Más allá de barreras lingüísticas y culturales, maestros, bailarines, coreógrafos y concursantes de varias regiones del mundo fueron testigos en La Habana del festival internacional de danza «Ballet Beyond Borders 2024» como artistas y miembros de las actividades comunitarias
Fotos: Jorge Luis Sánchez Rivera
Texto: Tania Rendón Portelles
Por varios días la capital cubana se impregnó de la elegancia del ballet con el calor caribeño. Júbilo y baile llegaron por doquier hasta las sitios públicos para mostrar disímiles estilos y coreografías de varios lugares del mundo. Y es que con la llegada del evento de danza internacional «Ballet Beyond Borders» (BBB), La Habana se transformó en un escenario vibrante donde los artistas se unieron en cofradía y movimientos.
Las calles resonaron con la música mientras las compañías ensayaban y compartían sus destrezas con una audiencia ansiosa. Cada paso fue testimonio del talento que iluminó a esta urbe —conocida por su rica tradición cultural—, la cual se convirtió en el lienzo perfecto del festival y concurso, diseñado para fomentar el intercambio y contagiar a todos de un ambiente colectivo de alegría y comunión.
Creado por la visionaria Charlene Carey, fundadora del Rocky Mountain Ballet Theatre, y coauspiciado por prestigiosas entidades como Lizt Alfonso Dance Cuba y el proyecto de desarrollo local LADC+, el BBB no solo trajo consigo celebración y excelencia técnica, sino que también devino puente entre artistas de varias regiones al promover la pluralidad de estilos y perspectivas.
En el corazón del evento se encontró el «Dance Challenge», un concurso que invitó a bailarines de todos los niveles y géneros a mostrar sus habilidades y creatividad. Las categorías, que abarcaron desde el ballet clásico hasta todas las formas de danza étnico-cultural, ofrecieron un escaparate diverso y ecléctico de talento en un solo punto geográfico. Se reservó un espacio especial para noveles coreógrafos menores de 30 años, con el propósito de reconocer la innovación. Asimismo, con su fusión de estilos incluyó en un apartado abierto el vibrante hip hop, pasando por la pasión del flamenco y los bailes de salón hasta el claqué.
La joven bailarina Anaray, proveniente de Brasil, destacó a BOHEMIA que gracias a su participación en el BBB en Cuba, en 2016 pudo ganar una beca y estudiar en Portugal, y hoy se encuentra en el Ballet de la Ópera Metropolitana en Nueva York: «El evento tiene una importancia tremenda para mí; ha cambiado mi vida. He tenido la suerte de convertirme en una bailarina profesional, porque aquí se le abren las puertas a aquellos que buscan por dónde empezar. Es una experiencia única no solo por la competición, sino también porque podemos mostrar cómo somos a nivel personal.»
Con La Habana como telón de fondo, el encuentro fue también oportunidad para que los participantes pudieran sumergirse en la cultura cubana; de ahí que la actual edición recogió sus actividades bajo el tema principal «BBB en el barrio».
Como un soplo de bienaventura y baile, al enlazar a artistas y amantes de esta manifestación expresiva en un diálogo global, el «Ballet Beyond Borders HAVANA 2024» se despidió con la promesa de una próxima cita, recordatorio de la capacidad de la danza para conectar a personas de todas las edades y procedencias en una festividad por el arte y la vida.