Matanzas: más allá de ser la Atenas de Cuba

Entrada a la Atenas de Cuba/ Cubarte.cult.cu

Por ERNESTO V. FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ / ARCHIVO DE BOHEMIA

El director del Liceo Artístico y Literario de Matanzas, Rafael del Villar,proclamó el 17 de febrero de 1860 a esta bella urbe como La Atenas de Cuba, designación aceptada por todos los cubanos a través de los tiempos. Veamos por qué.

La capital de Grecia, Atenas, es probablemente la ciudad con más historia cultural del mundo, según los estudiosos. Personalidades tan importantes para el pensamiento filosófico de todas las épocas como Sócrates y Platón nacieron y/o desarrollaron su pensamiento en Atenas; este último pensador fundó en las colinas atenienses la popular Academia donde estudió Aristóteles, considerado el más grande filósofo de la época. Dramaturgos tan importantes para la cultura occidental como Sófocles, Esquilo y Eurípides hicieron su carrera literaria en Atenas. El más agudo escritor de sátiras de ese tiempo, Aristófanes, también nació y recreó sus obras en esa acrópolis.

La civilización griega, con su base predominante en Atenas, originó e impulsó gran cantidad de nuevas ideas que permanecen como herencia cultural significativa para la civilización occidental. Los conceptos de historia, filosofía o ciencia, la aritmética, la geometría tienen su matriz alrededor de esa ciudad. Otro aspecto significativo se refiere a la política: surgió allí el concepto de democracia o gobierno de la mayoría.

No podemos detenernos en todos los logros y figuras relevantes de Atenas. Resumimos apuntando que el arte, la ciencia, la filosofía y la arquitectura ateniense, tienen una gran influencia en esta parte del mundo hasta nuestros días, es base del legado cultural humano.

Matanzas y su huella literaria

Puente sobre el río San Juan.
Puente sobre el río San Juan.

Puente Calixto García.
Puente Calixto García.

Puente de La Concordia.
Puente de La Concordia.

Un virtual ciudadano ateniense a quien se le comentara que en la pequeña isla caribeña de Cuba, en una ciudad de nombre guerrero pudiera ser émula de la capital griega, quizá asomara en su rostro un mohín de duda, de suspicacia. Quisiera convencerlo; entonces cruzo junto con él uno de los 20 puentes matanceros: el que se erige sobre el río San Juan, allí donde el 20 de enero de 1899 entró a la ciudad el Ejército Libertador.

El visitante virtual y yo indagamos profusamente. Las fuentes consultadas apuntaron, todas, hacia una misma dirección: Matanzas ostenta una pléyade de poetas que haría brillar cualquier poemario en lengua castellana.

Comencemos nuestro recorrido cultural por la ciudad yumurina recordando a José Jacinto Milanés Fuentes, fiel representante de los ideales cubanos, una de las encumbradas voces de los escarceos del romanticismo en la nación caribeña.

Nació este bardo el 16 de agosto de 1814. Algunos biógrafos refieren que Milanés era descendiente de Jácome Milanés, participante del rescate del obispo Altamirano, acción que dio pie al primer poema épico escrito en Cuba: Espejo de paciencia.

Muy joven, de forma autodidacta, aprendió el latín, el francés y el italiano. El rotativo El Aguinaldo Habanero publicó algunas de sus poesías más conocidas: “La Madrugada”, ”Cita Nocturna” y “Requiescate in pace”. El teatro Tacón de La Habana estrenó su drama El Conde Alarcos. También escribió otros dramas como El poeta en la corte y A buen hambre no hay pan duro. Escribió poesías de carácter lírico sobre todo, pero también de temas patrióticos, religiosos.

Sus biógrafos destacan sus composiciones Cancionero de Tristán Morales y Cantares del montero, que circularon ampliamente entre los campesinos cubanos.

Murió a los 49 años. Dicen los historiadores que jamás se ha visto en Matanzas un entierro de mayor solemnidad.

Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido, aunque nacido en La Habana en 1809, desplegó la mayor parte de su actividad poética en la Ciudad de los Puentes. En 1837,  formaba parte ya del diario La Aurora de Matanzas, se encargaba de la sección de poesía. En esa ciudad escribió una de sus mejores composiciones Siempreviva, publicó un tomo de poesías, nacieron poemas amorosos llenos de sensualismo y frescura como “A una ingrata”, “La flor de la caña”yLa flor del café”, así como el romance Jicontencal, elogiado por el crítico español Menéndez y Pelayo.

Dentro del bochornoso proceso colonialista español conocido como la Conspiración de la Escalera –se amarraban los reos a peldaños de una escalera para arrancarles a latigazos confesiones y delaciones–, Plácido, poeta ya muy conocido y por ello molesto para las huestes ibéricas, resultó encausado injustamente y fusilado por espalda más tarde en el cementerio de San Carlos, en su querida Matanzas.

Uno de los más grandes poetas matanceros fue Bonifacio Byrne, señalado como el más apropiado heredero de José Jacinto Milanés por lo exquisito de su sensibilidad, aunque se destacó más como cultor de la poesía patriótica.

Funda en Matanzas los periódicos La Mañana y La Juventud Liberal, publicaciones en las que defendía el derecho de Cuba a liberarse del colonialismo. Debido a su posición pública de rebeldía emigró a los Estados Unidos. En la ciudad de Tampa organizó un club revolucionario, a la vez que se convirtió en redactor de los periódicos Patria y El Porvenir.

En 1909,  leal a su identidad como matancero, creó el periódico El Yucayo. Su obra literaria es muy diversa, podemos mencionar los poemas “Excéntricas” (1893), “Efigies” y “Sonetos Patrióticos”(1897). No obstante, su fama escaló la cima con el poema “Mi Bandera”, el cual adquirió tintes épicos en voz del inolvidable comandante Camilo Cienfuegos.

Carilda Oliver: Anda de cumpleaños el ama de la poesía.
Carilda Oliver Labra, matancera de pura cepa.

Más cerca de nuestros tiempos, Carilda Oliver Labra, matancera de pura cepa, es considerada una de las más importantes poetisas contemporáneas de Cuba y América Latina. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1997. Se desempeñó como profesora de inglés, dibujo, pintura y escultura.

Dora Alonso, reconocida escritora para niños.
Dora Alonso, reconocida escritora para niños.

Nace Dora Alonso el 22 de diciembre de 1910 en Matanzas. Fiel heredera de dos culturas: España en el idioma y África en el misterio y la leyenda, lleva esa sabiduría en el contar a los más pequeños. Con Pelusín y los pájaros inicia su producción teatral para los niños. Escribe además Aventuras de Guille, El Cochero Azul, Once Caballos, Cómo el trompo aprendió a bailar y muchas otras. Dora Alonso mereció diversas condecoraciones por su obra.

Aunque le parezca una constelación de brillantes personalidades, hemos navegado solo por la superficie del océano literario de Matanzas, inmenso y repleto de estrellas, le indiqué a mi invitado virtual.

MATANZAS MÁS QUE ATENAS

De otra parte, Atenas nunca tuvo una inspiración musical de altos quilates como la capital yumurina, donde nació el danzón, baile nacional, añadí.

Miguel Faílde, creador del danzón, baile nacional.
Miguel Faílde, creador del danzón, baile nacional.

Su autor, Miguel Faílde-en unión de sus hermanos Eduardo y Cándido-, dieron a conocer el primer danzón en 1879, Las alturas de Simpson, en los salones del más tarde liceo artístico y literario de Matanzas. Después de este primer número le siguieron otros danzones: La Malagueña, Los Tirabuzones, Los hijos de Querina, Para La Habana me voy, La diosa japonesa y Cuba Libre, entre otros. Miguel Faílde no era solamente compositor de danzones, sino también de danzas, valses, pasodobles y marchas.

