Foto. / 5 de septiembre
Foto. / 5 de septiembre

La vida después de la muerte

Declaraciones a BOHEMIA de Erlys Casanova, protagonista del cuarto juego en la final de la II Liga Élite y anunciado para abrir las semifinales de este miércoles en la Serie de Estrellas


MATANZAS.-Erlys Casanova es más que un buen lanzador. Su proeza hace unos días en el cuarto juego de la final de la II Liga Élite, cuando tiró nueve innings; se apuntó la victoria a pocos días de haber perdido a su esposa, dejó huellas en los aficionados al béisbol y -en general, a todo ser racional que conoció su historia, más allá del plano deportivo.

Erlys: la sencillez de un gran hombre. / Roberto Morejón

Para mi fortuna, coincidí con él en la Serie de Estrellas; no dudé en acercarme para intentar una entrevista que deseaba desde que le vi inmenso sacando aquellos memorables 27 outs, que terminaron con un abrazo enorme en forma de corazón, desde el montículo del Estadio 26 de Julio hasta el infinito cielo.

Estuve en Artemisa. Lo vi todo. Me emocioné. Aplaudí junto a los más de 5 000 aficionados que repletaron ese pequeño recinto. Pero al cierre del choque me fue imposible ver a Erlys. Los periodistas, ansiosos por la conferencia pospartido, entendimos luego que lo había dicho todo en el box: no tenía más nada que decir ante los micrófonos en ese momento.

Sus lágrimas, tras el último envío, fueron el colofón de una auténtica hazaña, digna de respeto y admiración. Pero me quedó la espinita, por lo que esta vez sí pude estrecharle su mágica mano derecha, felicitarlo en persona. Nos sentamos. Este diálogo transcurrió en su habitación del Hotel Mar del Sur, en Varadero.

“La pérdida de mi esposa ha sido muy dura. Le tengo que agradecer al director técnico Yulieski González por la confianza que depositó en mí. Él fue quien me hizo la propuesta para lanzar. No dudé. Empecé a entrenar y me reincorporé a tiempo para aquel compromiso crucial. Estaba en Pinar del Río con el mayor de mis dos niños cuando decidí volver a la selección de Artemisa.

“De hecho, iba a lanzar el domingo (quinto juego), pero no había abridor disponible para el sábado. Recordemos que el cruce estaba 2-1 a favor de Matanzas y Yulieski me comentó la situación. Le dije que no había problema, podía contar conmigo. Habían pasado casi 20 días desde que no subía al montículo. Venía de un buen año, de llegar incluso a los 100 éxitos de por vida. Mi esposa estuvo en ese momento allí, viéndome, junto a los niños. La recuerdo alegre”, dijo con los ojos rebozados de amor.

–En ese cuarto juego nos diste a todos una lección de vida.

–Siempre me he dedicado al béisbol. Por ese amor a este deporte decidí no dejarlo. No sé si me queda mucho tiempo jugando, pero es lo que más quisiera. Aunque los años no pasan por gusto y el cuerpo se agota.

–Estás anunciado para abrir otro juego crucial, la semifinal de la Serie de Estrellas.

–Yulieski me avisó desde antes de iniciar la lid. Me dijo que me preparara para los cruces. Que ese sería mi momento. Estoy listo.

–¿Qué te parecen los equipos de Venezuela y México presentes en la Serie de Estrellas?

–Este Venezuela no se entrega. Vienen con deseos de ganar. En la selección de México he visto a buenos jugadores, con técnicas de bateo efectivas. Sin menospreciar la pelota nuestra, el béisbol fuera de Cuba requiere mucho oficio, profesionalidad, disciplina táctica. En otras ligas se juega bien y todos tratan de equivocarse lo menos posible. Porque para nadie es un secreto, genera ganancias.

–Hablas con la maestría de un director técnico. ¿Has pensado en serlo cuando te retires?

–He aprendido de grandes entrenadores. Tuve muchos. Pero el principal ha sido mi papá, Luis Giraldo Casanova (considerado por muchos el pelotero cubano más completo de la historia). Él me enseñó desde la óptica del gran bateador que fue. Para triunfar en el montículo tienes que saber lo que piensa el que empuña el madero. El mando lo tiene siempre el pitcher. Hasta que no suelta la bola no hay juego. Por eso es el número uno en las posiciones.

