La pasión de construir contra el tiempo

Reflexiones sobre el proceso creativo desarrollado en un largometraje documental de notable trascendencia social que se exhibe en el habanero Multicine Infanta

Por. Isidro Fardales  | Sahily Tabares

Fotos. Martha Vecino


¿A través de qué ojos contaré la historia? El guionista y director Rolando Almirante despeja esta interrogante mediante un revelador punto de vista, el cual le permite enunciar el proceso de génesis y desarrollo del sistema de salud cubano sin obviar los desafíos constantes enfrentados en Cuba, país bloqueado por Estados Unidos y su política hostil, criminal, de continuo intento de vasallaje.

La riqueza expositiva distinguió el relato concebido por el guionista y realizador Rolando Almirante.

En el largometraje documental Contra el tiempo, el  realizador asume la voz narradora y mediante ella ubica escenarios particulares, aporta evidencias, explicita múltiples argumentaciones que ofrecen informaciones sobre lo ocurrido en barrios insalubres en nuestro país antes del triunfo de la Revolución.

Al establecer dinámicas temporales sucesivas organiza una aventura cognoscitiva reveladora de cómo fueron surgiendo los centros de investigación, la red de escuelas de medicina, la formación teórica y práctica de los nuevos galenos tras el éxodo de médicos, estimulado desde el exterior por voceros de campañas manipuladoras.

Influyen en la perspectiva expresiva de la puesta los agentes narrativos elegidos por Almirante, quien se esmeró en la selección de recursos ilustrativos de una construcción textual que denota el esfuerzo, la dedicación, la inteligencia, la perseverancia de hombres y mujeres empeñados en defender la salud del pueblo.

La riqueza testimonial y el valor de la investigación lideran en un relato sostenido por personalidades de diferentes especialidades que en su discurso introducen aristas, enfoques, conceptos, los cuales denotan las complejidades de la cientificidad adquirida en ramas diversas, entre ellas el trasplante de órganos humanos.

Entrevistas, imágenes fijas, materiales de archivo –muchos de ellos pertenecen al Centro de documentación de la revista Bohemia-, imágenes en movimiento, aportan datos, vivencias, estrategias, acciones en provecho de una política humanista.

Dicha perspectiva es recreada por la doctora Susana Cobas, médica de la familia en Los Sitios. Al exponer la riqueza del trabajo de campo, de objetivos, métodos y técnicas investigativas valida su labor diaria orientada hacia la prevención de enfermedades y el apoyo de actitudes positivas en el entorno psicosocial.

De ningún modo ella es la excepción en el sistema de salud cubano que estimuló el Comandante en Jefe Fidel Castro, siempre preocupado por la calidad de vida de la familia en la Mayor de las Antillas.

La manera en que el realizador se implica en el relato en el ejercicio de comunicación artística patentiza que la antropología visual es una antropología del ver y descubrir los sentimientos del otro, sus circunstancias, conflictos, al reconstruir los impactos de acciones que propiciaron los éxitos de las vacunas cubanas y el reconocimiento mundial de nuestros médicos, enfermeras, técnicos, trabajadores de la salud en diferentes lugares del mundo.

El lenguaje coloquial de los doctores Héctor Terry, María del Carmen Barcia y Agustín Lage conecta con las grandes audiencias, cohesiona la sintaxis de la dramaturgia, acorde a la construcción de verdades poco conocidas sobre coyunturas históricas, políticas, económicas, sociales que influyeron en el diseño y en la estrategia de crear un sistema de salud en la isla.

El doctor Héctor Terry reconoció la calidad del sistema formativo de los jóvenes galenos.
Los valores de la salud pública como una ciencia social fueron destacados por la doctora María del Carmen Barcia.
Ciencia y conciencia distinguen la labor del doctor Agustín Lage.

La morfología del documental sustenta su carga temático-comunicativa a través de una estética que apela a la noción de cultura en la más amplia acepción del concepto. Produce un sólido anclaje analítico en la consistencia de la calidad fotográfica, el afán sociológico, la relación pasado-presente, pues estos elementos patentizan el avance de un país enfrascado en la superación del capital humano, la transformación de la conciencia, el fortalecimiento de programas de salud y el control sanitario intersectorial.

Tuvo plena conciencia el realizador al concebir el mensaje lingüístico y el mensaje icónico en beneficio de una exploración en profundidad de realidades que tienen amplias repercusiones en la sensibilidad de la sociedad cubana.

Pero, sin duda, fue decisivo el apoyo de la palabra en la cadena de argumentación que legitima y naturaliza las formas específicas de la pasión de construir en Cuba una nueva vida contra el tiempo.

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