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¿Nueva crisis insuperable en el Sahel?

Se dice que presiones externas pueden estar influyendo negativamente en decisiones clave de África, lo cual trae crisis de legitimidad. Hay expectación ante la tradicional sabiduría regional


Conmoción en el seno de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao): a inicios de 2024, tres de sus integrantes anunciaron la posibilidad de salirse del bloque. El argumento esgrimido por Malí, Níger y Burkina Faso está directamente asociado con la declarada intención de la agrupación de enviar tropas interventoras –o de seguridad, como quiera llamárseles– hacia Níger, después que, el 26 de julio del pasado año, un grupo de uniformados se hiciera allí con el control del gobierno, derrocando al presidente, Mohamed Bazoum. Es necesario puntualizar que esta acción incruenta contó con amplio respaldo popular, al identificarse la gesta como un acto de independencia del poder neocolonial de Francia.

Si bien la Cedeao –con 15 países miembros que tratan de lograr la autosuficiencia colectiva de sus Estados por medio de una unión comercial– ha mostrado utilidad para grandes asuntos humanitarios y de respaldo a la ONU en esa zona del mundo; por otro lado, y según diversos expertos, ha sido minada por influencias europeas y estadounidenses. En cambio, en lo que a Cuba atañe ha mantenido sostenidamente una actitud digna en contra del bloqueo imperial, lo cual habla a favor de un ente que en política exterior todavía conserva voz soberana. No obstante, es preciso señalar que, en lo que respecta a temas africanos, la Cedeao ha tomado un camino algo titubeante, entre el apoyo a sus pueblos y la “comprensión” ante ciertos rezagos coloniales.

La organización del Sahel analiza la situación de tres de sus miembros y reconoce que hay espacio para la negociación./ sputniknews.lat

Puede decirse en su descargo que el organismo se decantó al final por el respeto a las decisiones internas de cada uno de sus miembros, aunque antes de retractarse indicó que su intención será siempre velar por los gobiernos elegidos democráticamente. Debe de haber incidido además el hecho de que la Unión Africana (UA, con 55 países integrantes) declaró que no apoyaría la intervención militar planeada por la Cedeao. (1)

Las naciones “amenazadas”, en un comunicado conjunto, expresaron que con “gran pesar, amargura y gran decepción observan que la Cedeao se ha alejado de los ideales de sus padres fundadores y del panafricanismo”. Asimismo, aseveran que el bloque no los asistió en su lucha existencial contra el terrorismo, “adoptando una actitud irracional e inaceptable al imponer sanciones ilegales, ilegítimas, inhumanas e irresponsables en violación de sus propios textos”. La nota contó con la rúbrica de máximos líderes: el burkinés Ibrahim Traoré, el maliense Assimi Goita y el nigerino Abdourahamane Tiani. La triada insiste en que asumen plena responsabilidad “ante la Historia, respondiendo a las expectativas, preocupaciones y aspiraciones de sus poblaciones”.

En un continente seriamente marcado por las guerras, el terrorismo, la pobreza y el atraso, lograr la unidad es vital; por eso, con cada tiempo que pasa, sus dirigentes van comprendiendo lo imprescindible de conjugar criterios y particularidades, pero teniendo claro lo difícil de la empresa. En esa toma de conciencia es importante el aporte de estudios académicos, aunque sean cuestionadores. Así, por ejemplo, el analista nigerino Isufu Bubacar Kado Magagi comentó al medio ruso Sputnik que “los implicados no tienen otra opción que salirse de la Cedeao, tomando el destino en sus propias manos, porque los países occidentales y la OTAN están manipulando a la Cedeao”. También encomió al Grupo Brics, dispuesto siempre a ayudar.

El investigador social maliense Abdul Diallo criticó duramente las sanciones económicas y financieras impuestas a los “rebeldes”, porque, en su opinión, privaron a esos pueblos de asistencia sanitaria y medicamentos. Fue más allá: “la Cedeao no está capacitada por una real seguridad en la amplia zona y por eso sus habitantes deben tomarse la justica por su mano”.

Ante tamañas presiones, y seguramente por un ejercicio de sapiencia colectiva, en febrero la Cedeao decidió levantar de forma parcial dichas medidas coercitivas, que en su momento fueron apreciadas como castigo colectivo. Hace unos días, el presidente de la Comisión del bloque regional, Omar Touray, informó que el tratado establece que Burkina Faso, Malí y Níger tienen exactamente un año para decidirse a abandonar la entidad; o sea, “el 29 de enero de 2025 es la fecha efectiva de salida del organismo, a menos que retiren sus notificaciones dentro de ese plazo”. Como una bocanada de entendimiento son estas palabras suyas: “La Carta de la Cedeao no está grabada en piedra. Dependen de los líderes [de la asociación], incluidos los de estos tres países. Tienen que sentarse a la mesa, examinar su texto y su aplicación. ¿Quieren revisarlo? ¿Quieren mantenerlo cómo está? Creo que es un tema a debate”.

Esperemos entonces que a pesar de las contradicciones prevalezcan los buenos oficios de todos. Sin embargo, también existe la opción de que las naciones “disidentes” del Sahel decidan agruparse en una organización más acorde a sus perspectivas nacionales. Está por verse.

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Un comentario

  1. Bien informado y balanceado tu comentario, Mari. Con el mérito adicional de actualizar un tema de notable importancia, solapado bajo la avalancha de otros acontecimientos más mediatizados, como el genocidio de Israel en Gaza, también infatigablemente denunciado por ti y Bohemia. La Madre África no puede estar ausente de nuestro horizonte informativo, por eso es de agradecer esta certera aproximación a esa zona de conflicto..

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