Oportuna conversación con Teresa Amarelle

Iniciado el 6 de abril del pasado año, con su convocatoria, el 11no. Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas ha demandado arduas jornadas, aunque haya quienes consideren que “la organización no se siente”. Teresa Amarelle Boué, su secretaria general, se refiere al proceso y a las sesiones finales 


Los tiempos de crisis no dan cabida a los cuentos de hadas; las dificultades provocan en los seres humanos pérdida de valores, y no falta quien avive las dudas y el escepticismo. Y es innegable que, por momentos, decaiga el entusiasmo. Es lo que le ha ocurrido a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en algunos partes; pero, en contraste, en infinidad de lugares, se trabaja fuerte y se cuenta con ellas, plenamente, para las actividades comunitarias.

La convocatoria al 11no. Congreso de la FMC se realizó ante el monolito que guarda las cenizas de Vilma Espín Guillois, en el Segundo Frente Oriental. / sierramaestra.cu

Desde la celebración del 10mo. Congreso de la FMC, en 2019, el país ha vivido situaciones particulares que han marcado a la vida económica, política y social. En abril del pasado año se convocó al 11no. cónclave. Han sido meses intensos de preparación y desarrollo de un evento del cual habla Teresa Amarelle Boué, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, del Consejo de Estado, y secretaria general de la organización que integra al 91 por ciento de las mayores de 14 años.

“Evaluamos ahora un período en el que hemos sentido en cada acción y en cada historia de vida de nuestras compañeras, los planteamientos del General de Ejército Raúl Castro Ruz,  al referirse a que, como nunca, hace falta la fuerza y la moral de las mujeres.

– ¿Pudiera referirse a los hechos más significativos de este quinquenio?

– A partir de septiembre de 2019 se presentó una situación energética compleja, sobre todo con el combustible, por los efectos arreciados del bloqueo, como la persecución a las navieras que trajeran petróleo a Cuba; como cubanas hemos estado padeciendo sus efectos. De igual manera, desde marzo de 2020 debimos enfrentar la pandemia. En este aspecto, voy a citar un ejemplo: nosotros tenemos el activismo de las brigadistas sanitarias, que en las estructuras de base son, por lo general, enfermeras, estudiantes de Medicina o doctoras.

“En esa difícil etapa no las teníamos en los barrios, porque estaban en los hospitales, policlínicos, centros de aislamiento, y en las diversas instalaciones que se convirtieron en hospitales de campaña para la atención a los enfermos. Eso significó que tuvimos que reinventar nuestras brigadistas sanitarias; crear un nuevo activismo en las comunidades para cubrir tanta demanda. Todo eso cambió, para bien, la manera en que realizábamos el trabajo”.

“Durante el enfrentamiento a la pandemia, se destacaron en todos los frentes. Cuando veíamos las presentaciones de los protocolos de actuación, desde el barrio, apreciábamos cuánto teníamos que hacer para garantizar el cumplimento de nuestras responsabilidades.

“La producción de las vacunas ciento por ciento cubanas, para enfrentar la Covid-19, ha sido un hecho trascendental, y el 70 por ciento de los participantes en los proyectos de investigaciones y su posterior producción –con todas las pruebas que debió pasar para su aprobación definitiva- fueron mujeres. Esas vacunas tienen también rostro femenino y son el resultado de la voluntad política del Estado de continuar avanzando en el empoderamiento económico de ellas”.

 – Estos han sido años de envergadura desde el punto de vista legislativo, ¿cuánto le han aportado a la organización?

-Este  quinquenio, desde el punto de vista legislativo en favor de los derechos de las mujeres, ha sido notable, partiendo de la propia Constitución de la República –aprobada en 2019- que en varios puntos de su articulado resalta la esencia y las misiones de la FMC, ratificando la igualdad y la justicia social. En el artículo 14 se refiere al compromiso que tiene el Estado en garantizar que las organizaciones puedan cumplir las responsabilidades para las que fueron creadas; y otros, como los referidos a la igualdad, en los cuales se reitera que ‘todos los ciudadanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales deberes’.

