Las vueltas del camino

El escenario electoral latinoamericano sigue aportando noticias


Quienes queremos y esperamos cambios positivos en una región tan humillada y vilipendiada como el sur de nuestro continente, seguimos experimentado las cadenas de insatisfacciones y desagradables accidentes en la que hemos estado todos sumidos en los últimos tiempos, ante la instituida puja entre un progresismo de corte bastante generalizado y la toxicidad de una tradicional derecha dependiente de los poderes fácticos extranjeros, esencialmente con sello Made in USA.

En un contexto semejante, son frecuentes por tanto la alternancia de las victorias de los sectores de diestra y siniestra, la violencia, las campañas espinosas y reñidas, los reclamos por tal o más cual intento de trampas e intromisiones, el valor real o el ilusionismo de ciertas proclamas, la demagogia, el descrédito mediático, y el uso por los grupos oligárquicos y sus mentores de nuevos métodos “legales e institucionales” para desbancar a gobiernos con una mayor proyección social e independencia.

Y justo en ese controvertido devenir es que han estado inscritas en este último agosto las elecciones generales en Ecuador y Guatemala, y las de selección de candidatos en Argentina.

En la mitad del mundo

En el caso ecuatoriano, que a pesar de los pesares movilizó a las urnas a más del 80 por ciento de los sufragistas, la lid concluyó sin que ninguno de los aspirantes lograra el número de boletas suficientes para proclamarse vencedor, por lo que todo quedó en la definición de los dos contendientes que irán a segunda vuelta, en octubre.

En Ecuador el progresismo va a la cabeza para la segunda vuelta, en la figura de Luisa González./ rt.com

Se trata del binomio Luisa González Alcivar y Andrés Aráuz Galarza, por el movimiento de la Revolución Ciudadana o “correísta” (en alusión a su figura fundacional, el expresidente progresista Rafael Correa), que acumuló poco más de 33 por ciento de las boletas; y de la fórmula Daniel Noboa y Verónica Abad Rojas, del partido de derecha Alianza Democrática Nacional (ADN), con cerca de 24 por ciento de preferencia.

En sentido general, este resultado confirmó los pronósticos de las encuestas precedentes, a cuenta del actuar monolítico de aquellos que recuerdan y apoyan la labor de reconstrucción nacional ejercida por la Revolución Ciudadana en años precedentes bajo la presidencia de Rafael Correa, y los tiempos de desmonte, desestructuración y crisis que le siguieron luego de la traición de Lenín Moreno y la tronchada ejecutoria neoliberal de Guillermo Lasso.

Para Luisa González no queda otra, pues que “la decisión de continuar la lucha por erradicar el olvido en el que han dejado al pueblo ecuatoriano, sin seguridad, sin educación, sin salud y sin empleo”, y “empezar un futuro y una esperanza de patria, obras, dignidad y seguridad”.

Por su parte, el contendiente y empresario integrante de una de las familias más acaudaladas de Ecuador, con un discurso que algunos califican de cercano al “populismo”, ha dicho en primera instancia que no intentará crear un bloque de derecha para las votaciones de octubre y que la lid se ceñirá a elegir entre su figura o la de Luisa García… En fin, vivir para ver.

Las elecciones ecuatorianas de este 20 de agosto estuvieron marcadas, además, por nuevas manifestaciones de la espiral de violencia que ha cundido en la nación a partir del descoyuntamiento, por las administraciones neoliberales, de las medidas y las estructuras de seguridad interna impuestas por la Revolución Ciudadana durante su ejecutoria gubernamental.

El asesinato a balazos, de forma pública, del candidato presidencial Fernando Villavicencio a escasos días de abrir las urnas, fue sin duda la nota cimera de esta ola de crimen, cuyo combate deberá estar entre las prioridades de un nuevo poder ejecutivo.

El país del quetzal

En Guatemala, también este domingo 20 de agosto, las elecciones generales otorgaron una decisiva mayoría, con más de 58 por ciento de los votos, al abogado y diplomático Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla, vilipendiado y pretendidamente anulado por sus adversarios oligárquicos.

Guatemala estrenará un gobierno de esperanzas, liderado por Bernardo Arévalo./ sputniknews.com

Bernardo es hijo de Juan José Arévalo, presidente de la nación centroamericana de 1945 a 1951 y considerado el primer mandatario libre y popularmente designado por el voto del pueblo guatemalteco. En aquel período se produjeron más de 30 intentos de golpes de Estado y, más tarde, durante la administración de su sucesor, Jacobo Arbenz, militares traidores y oligarcas, con el total y abierto padrinazgo de Washington, orquestaron una agresión armada que derrocó a las autoridades electas y opacó y ensangrentó por largos decenios las aspiraciones de las mayorías.

