Las sugerencias de azares concurrentes

Fotógrafas y miradas masculinas coinciden en la muestra Pensamientos en La Habana, que acoge el Pabellón Cuba en su galería El Túnel, donde el lenguaje visual sitúa a los espectadores en una dinámica atmósfera de relaciones comunicacionales


En cualquier sitio del planeta cada humano percibe, a veces de manera inquietante, que vivimos inmersos en tiempos de transformaciones profundas, cuya característica esencial parece ser la visibilidad de lo existente. La estetización de la realidad propicia registrar hechos, situaciones, protagonistas, rostros, cuerpos, paisajes, gestos en ocasiones no captados por miradas indagatorias.  

De alguna manera, tal desvelo emerge de la exposición fotográfica Pensamientos en La Habana, que acoge la galería El Túnel, del Pabellón Cuba. Fue organizada por Gerardo de la Llera Suárez, coordinador general del proyecto Lente Artístico. La muestra ilustra la valía de creadoras jóvenes y consagradas y de fotógrafos que recrean la ciudad cinco veces centenaria. Todos se inspiran en textos de José Lezama Lima y Gastón Baquero como ejes del sendero expositivo.

El minimalismo cautivó a Dania Ramírez.
Leer imágenes y palabras atrapa a los públicos.

Durante el viaje seducen facetas y ángulos peculiares del ecléctico urbanismo hecho durante el transcurso de tiempos inmemoriales y presentes. Los reflejos de Luisa Martina evidencian el sereno ejercicio de una mujer entrenada en la vocación analógica. Quizás siente pasión por el misterio del cuarto oscuro, un afán motivador desarrollado durante el aprendizaje de ser y ejercer la fotografía.

Otra visión aporta la minimalista Dania Ramírez en tanto surtidora de signos. Desde otra perspectiva sorprenden Giselle Fernández, también Maribel Pérez, Marila Sarduy y el detalle de Ailyn Martínez. Los itinerarios de técnicas y soportes, recursos metafóricos, el uso y el juego de texturas con sabias combinaciones plásticas reclaman análisis particulares en próximas ocasiones.

Reflejos de Luisa Martina.
Yasset Llerena seduce con su especial manera de ver la ciudad barroca.

La diversidad del conjunto propone frutos expresivos en sugerentes enfoques culturales, estos legitiman las lecturas de Yasset Llerena sobre una ciudad barroca y el conceptualismo de Alain Cabrera en el erotismo visual.

Por doquier infinitas historias sorprenden cada día. En ellas predominan relaciones entre las imágenes y los valores verbales, pues establecen interrelaciones dramatúrgicas, convenciones genéricas; conforman lenguajes, códigos y señales en goces perpetuos.

A velocidades impensadas viajan cámaras, imágenes, planos, efectos especiales. Todo depende de los ojos humanos. Unos, otros, construyen su “verdad”.

Alain Cabrera conceptualiza el erotismo visual.
El uso del color también se privilegió en el túnel.

Poco pensamos en cuánto influye la fotografía en el ver cotidiano. Utilizar cámaras y artefactos sofisticados de ningún modo garantiza atrapar la conciencia afectiva. En voz de Susan Sontag consideramos: “La fotografía es a la vez una seudopresencia y un signo de ausencia. Como el fuego del hogar, las fotografías, especialmente de personas y ciudades remotas, de un pasado irrecuperable, incitan a la ensoñación”.

Quien se dedica a este quehacer crea la realidad. En perspectivas individuales es fundamental convencer e interpretar lo que ocurre, cómo ocurre. Pero no siempre se logra la ansiada artisticidad. Antes hablábamos de la imagen, hoy impresiona lo visual. Pensemos la jerarquía alcanzada por doquier del audiovisual y de la foto fija; los medios son productores de cultura, instauran modelos, influyen en la preferencia y en la sensibilidad de los espectadores.

El intercambio sobre lo visto ayuda a interpretar los silencios parlantes.
Peter Huble aportó su lienzografía.

Esto tiene nexos con la ubicación temporal y espacial desde donde se cuenta el relato. Representarlo exige el dominio de aspectos técnicos, saturación, matices, brillantez, investigaciones, saberes, cultura, experimentación. Es primordial elegir el punto de vista, acto que precede a la acción de mirar por el visor, pues implica una selección de editor, su postura activa, crítica, propositiva, plena de emociones contenidas, sin obviar los enfoques antropológico y social.

Las sugerencias de azares concurrentes plasmadas en este túnel hacen meditar. La ponderación del instante preciso o del momento irrepetible puede acercarnos críticamente a la realidad de las calles, la intimidad del otro sin excluir sombras, luces, extrañezas, hallazgos. Nunca quedemos satisfechos, la construcción del sentido de lo visto se define en el arte de lo que nuestros ojos pueden ver. Este no se improvisa ni se transmite por ósmosis. Exige estudios, disciplina y desarrollo intelectual durante toda la vida. Jamás se agota. Jamás pensemos hemos llegado.


CRÉDITOS

Fotos. / Yasset Llerena

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2 comentarios

  1. El Pabellón Cuba
    fue el espacio donde nos reunimos un grupo de amigos amantes de la fotografía para compartir nuestras miradas a la ciudad, a la cual Lezama también dedicó algún piropo, algunas líneas en las que le declaró su amor, nosotros atrapamos la luz con que se baña la ciudad de todos los Cubanos.

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