“El Estado consagra el derecho conquistado por la Revolución de que los ciudadanos, sin distinción de raza, color de la piel, sexo, creencias religiosas, origen nacional y cualquier otra lesiva a la dignidad humana, y reafirma el derecho al empleo, a ocupar cargos, a la enseñanza, la asistencia médica, los servicios públicos y el acceso a los centros turísticos, culturales, deportivos y de recreación. Y en ellos estamos las mujeres en igualdad de condiciones.

“Siempre digo que la Constitución nos ha dado el derecho a tener una vida libre de violencia y que el Estado se ha empeñado en garantizarlo. No podemos negar que tenemos hechos de violencia, pero hemos avanzado mucho en las normas jurídicas aprobadas para lograr una mayor efectividad y, sobre todo, un mejor trabajo preventivo en torno a los hechos de violencia.

En la producción de alimentos pudiera ser mayor el aporte de las mujeres. / Pastor Batista

 “Y si no hemos avanzado más en la garantía de esos derechos ha sido, precisamente, por las condiciones en que la Nación ha tenido que enfrentar la situación ocasionada por la pandemia, los efectos económicos, que inciden en la baja energética, los desabastecimientos…, en todo lo que afecta a los cubanos cotidianamente. Quienes más sufrimos esa situación –que no obvia el recrudecimiento del bloqueo- hemos sido las mujeres, porque todavía somos las que, hacia lo interno del hogar, llevamos el peso de las tareas: aún nos marcan los prejuicios de la división sexual del trabajo, en la que está acuñado que unas tareas son para las mujeres y otras –las menos- los hombres, algo en lo que nos quedan brechas que cerrar.

“Las cubanas destacamos en la consulta popular del Código de las Familias, la aprobación de referendo, sobre todo en sensibilizar y hacer comprender la necesidad del Código, los beneficios a la sociedad y, justamente, las mujeres son protegidas, no solo por su condición de tales, sino también en su maternidad, su responsabilidad parental en sentido general. La violencia de género, por ejemplo, en esta ley lo transversaliza todo.

“En las elecciones del Poder Popular: primero, para elegir a quienes representarían al pueblo en las circunscripciones, donde el 44,42 por ciento de los delegados son del sexo femenino, un ocho por ciento superior, en comparación con el proceso anterior. Después votamos por quienes nos representarían en el Parlamento y son mujeres el 55, 74 por ciento, lo que ratifica a Cuba en el segundo lugar a nivel mundial. No es un problema de cuota, sino de liderazgo.

– ¿Qué importancia tiene el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres?

– Dos normas jurídicas aprobadas en esta etapa devienen pasos trascendentales, porque tienen que ver con la vida del país: el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), hoja de ruta y agenda del Estado Cubano para impulsar todas las políticas públicas que tienen que ver con el avance de las mujeres y la reducción de expresiones de discriminación, los estereotipos y la violencia de género.

  “El PAM tiene una importancia cardinal. En él se reflejan nuestras principales misiones. Su primera área de atención es: Empoderamiento económico de las mujeres, lo cual tiene que ver no solo con la incorporación al empleo, sino también con la corresponsabilidad indispensable entre el estado, la familia y toda la sociedad para crear condiciones que les permitan acceder a ese empleo.

  “Me refiero a un asunto muy reclamado por nosotras, como las capacidades en los círculos infantiles, casas de estancia para los abuelos y hogares de ancianos, con el propósito de apoyar a la familia, en general, con el fin de que se puedan incorporar al trabajo. Hemos tenido que acudir a la experiencia anterior de las casitas infantiles en centros laborales. Allí donde haya una concentración femenina significativa, y estén creadas las condiciones, hay que abrir una de estas casitas. Ya se dispone de 200 a nivel nacional y todos los organismos, de una u otra forma, han inaugurado alguna para beneficio de casi cuatro mil familias.