“Y sí, para responder en concreto a tu pregunta, me gustaría ser entrenador algún día. De niños mejor. Los pequeños son como esponjas. Todo lo positivo que ‘les lances’ lo absorben”, dijo Erlys, quien –recordemos- es padre de dos, que también sufrieron la pérdida de su mamá: Enzo Daniel de cuatro años y Erlys Luis, de siete.

Erlys sonríe cuando habla de sus hijos. / Roberto Morejón

–¿Tus niños juegan pelota?

–El más grande está incluso seguro de que quiere ser receptor. Le dije que iba a coger golpes de todos los colores agachado, como los que nunca le he dado yo –comentó sonriente. Además, ya no puede echarse para atrás, porque le conseguí todos los equipamentos –expresó entre risas.

“Los hijos te ilusionan. A veces me pongo a tirarles pelotas. Y sí, ojalá se dediquen a esto”.

–Se te ha visto muy compenetrado con esta Artemisa.

–Así es. Tengo que decir gracias a este plantel por la gran acogida que me han dado. Aquí soy uno más de ellos.

“En este entorno también me he superado. Siempre hay algo más por aprender. Esta temporada me enfoqué, desde la Serie Nacional con Pinar del Río, en aumentar la velocidad de mi tenedor. El entrenador Rogelio García, a quien tengo también mucho que agradecer, me recomendó que les anunciara a los bateadores que iba a tirar ese envío para causar un efecto psicológico importante en ellos: dio resultado. Lo convertí en mi arma mortal; también cogí confianza. De ese modo llegué a los 100 éxitos. Lo hice siempre de local por la situación personal que tenía, pues no me era posible viajar a otras provincias. La verdad es que Pinar del Río no avanzó más porque su ofensiva no estuvo entre las mejores, además de que se cometieron demasiados errores en el campo.

“Así y todo aporté lo que pude. Salí 11 veces. Una sola como relevista; en nueve de esas ocasiones trabajé hasta el noveno inning”.

–Pero en la pelota moderna los abridores no avanzan tanto.

–Es cierto. Lo que pasa es que en los años que estuve de contrato en el exterior, sobre todo en Italia con el Parmaclima, me sacaban el máximo provecho. Claro, ellos pagan, se sienten con ese poder. Por lo general sobrepasaba los 120 envíos por partido. De alguna manera me sirvió como preparación para el futuro.

Lo cierto es que más allá del deporte, cada una de sus escaladas al montículo son oxígeno para quienes amamos la pelota, y la vida. Ojalá podamos verlo muchas veces más “rompiendo” el plato. Crecido luego de los golpes. De momento, a sus 38 años de edad y 18 series nacionales, parece que tiene más historias para contar. Aquella tarde de lujo en el Estadio 26 de Julio titulé mi crónica: Del dolor a la excelencia. Hoy pude, desde mi visión de padre más que periodista, mirarle a los ojos y reafirmar la grandeza de Erlys.

Serie de Estrellas

El venezolano José Tello ganó el derbi de jonrones con nueve estacazos. / Roberto Morejón

Lo más atractivo en la jornada de este martes fue el siempre emocionante –incluso para los peloteros que no participaron– derbi de jonrones. Lo ganó el venezolano José Tello con nueve batazos por encima de la cerca del Victoria de Girón. Le escoltaron, con ocho vuelacercas, su coterráneo Juan Carlos Torres y el camagüeyano refuerzo de los Cocodrilos de Matanzas Yordanis Samón. En tanto, el tunero que representa a las Estrellas, Rafael Viñales, se fue con cinco.

El premio fue entregado al ganador, con toda la intensión, de las manos de una gloria de nuestro béisbol como Lázaro Junco, quien durante 18 temporadas consiguió 11 lideratos de jonrones y en 1992-1993 impuso la marca del momento para un torneo de invierno con 27 cuadrangulares.

Los juegos de la fecha apenas definían los rivales de las semifinales, pues con este sistema de clasificación todos tenían garantizado su cupo a esa instancia. México venció a Venezuela 6-5, en tanto Matanzas en duelo de batazos hizo lo propio ante las Estrellas 19-11. Es cierto que se trata de una fiesta beisbolera, pero podría repensarse el sistema para incrementar la competitividad y atraer a los fanáticos. Así que este miércoles tendremos las semifinales para cuyas definiciones tuvo que apelarse a la fórmula de desempate TQB (de forma todavía extraoficial, al redactar esta nota, veremos los cruces Matanzas-Venezuela y Estrellas-México). Los ganadores irán por el oro, mientras los que cedan buscarán el bronce.

El torneo finaliza este jueves con la discusión de las medallas.

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos