La pasión de emocionar y otros disfrutes

Aprovechamos, en exclusiva para BOHEMIA, el socrático ejercicio de dialogar con Alberto Luberta Martínez, uno de los directores generales de la telenovela El derecho de soñar, junto a Ernesto Fiallo


¿Por qué el suceso radial más importante de 1948 seduce a los públicos del siglo XXI? No obstante las nuevas prácticas de uso de los medios audiovisuales y de la digitalización, mediante el empleo de las redes sociales, varias generaciones dejan de ser pasivas para convertirse en productoras difusoras o productoras consumidoras de puestas diversas sin importar las narrativas, los géneros y las estéticas.

En nuestra TV, El derecho de soñar (Cubavisión, lunes, miércoles, viernes, 9:15 p.m.) evoca El derecho de nacer, un paradigma de las telenovelas latinoamericanas que conmocionó a generaciones en el siglo pasado.

Para acercarnos a este motivador interés mediático, elegimos en nuestra columna, en primera instancia, el socrático ejercicio de dialogar con Alberto Luberta Martínez, guionista junto a Ángel Luis Martínez y director general de la puesta, junto a otro experimentado artista, Ernesto Fiallo.

De alguna manera, la vuelta al pasado y el abordaje de la actual Radio Cubana, el medio más sugestivo que existe, es una dinámica compleja. ¿Cómo lo percibe Luberta Martínez?

“La Radio Cubana ha llegado a cien años por la labor creativa de quienes la hicieron antes y los que la hacen hoy. El homenaje es uno de nuestros propósitos evidentes. Están representadas todas las emisoras del país. Por esto, las transiciones expresan ese sentido. También está presente el destaque de directoras importantes. Lo asume la joven y talentosa actriz Ingrid Lobaina en el personaje de Damaris.

“Fue un verdadero desafío ir al pasado en apenas seis capítulos y medio y recrear el presente. Siempre defendí esa condición de ver dos realidades diferentes”.

Sorprendieron a los públicos, comento.

“No hubo una preparación previa. Faltó divulgación. Era necesario informar a las audiencias sobre lo que iban a enfrentar.

“Como aprecias, estamos enfrascados junto al editor Orestes Martínez en la posproducción de los 59 capítulos de la telenovela. Trabajamos con los capítulos grabados por dos unidades. Una de ellas la dirigió Fiallo, yo estuve al frente de la otra”.

No pretendo abarcar detalles, retos, dificultades, obstáculos, pero sí reflexionar sobre la presencia de una condición de la telenovela en la puesta El derecho de soñar. Por esto le comento: el impacto emocional, el espíritu lacrimógeno y las pocas pretensiones de realismo que se asocian al melodrama tradicional ahora empiezan a convivir con las llamadas citas de géneros; es decir, la incorporación sutil de otras matrices textuales que conllevan una complejidad superior en los personajes y una moral que, si bien no rompe de raíz lo establecido, sí se aleja de la mojigatería y los extremos en blanco y negro.

Alberto Luberta Martínez participa en la grabación de la escena junto al actor Jorge Martínez./ Cortesía del equipo de la telenovela

–¿Cómo asumieron este cambio en la puesta contemporánea?

–Lo expresamos mediante los personajes de María Luisa y Pascual. Están inspirados en personas con esas características que iban todos los días a las grabaciones del programa radial Alegrías de sobremesa. Incluso, algunas enfermaron de tristeza, cuando en algún momento les impidieron esa posibilidad”.

Luberta Martínez nos permite copiar imágenes de la telenovela. En especial, seleccionamos la que lo incluye en la grabación de una escena.

Pensemos: la interdiscursividad del entorno mediático y las convenciones de los planteamientos dramáticos propician que las mayorías asimilen códigos éticos, estéticos. El audiovisual los coloca ante los ojos con un fin esencial: compartir el disfrute y las reflexiones colectivas, individuales.

De ningún modo están aislados los espectadores de los procesos creativos que influyen en la mirada holística de las emisiones. La TV, en tanto mediación cultural, reproduce sentidos, propone interrogantes; en fin, abre nuevas vías a la investigación, pues los deseos de profundizar nunca se sacian.

Siempre esperamos comprender las esencias de las cosas y, cuando se amplía la cosmovisión de cada ser humano, existe la posibilidad inmediata de estimular en el otro la capacidad de analizar.

En este tipo de espectáculo se busca mucho más que el placer de llorar, lo insignificante o trivial, las rutinas cotidianas suyas, del vecino, de las familias amigas, si son bien aprovechadas ayudan a interpretar una ficción muy particular, ella puede hacernos pensar, intercambiar ideas, pensamientos y, sobre todo, emocionar hasta la alegría o el llanto discreto. ¿Por qué no?

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Un comentario

  1. Ha Sido una puesta muy lograda con los personajes ,me siento muy satisfecha al igual que mi familia Mabel y demás familiares por pude intercambiar virtualmente con el actor que interpreta a Francisco Alberto Duquesne Suarez y lo que más me impresionó es saber que no lo conocio y gracias a la descripción de Libertad el cual era su familia ha logrado tocarnos el corazón ,sabemos que Denys Ramos es un talentoso actor capaz de penetrar en la piel de cada personaje que interpreta pues en la etapa anterior de la novela fue magistral pero Frank era así como el lo está haciendo y realmente nos ha ransportafo a la vida a ese joven que el destino nos lo arrebato hace casi 2 años ,muy agradecidos de ese homenaje y de la novela merecen un premio.

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