teatro en la capital. También me gustaría experimentar diversas formas de trabajo. Eso es a lo que aspiro.

-¿Qué palabra define al Buendía?

-El Teatro Buendía es una locura en cuanto a creatividad porque no tiene límites. Me cuesta mucho decir una sola palabra que lo defina todo. Me quedo con aprendizaje y crecimiento.


*Estudiante de Periodismo.

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Un comentario

  1. Gracias Nacho por tu excelente trabajo, y en especial por esta publicación, que nos hace sentirnos de regreso a nuestra hija, y familia insular.
    Yo, la madre de July y mi esposo Angel, el padre, te agradecemos infinitamente. Un abrazo inmenso, y con él nuestro cariño y reconocimiento. Bendiciones

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