Atenas tampoco tuvo la enorme fortuna de contar con un músico excepcional como José White. El tercer día de agosto de 1856, La Gazette Musicale de Paris hizo referencia al violinista criollo que enamoró al mundo. Su crónica informó de un concurso en que se debía ejecutar un concierto para violín del gran compositor Giovanni Batista Viotta. Ya el jurado había escuchado, no sin cierta “somnolencia” (sic.), el mencionado concierto en las cuerdas de 16 participantes. Subió entonces al estrado el matancero genial. Desde las primeras notas, el jurado advirtió, admirado, cómo la pieza clásica cobraba nuevos bríos en aquella ejecución: lo proclamó vencedor por unanimidad.

El violinista mestizo es admitido así en el renombrado Conservatorio de París de entre 60 candidatos. Tenía entonces José White solo 20 años.

Con 18 ejecutaba sus propias composiciones, muchas de ellas estrenadas en sus apariciones públicas. Se destaca el Concierto para violín y orquesta en FA Menor. Fue aclamado en salas de Nueva York, París y Madrid. En esta última capital, la reina Isabel II lo condecoró con la orden Carlos III.

El pentagrama musical cubano cuenta además con matanceras que embellecieron sus notas. De ellas sobresale la poco mencionada Natalia Brochde Calvo, quien nació en la Ciudad de los Puentes en 1830 y es considerada como una de las mejores pianistas del siglo XIX en Cuba.

En cierta ocasión, el compositor austríaco Jakob Wolf la escuchó tocar en París y quedó fuertemente impresionado por la ejecutoria de la joven matancera: “Es una gran artista, el sonido que saca del piano es desconocido en Europa […]”, aseguró el músico de origen esloveno.

Dámaso Pérez Prado, el Rey del Mambo.
Dámaso Pérez Prado, el Rey del Mambo.

Ya en el siglo XX, en Matanzas también, nació Dámaso Pérez Prado, pianista y compositor que popularizó y dio forma definitiva a un ritmo que en los años 40 y 50 del pasado siglo hizo furor en todo el orbe: el Mambo.

Todo comenzó cuando en 1937 la orquesta de Arcaño y sus Maravillas compone un danzón que finaliza en tiempo asincopado, resultado de una fusión entre compases propios del jazz norteamericano diluido dentro de ritmos afrocubanos: el futuro del mambo.

En los inicios de la década del 40, Pérez Prado emigra a La Habana, donde escucha a la orquesta de Arcaño. En la urbe capitalina estructura definitivamente el nuevo estilo musical. De acuerdo con opiniones de musicólogos, Pérez Prado, sin ser un virtuoso del piano, desarrolló su propio instinto, haciéndolo sonar casi como si fuese un instrumento de percusión.

Otro grande de la música cubana fue Rafael Somavilla Morejón, quien nació en Matanzas el 19 de agosto de 1927. Amante del jazz, se unió al grupo que creó e inauguró el Club Cubano de ese ritmo. Además, fundó la Orquesta Cubana de Música Moderna.

 

Donde la cultura se funde con el sentido patrio

Lo expuesto es solo un botón de muestra del legado literario-musical transmitido por los hijos del Yumurí a lo largo de centurias, le reiteré a mi virtual invitado ateniense.

No obstante, el aporte de Matanzas no se centra solo en su aporte cultural a Cuba y el mundo, sino además se destaca por su rebeldía y amor patrio.

Cuentan que en 1849 un grupo de músicos matanceros cometió un “agravio” contra la Reina de España que les costó un consejo de guerra. Era el cumpleaños 19 de Isabel II, las autoridades peninsulares ordenaron que en las sociedades culturales se organizara un baile en su honor.

En todas se cumplió el úcase menos en la Sociedad Filarmónica de Matanzas, donde las familias de esa ciudad no gastaron ni un minuto de su tiempo para homenajear a la Reina. La Sociedad fue clausurada y condenaron a todas las familias matanceras a un año completo sin poder celebrar un baile.

