Legna alertó y nos dejó pensando

Valoraciones sobre un telefilme de notable trascendencia social transmitido por el Canal Cubavisión en el espacio Una calle mil caminos


El impacto del medio televisual es significativo en las audiencias. Moviliza su capacidad para persuadir mediante imágenes y relatos, susceptibles de acercarnos a preocupaciones de cualquier ser humano.

Teóricos de la investigación en arte reconocen que los artistas audiovisuales al crear su obra lo hacen para expresar, decir, o criticar algo que los demás no han dicho o no percibieron.

En la actualidad, cada realizador se proyecta en la sociedad para que esta sea consciente de la necesidad de solucionar problemas. Acuden a las palabras, la sonoridad, la plasticidad, la visualidad, entre otras especialidades, y las validan en la práctica artística.

Durante el verano, y por el Canal Cubavisión, el sábado, a las dos de la tarde, la revista de orientación social Una calle mil caminos, aborda asuntos de la realidad cotidiana en Cuba.

A contra luz, telefilme transmitido en ese espacio, hizo reflexionar a las familias en diferentes lugares de nuestra geografía.

De manera emotiva y tras un arduo progreso investigativo desarrollado por la guionista Katia Bulés, el relato colocó en la TV la etapa de la adolescencia; hizo énfasis en la importancia de la comunicación y ponderó el amor entre padres e hijos.

Foto. / Martha Vecino

En opinión de la directora de la puesta, la primera actriz Tamara Castellanos: “En el cotidiano transcurrir de la vida es infinito el cúmulo de sentimientos que albergan los individuos. Captar sus esencias y expresarlos de manera verosímil requiere talento, magisterio y estudios por parte de los creadores”.

Sin duda, por esto, entre los aciertos dramatúrgicos de la ficción lideró la riqueza de conflictos. Entendidos estos como las fuerzas en contradicción que generan las acciones dramáticas.

La ausencia de afectividad por parte de una madre y un padre irresponsables afectó la estabilidad emocional de Legna, adolescente de 13 años, quien de diferentes maneras reclamó la atención y el amor para sentirse feliz en familia.

En ese proceso, la niña, interpretada de forma magistral por Angely Cortina, vivió días de extrema violencia. Las acciones psicológicas, al violentar la integridad psíquica y emocional, afectaron su autoestima. El abandono, los insultos, las prohibiciones, laceraron duramente su estabilidad emocional.

El inteligente desarrollo de la historia, al tiempo que colocó en la trama oportunos obstáculos y silencios, situó la solidaridad, la amistad, el apoyo de personas buenas para salvar situaciones de extrema violencia.

El tempo, a veces lento, reflexivo, de espera ante confrontaciones, lideró en un juego con las expectativas que, al estar bien orientado, propició entender el sufrimiento de una adolescente tras el abandono y la indolencia de la madre.

Los conceptos de las familias, del amor y el trato cálido protagonizaron el abordaje de diferentes puntos de vista en una historia dura, difícil, cruel, que hizo pensar en el maltrato en tanto problemática social de notable connotación en la vida de Legna.

Ella puede ser su vecina, una amiga o la conocida que no vemos a diario.

Es evidente, en el siglo XXI, el cambio de percepción de los públicos, sí, en plural. Ellos son diversos, heterogéneos, demandan variaciones de escrituras y lenguajes, pues en el mundo tienen lugar nuevas relaciones entre los procesos simbólicos y las formas productivas durante la distribución de bienes y servicios.

En el audiovisual, realizadores de diferentes generaciones conciben narrativas novedosas al involucrarse en lo “real” para decirnos: lo que sucede a este personaje le interesa a cualquier humano.

Los equipos artístico y técnico recrearon atmósferas, situaciones extremas, confrontaciones que hicieron reflexionar sobre el llamado mundo privado de notable trascendencia a nivel social y en los medios de comunicación.

No lo olvidemos: de manera continua en un mundo cada vez más interconectado se borran las fronteras entre los géneros dramáticos, las ficciones expresan experiencias y visualidades en textos lingüísticos e icónicos mediante puestas donde los aportes de actores y actrices son esenciales.

El ejercicio profesional demanda una sólida preparación previa que de ningún modo culmina al interpretar personajes diferentes. Esa vivencia queda latente en el alma y en la memoria donde deja registros de referencias y emociones.

Según reconoció Stanislavski, un maestro en la construcción del personaje: “El objetivo del arte no es solo crear la vida del espíritu humano en el papel a interpretar, sino también transmitirlo externamente en forma artística”.

Por todo esto es indispensable descifrar el lenguaje de cada propuesta, interpretar las acciones, los bocadillos, los gestos de actores y actrices para reconocer lo auténtico en el estridente barullo de imágenes y palabras que por las redes dicen lo mismo, no incentivan el talento de los públicos, ansiosos por ver lo mejor en las pantallas de TV.

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