La vida en el centro de la voluntad estatal cubana (+ fotos)

No es casual que en el contexto de las actividades con que el mundo pide, año por año, más protección para el medio ambiente, la titular cubana del correspondiente ministerio, Elba Rosa Pérez Montoya, haya subrayado desde el centro del archipiélago la voluntad real y la prioridad que el Estado y la máxima dirección política del país le siguen concediendo a ese asunto.

No hay que remontarse al rico sedimento acumulado durante décadas. Tal y como comentó recientemente Elba Rosa en cordial diálogo con la prensa, el último año continuó siendo expresión de esa gran verdad, sobre la base de acciones y resultados muy concretos y tangibles como el 31,8 por ciento a que asciende el índice de boscosidad: muy cercano al potencial del país.

En medio de una situación bastante compleja desde el punto de vista económico y financiero, agravada además por el recrudecimiento del bloqueo, la nación no ha renunciado a impulsar programas que convergen en el supremo propósito de defender la vida, la naturaleza y el medio ambiente.

En tal sentido, comentó la titular cubana, se inscribe el empeño por mejorar la higiene en las comunidades, la reconversión de infraestructuras y tecnologías en el sector industrial para desarrollar sistemas productivos amigables con el medio ambiente, acciones para el mejor control y adecuado tratamiento de sustancias y desechos peligrosos, así como avances en los programas de reforestación, conservación y mejoramiento de suelos, empleo de fuentes de energía renovables y restauración integral de playas arenosas.

Marcado esmero pone el Estado cubano no solo en labores estratégicas como el vertimiento de arena (para beneficio del medio y también de la actividad turística), sino también a otras urgencias, como la reubicación de viviendas muy próximas al litoral, para proteger a familias ante las consecuencias del cambio climático y fenómenos hidrometeorológicos extremos.

El motivo lo explica la propia Pérez Montoya al referir cómo en algunos puntos el mar penetra alrededor de 1,2 metros cada año, con el consiguiente impacto para los suelos (salinización), perjudicados, además, por problemas de erosión, sequía y otras adversidades.

Tal panorama ensancha el horizonte de investigación y de acción para la ciencia, con énfasis en la aplicación de las mejores experiencias y búsqueda de nuevas alternativas que permitan elevar los niveles de producción de alimentos y satisfacer en mayor grado las crecientes necesidades de la población, agravadas por la crisis que atraviesa el mundo, más cruda aún tras la irrupción de la pandemia del SARS-CoV-2.

Todo ello genera pobreza, opina la Ministra, y subraya: “mientras así suceda puedo asegurarles que no tendremos un medio ambiente sano y saludable.

“En Cuba hemos avanzado en la agenda ambiental y, como dije, contamos con la voluntad estatal y política, heredada del Comandante en Jefe, cuyo discurso en la Cumbre de la Tierra, hace 30 años, refuerza cada día más su vigencia.

“Por eso, si algo le pedimos a nuestro pueblo y muy especialmente a nuestros jóvenes es comprensión en torno a estos temas y que nos sigan acompañando. Las personas están percibiendo más los impactos del cambio climático, sienten más calor, conocen de más eventos extremos, migración de aves, extinción de especies, sequías intensas, lluvias torrenciales, tsunamis, penetraciones del mar, inundaciones…

“Y frente a todo eso debemos prepararnos, seguir elevando el conocimiento, la educación y la cultura ambiental, porque se trata de proteger y de salvar lo principal: la vida  y la existencia de la raza humana, tal y como nos alertó tan oportuna y claramente Fidel.”

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Un comentario

  1. Plantar más árboles maderables autóctonos en Cuba para potenciar los procesos de lluvia, de fertilidad de los suelos, de moderación de la temperatura ambiente. Los árboles son reguladores del clima, protectores de la naturaleza.

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