“La vida es una oportunidad”

Vivencias del destacado músico José Loyola, artífice del Festival Internacional Boleros de Oro y sus reflexiones sobre la calidad artística de creadores jóvenes y consagrados


“El género pertenece a todos los tiempos. Ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Nación y, como el amor, seduce a cualquier edad”. El maestro José Loyola, compositor y flautista, reflexiona con BOHEMIA sobre una expresión musical que mueve los pies de generaciones.

Preside el comité organizador de la edición 36 del Festival Internacional Boleros de Oro. Ante todo, destaca el auspicio de la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

“Dedicamos el evento a los 140 años de la pieza musical Tristezas, primer bolero compuesto en 1883 por el santiaguero José Pepe Sánchez.

“Nos place rendir tributos a Elena Burke y Pacho Alonso. Recordar la trascendencia bolerística de Pablo Milanés y los centenarios de la vedette de América, Rosita Fornés (1923-2020) y del dominicano Alberto Beltrán (1923-1997), llamado El negrito del Batey”.

Aprovechamos sus vivencias en el festival, del que ha sido un artífice:

“Es un ejemplo de cómo reivindicar, consolidar y proyectar al futuro un género emblemático de nuestra música. Nos permitió colocarlo en su justo lugar, en el momento en que la balada internacional, y otras modalidades, copaban los medios de comunicación, los escenarios y los espectáculos.

“Fuimos capaces de convencer a cantantes, músicos, promotores culturales, comerciales, de la importancia de preservar y difundir un componente esencial de nuestra cultura que une a todo el continente; y no exagero: en cada país de América Latina hay compositores e intérpretes de boleros reconocidos en el mundo”.

Sonríe y enseguida agrega: “Por toda Cuba nacieron peñas. Además, se retomaron grabaciones, programas de radio y tv, giras nacionales e internacionales en beneficio de una promoción sistemática bien pensada.

“Me resulta grato destacar que, en nuestro universo musical, el género ocupa un lugar cimero. Han sido muchos los compositores y las obras de larga estadía en la memoria. Entre las más grabadas se encuentran Veinte años, de María Teresa Vera y Guillermina Aramburu; Lágrimas negras lleva la firma de otro grande, Miguel Matamoros; Longina se la debemos a Manuel Corona y Si me pudieras querer al inolvidable Bola de Nieve.

“Podemos hablar de un movimiento bolerístico en América Latina y el Caribe donde Cuba influyó en la organización de foros, el surgimiento de publicaciones, la labor de expertos y melómanos.

“A propósito, tiene notable importancia la cátedra sobre la música popular creada en la Escuela Nacional de Arte. Puede tributar al bolero, entre otras expresiones musicales. Hay que apoyarla, consolidarla. Muchos jóvenes y consagrados de altísimo nivel imparten clases, talleres, transmiten experiencias y métodos de trabajo liderados por las raigambres y los más avanzados estilos contemporáneos”.

Al maestro Loyola lo distingue el afán creativo. También lo demuestra en el repertorio y en la dirección de su orquesta La Charanga de Oro.

“Innovo sin que se pierdan las características del sonido charanguero y el estilo de interpretación que hace reconocible este formato.

“Soy de estirpe popular. Tengo influencias de los entornos familiar y citadino de Cienfuegos, mi pueblo natal. Es cuna de extraordinarios músicos y agrupaciones que dan gloria a Cuba.

“Nuestros artistas son paradigmas de humanismo, solidaridad y justicia social. Se caracterizan por un comportamiento ético, decente, de buenas costumbres”.

Considera esencial intercambiar ideas, concertar nuevos proyectos, pensar estrategias de colaboración. Lo anima el sólido nexo que mantiene con la Orquesta Aragón.

“Lo establecí a través de mi padre, Efraín Loyola, y de Rafael Lay. La música cubana le debe mucho a la charanga. Por esto me empleo a fondo en el trabajo artístico.

“Somos un pueblo tenaz. Estamos acostumbrados a sobrepasar los momentos difíciles, no importa lo complejos que sean. Imparto docencia en la Universidad de las Artes, aprovecho bondades y virtudes de la informatización.

“No perdamos de vista que la música cubana soporta todo atrevimiento. Pero debemos estar alertas, la seudomúsica acecha y se manifiesta, pero no vence.

“Nuestras fortalezas son el conocimiento, el estudio y la cultura en profundidad. Debemos seguir nutriendo las tradiciones sin abandonar el sentido evolutivo de transgresión dialéctica.

“Defiendo una filosofía: la vida es una oportunidad. Hay que aprovecharla y vivir con decoro”.

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