El propio nombre de Matanzas viene acompañado de un acto de rebeldía contra el conquistador ibérico. Antes de la llegada de los españoles, los aborígenes cubanos conocían la zona con el nombre de Yucayo y denominaban Guanima a la bahía. Según cronistas de la época, en 1514 un grupo de colonizadores murieron ahogados en Guanima debido a que unos aborígenes los apalearon y lanzaron por la borda de sus canoas, cuando aquellos los obligaron a que los llevaran al extremo opuesto de la costa.*

Este hecho fue relatado a Fernando el Católico, rey de España, en una carta enviada por el Adelantado de Cuba, Diego Velázquez, fechada el 1o de abril de ese año. Velázquez se enteró del hecho por boca del padre Bartolomé de las Casas, quien a su vez lo oyó de tres supervivientes. Desde ese incidente, Guanima pasó a llamarse bahía “de la matanza” o Matanzas, sencillamente.

Miguel TeurbeTolón, diseñador de la bandera y escudo nacionales.
Miguel TeurbeTolón, diseñador de la bandera y escudo nacionales.

En esta ciudad entrelazada por puentes, se diseñaron dos de los tres símbolos nacionales: la bandera y el escudo, gracias al ingenio de Miguel TeurbeTolón, matancero de una gran cultura y sensibilidad literaria y patriótica.

TeurbeTolón ejerciócomo profesor de historia, filosofía, inglés, esgrima y retórica. En la Sociedad Filarmónica de Matanzas explicó Filosofía Natural, enseñó Literatura en la Escuela Auxiliar de la Universidad de La Habana; en 1848 fue nombrado socio facultativo del Liceo Artístico y Literario de La Habana. Colaboró en diferentes periódicos como Aguinaldo Matancero y La Aurora del Yumurí, del cual fue redactor jefe. En 1848 tuvo que emigrar a los Estados Unidos perseguido por las autoridades españolas. En Nueva York se vinculó con el general venezolano Narciso López quien, aunque confiaba en una futura anexión a los Estados Unidos como beneficiosa, amó a Cuba y dio su vida para que fuese independiente de España.

En 1849, a partir de una idea de este último, TeurbeTolóndio forma a la bandera nacional, la cual simboliza la república libre y soberana que se deseaba, así como la unidad de los cubanos. El escudo de la nación resultó también obra de Teurbe Tolón, adoptada, con algunas modificaciones, en la Asamblea de Guáimaro al crearse la República de Cuba en Armas.

Nuestro ateniense virtual, luego del variado y rico arsenal de evidencias que prueban lo acertado de llamar a Matanzas “La Atenas de Cuba”, tuvo que aceptar lo adecuado del concepto. Más aún, adelantó el criterio de que era más propio de esa ciudad nombrarla “La patriótica Atenas de Cuba”. Estuve totalmente de acuerdo.

Me permito entonces finalizar este texto con un fragmento del hermoso y emotivo poema de Bonifacio Byrne “Mi Bandera”: Mi bandera es aquella/que no ha sido jamás mercenaria,//y en la cual resplandece una estrella,/con más luz cuando más solitaria//Del destierro en el alma la traje/entre tantos recuerdos dispersos,/y he sabido rendirle homenaje/al hacerla flotar en mis versos./

Bonifacio Byrne, autor del poema patriótico Mi Bandera.
Bonifacio Byrne, autor del poema patriótico Mi Bandera.

Bandera original enarbolada por Narciso López.
Bandera original enarbolada por Narciso López.

*Nota del autor: Existen otras versiones sobre el mismo suceso.

 

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8 comentarios

  1. Muy bueno. Solo comentar que Plácido fue fusilado a escasos 400 metros del Hospital de Santa Cristina, donde la noche anterior fue confinado a una de sus celdas. El hospital esta, porque aún se conserva la celda, a escasos metros del cuartel militar de entonces, hoy escuela Domingo Goicuria. Saludos.

  2. Creo que entre tantas personalidades de la cultura que han sido mencionadas y sus fotos se encuentran en el mismo articulo, bien pudieran haber puesto la foto de Carilda Oliver y no solo mencionarla, ella representa una parte de esos artistas eméritos de Matanzas, creo que el articulo hubiese estado más completo.

  3. De Matanzas sin dudas: Agustín Acosta Bello quien fuera poeta nacional, Manzano con su manglar y uvero sin olvidar a Luis Marimón… tres monumentos de la cultura yumurina!

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