El nuevo presidente, cuya agrupación política fue incluso objeto de una “suspensión” por integrantes venales del poder judicial apenas unas semanas antes de ir a las urnas, remontó todas las adversidades convertido en una esperanza popular real para enfrentar el desastre social interno y las altas tasas de venalidad institucionalizadas en el país.

Surgido en 2014, el Movimiento Semilla se define como reivindicativo de las aspiraciones mayoritarias de los guatemaltecos y centrará sus empeños en el combate a la corrupción, el desarrollo social, la lucha contra el hambre, el avance económico sostenible, la seguridad democrática, el cuidado de la naturaleza, y la pulcritud y eficacia en las funciones públicas, entre otros temas vitales.

Lo cierto es que, a juzgar por analistas y medios informativos, su mensaje ha calado profundo en una sociedad marcada por la violencia reaccionaria, tremendos desequilibrios internos, e injerencia y dependencia de los poderes extranjeros.

Aires malos

Mientras, en Argentina, los resultados de las elecciones destinadas a confirmar a los aspirantes a la presidencia tomó un rumbo inesperado y alarmante, con la victoria del extremista de derecha y pretendido líder antisistema Javier Milei, del titulado movimiento La Libertad Avanza.

Jaime Milei se constituye en la incógnita política argentina./ elmundo.es

Con un discurso controvertido y supuestamente opositor a todo lo que estima “tradicional e inoperante” en el quehacer político nacional, Milei se proyecta como un “ácido reformador” de maneras autoritarias y tajantes, al estilo de uno de sus inspiradores, el expresidente republicano norteamericano Donald Trump.

Sus propuestas incluyen un rosario de medidas contra programas sociales y entidades oficiales involucradas en esas y otras tareas clave, entre ellas la reducción de los ministerios de 18 a solo siete, para “recortar el poder del Estado”; privatización de servicios básicos, como educación, salud, y pensiones; despido masivo de empleados públicos; dolarización total de la banca nacional; establecimientos de cárceles privadas; eliminación de la educación sexual, porque constituye un “adoctrinamiento”; venta libre de armas; penalización del aborto; hacerse acompañar en la boleta por una vicepresidenta que niega tajantemente los crímenes de las dictaduras militares, y proponer al neoliberal expresidente Mauricio Macri como superministro argentino para “el mundo”, entre otras “iniciativas”.

Y si bien aún hay quienes aseveran que la lógica debe imponerse en el electorado a la hora de la verdad, lo cierto es que los estragos del gobierno macrista siguen acogotando al país, a pesar de la administración progresista de Alberto Fernández, lo que se traduce en desgate también para una izquierda de la que la angustia social esperaba más. Y en tales aguas procelosas un “radical enojado y bravucón” puede pescar con suerte. No sería el primero ni el último.

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Un comentario

  1. DE una seguidora de Correea nada bueno se puede esperar. Más de los mismo. Ecuador ES un país capitalista. Y ya sabemos quién gobierna en los países capitalistas: el dinero, osea, el empresariado. Vaticino que NO terminará su mandato. Hará uso al derecho constitucional de disover el Congreso y llamar a elecciones. El nuevo presidente de Guatelama, acaba de romper el bipartidismo. Es de derecha moderada y anticomunista por antonomasia. Ya se reunió con Buquele. No es iluso pensar que hará lo mismo: atacar la delincuencia común, el narcotráfico, las maras y la corrupción estatal, de paso se asegura la reeleción, modificando la Constitución de ser necesario. En la Argentina es más complejo el panorama pq NO podrá quitar los derechos sociales conquistados por los peronistas durante décadas. Milei de extrema derecha, definiéndose como anarcocapitalista, rompió el bipartidismo tradicional. La juventud le dió el voto. La ciudadanía está harta de promesas y la olla familiar no vive de ellas. Sin temor a equivocarme me atrevo a decir que la corrupción argentina es, junto a Haití, la más alta de Latinoamérica. Atacarla será un gran desafío al igual que disminuir la permanente inflación de 3 dígitos anuales a uno. Ambas no será fácil. Si lo logra será reelegido.

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