La postemporada de la II Liga Élite del Béisbol Cubano convocó a los aficionados
Más allá de la disparidad en algunos compromisos, las fanaticadas de Artemisa y Matanzas, además de los acostumbrados seguidores de los equipos visitantes, dieron brillo a los estadios sedes durante el inicio de las semifinales en la II Liga Élite del Béisbol Cubano.
Una buena señal porque en la etapa regular, y más lejos, en la misma instancia del torneo de invierno anterior, no visualizamos el mismo entorno hasta que llegó la final, disputada por los entonces llamados Portuarios y Agricultores, con éxito de estos últimos.
El pasado domingo en la tarde la lluvia oscureció el cielo y despejó los graderíos de un colmado 26 de Julio que se quedó pequeño y abrió las puertas a la primera victoria de los anfitriones artemiseños por la vía del nocaut sobre Industriales 11-1, en un juego que terminó luego de su reanudación el lunes al mediodía, ante la presencia de muchísimos espectadores, que incluso buscaron lugar en la zona exterior, detrás de los jardines, donde no hay gradas.
El segundo encuentro, efectuado a continuación, lo ganaron igualmente los locales, aunque con margen más apretado 6-4, y contaron con un revelo de lujo del zurdo Liván Moinelo, recuperado de una lesión que le hizo pasar por el quirófano. El pinareño de los SoftBank Hawks en la Liga Profesional Japonesa, que ahora viste los colores de Artemisa, tiró 31 lanzamientos, superó las 95 millas, y no permitió carreras a la novena azul, solo un sencillo (de Ariel Hechavarría), en 2.1 inning de labor.
Por cierto, en el inicio del choque se dio una jugada muy polémica. Se cantó quieto, reclamó Industriales y decretaron out, y finalmente el replay determinó el quieto definitivo.
Ocurrió en la primera entrada. Resulta que Frederich Cepeda pasó por el home sin pisarlo. Óscar Valdés evidentemente lo bloqueó. La nueva regla, con tres temporadas de existencia en las Grandes Ligas estadounidenses y aplicada en estos play off cubanos por primera vez, da la razón a lo decretado al final, pero considero que no había necesidad de detener tantos minutos el juego y crear un mar de confusiones entre los espectadores, además del disgusto de ambos directores técnicos, que terminó con la expulsión de Guillermo Carmona.
Si el plato era inaccesible por la colocación del receptor azul, la carrera que anotaba el refuerzo espirituano era válida desde el inicio. La misma acción se revisó dos veces, cuando bastaba con decretar safe y seguir adelante. Así se hubiera evitado todo lo antes expuesto. Pero bueno, el béisbol está lleno de momentos debatibles como este.
De cualquier modo la tropa de Yulieski González viajará al Latinoamericano con cierta comodidad de dos éxitos en la bolsa para enfrentar a los Leones.
Regresando a las aficiones, resultó notable la asistencia a la guarida de los Cazadores de Artemisa, pues allí durante toda la campaña se registraron las cifras más bajas, en gran medida -pienso- por la carencia de alumbrado público que provocó se jugara solo en horario vespertino.
Similares algarabías nos llegaron desde Matanzas, que contabilizó la mejor presencia de público desde el arranque de la lid, con 10 384 el sábado y 10 240 en la fecha dominical, en ambos casos de noche.
A propósito de los Cocodrilos, no creyeron en Las Tunas, vigente campeón de la Serie Nacional 62, e impusieron su categoría, pues como sabemos han contado con la mejor selección, entre refuerzos y habituales, por lo que se reafirmó como la escuadra a derrotar en el certamen después de un par de salidas en el Victoria de Girón.
Los dirigidos por Armando Ferrer propinaron nocaut en siete entradas a los Leñadores en el choque inicial 12-0, compromiso en el cual conectaron cinco cuadrangulares, y 24 horas después dejaron el camino despejado para la vuelta de los siguientes tres choques en el Julio Antonio Mella, cuando vinieron de abajo y, en un duelo reñido hasta el sexto capítulo, les terminaron venciendo con amplio margen 10-2.
La verdad, es bueno volver a saborear ambiente beisbolero, a pesar de los problemas por los que transitó la no tan feliz etapa regular: errores defensivos, indisciplinas reiteradas, bajas de peloteros e insignificantes concurrencias en la mayoría de los recintos.
Aunque resta mucho por crecer aún desde lo deportivo y también en lo referido al espectáculo, parece que nos depara una recta final interesante en la II Liga Élite.
