Moscú mira al sur del Río Bravo

El recorrido del jefe de la diplomacia rusa por varias capitales latinoamericanas reflejó la independencia de la política exterior de varios gobiernos en una zona tradicionalmente considerada traspatio de Estados Unidos


La más reciente victoria de Rusia en su conflicto con Ucrania no se produjo en el teatro de operaciones militares. El éxito aconteció a miles de kilómetros de distancia del frente, durante un recorrido de cinco días por varias capitales latinoamericanas del ministro de Asuntos Exteriores de la nación eslava, Serguéi Lavrov. El hecho sobrepasa los márgenes del diferendo entre Moscú y Kiev y, simbólicamente, lanza mensajes importantes para la geopolítica mundial: América Latina ha ganado independencia en su política exterior para abandonar una postura de alineación en bloque con Estados Unidos, y se han fortalecido los mecanismos de integración y diálogo que apuestan por la multipolaridad frente al histórico hegemonismo de Washington.

   En lo que constituye una avezada lectura de ese contexto, Rusia aprovechó los encuentros de alto nivel para presentar a líderes de la región su nuevo concepto de sobre política exterior y lo que significa esto en América Latina, donde supone el aumento significativo de la atención a aquellas estructuras que funcionan en el continente, sobre todo la Celac, con prioridad a los países que son socios estratégicos. El itinerario realizado por Lavrov lo confirma.

   En Brasil, el titular de Asuntos Exteriores eslavo se reunió con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva; con el asesor jefe especial del mandatario, Celso Amorim; y con su homólogo, el canciller Mauro Vieira. Además de transmitir invitaciones para realizar visitas oficiales a Moscú, en las negociaciones se habló fundamentalmente de la situación en Ucrania. Brasilia ha comenzado a desempeñar un rol destacado en los intentos multilaterales de poner fin al conflicto, acompañada por China y los Emiratos Árabes Unidos. La parte rusa reconoció la buena compresión por la nación suramericana de la génesis de la situación y su intención de aportar una contribución en la búsqueda de caminos para resolver el diferendo. En la agenda de conversaciones, de acuerdo con lo que trascendió a la prensa, también estuvieron presentes los procesos de la integración política y económica en América Latina, lo que supone el interés de Moscú por aportar a ellos.

La segunda escala de Lavrov fue Caracas, capital de Venezuela. Como muestra de la sólida alianza entre ambas naciones, fue recibido por su homólogo, Yván Gil Pinto; la vicepresidenta, Delcy Rodríguez; y el presidente, Nicolás Maduro. La economía, como pilar de esa relación, acaparó un espacio importante en el diálogo y los acuerdos suscritos, fundamentalmente con la intención de que ambas naciones sean cada vez menos dependientes de los caprichos y juegos geopolíticos de Estados Unidos y de otros países occidentales. En ese sentido se anunciaron numerosos proyectos, en sectores como la producción de petróleo, el gas, la agricultura, la medicina, el espacio y las nuevas tecnologías.

   Otro punto estratégico para Rusia en la región es Nicaragua, a donde llegó Lavrov para reunirse con el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo. Durante los encuentros de alto nivel se subrayó sucesivamente el apoyo de Managua en la promoción de relaciones con organizaciones de integración de América Latina, sobre todo la Celac y el SICA, lo que convierte a las relaciones entre ambas naciones en una asociación estratégica. Más allá de los acuerdos económicos, comerciales y de otra índole que fueron suscritos, un elemento se destacó en la visita: la convicción común de que la multipolaridad es un proceso histórico objetivo que no se puede detener.

En La Habana, el jefe de la diplomacia rusa se reunió con el líder de la Revolución Cubana, Raúl Castro. / presidencia.gob.cu

   La Habana fue la última escala del jefe de la diplomacia rusa. Aquí se reunió con el canciller, Bruno Rodríguez Parrilla; el presidente, Miguel Díaz-Canel; y el líder de la Revolución, el diputado y general de Ejército Raúl Castro Ruz. El impacto de las medidas coercitivas unilaterales y la necesidad de blindarse frente a ellas, la cooperación militar y económica, y la apertura de foros y mecanismos de cooperación multilaterales marcaron la agenda del diálogo, que dio continuidad a las conversaciones y los acuerdos refrendados durante la reciente visita de Díaz-Canel a Moscú.

   El recorrido de Lavrov por estas naciones latinoamericanas derriba uno de los mitos impuestos en la región desde Washington al amparo de la Doctrina Monroe, que considera a los territorios al sur del río Bravo su zona de influencia exclusiva, lo cual le ha servido para justificar desde intervenciones militares hasta la creación de organismos que se describen como integracionistas, pero que en realidad actúan como mecanismos para reproducir prácticas neocolonialistas. En este hecho influyen no solo el ascenso al poder en el continente de varios gobiernos de centroizquierda, sino también el agotamiento del modelo unipolar en las relaciones internacionales, el retroceso de la hegemonía del dólar en la economía mundial y el negativo impacto del plan de Occidente para manejar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que ha provocado efectos negativos en las economías de los países en vías de desarrollo.


CRÉDITO PORTADA

El recorrido de Lavrov por América Latina comenzó por Brasil. / agenciabrasil.ebc.com.br

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Un comentario

  1. Muy bien lo que está haciendo Rusia. Lo debiera hacer no sólo con Latinoamérica. Es parte de la geopolítica mundial. Nada que reprochar. Eso, sí, hay países que, por muchas razones, seguirán alineados con los EEUU. Por ejemplo: México, El Salvador, Paraguay Colombia y Chile, entre otros y los demás veremos caso a caso. Por cierto hay países que son incondicionales a Rusia, ejemplo: Venezuela, Nicaragua y Cuba.

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