  “La otra es La estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género en el seno familiar; norma jurídica amplia que abarca desde lo local comunitario hasta lo legislativo y las estadísticas en ese sentido. En función de ello se creó el Observatorio de género que debe ir actualizándose periódicamente”.

  – Los días 7 y 8 se desarrollaran las jornadas de un proceso que comenzó casi un año atrás, ¿qué detalles puede ofrecer al respecto?

El 55, 74 por ciento de los parlamentarios cubanos en la actualidad son mujeres. / cubasi.cu

– Quisiera hacer una precisión: la FMC tiene 4 millones 400 mil integrantes, pero el Congreso no es solo para las federadas, sino para todas las cubanas, porque los problemas y éxitos que tenemos nos afectan o benefician a todas. Pero es un evento muy austero, debido a la situación económica que enfrenta el país. Participan 323 delegadas y una cantidad de invitadas que elevan esa cifra a 400. Vamos a crear comisiones de trabajo en las que habrá mujeres y hombres de todas las organizaciones que se vinculan con la Federación para el desarrollo de su labor.

“Para llegar hasta aquí realizamos un proceso de base en las delegaciones muy importante, porque es allí donde están las federadas. Sabemos que no ha sido perfecto; hay lugares donde no se hizo la asamblea como queríamos; donde después hubo que ir a informar a las que no asistieron qué se hizo; donde no se organizó debidamente el trabajo… Pero sabemos que la delegación es el escenario esencial.

“No hay asambleas de balance, ni encuentros que haga la FMC en el barrio a los que no asistan hombres. Pero digo más: a nuestras Casas de Orientación a la Mujer y la Familia acuden más de un 30 por ciento de hombres, que forman parte de los programas o, sencillamente, van en busca de ayuda. Y es muy gratificante, porque si no educamos a la sociedad en su conjunto, no lograremos sensibilizar a todas las personas en función de la igualdad de género.

Después correspondió efectuar las reuniones de bloque, en las que participaron las representantes de las delegaciones y algunas invitadas en cada barrio. Más adelante, las de los municipios, que trabajaron en comisiones. Y luego, las provinciales, además de otras formas de intercambio, como los Diálogos de Mujeres, Voces de Mujeres por la no violencia, y los intercambios en comunidades y centros de trabajo; de manera que sabemos bien los temas que precisamos discutir en el congreso

“Debido a que registramos más de 600 mil planteamientos, después de concluido el proceso sostuvimos nuevos intercambios con las delegadas acerca de los temas que ellas consideran deben ser objeto de análisis en el congreso, de manera que demos respuesta a esas preocupaciones.

“Está claro que cualquier acción nos corresponde a todas llevarla a cabo, porque el congreso no está por un lado y nosotras por otro. La creación de las comisiones tuvieron el objetivo de no escuchar solo el parecer de las delegadas, sino de muchas invitadas dirigentes de base y especialistas, con las que abordamos temas como: el embarazo en la adolescencia, las conductas delictivas, la superación de las mujeres, las maneras de fortalecer la red de apoyo a la familia, el tratamiento al asunto de la prostitución…

“Con esa experiencia como base, en el congreso sesionarán cuatro comisiones: la primera debatirá acerca de la juventud como garantía y continuidad de la Federación de Mujeres Cubanas, con el tratamiento de todos los asuntos que le conciernen, desde la formación en el seno familiar, hasta la influencia social. La comisión dos se encargará del funcionamiento de la organización, que tiene más de un 91 por ciento de integración de las cubanas mayores de 14 años, aunque consideramos que es necesario que las muchachas ingresen con la disposición de asumir nuevas responsabilidades para contribuir al fortalecimiento de la FMC.

Teresa Amarelle envía un saludo a todas las cubanas, a propósito del 11no Congreso y el Día Internacional de la Mujer. / Cortesía de la entrevistada

“La comisión tres se relaciona con el empoderamiento económico de las mujeres. Allí se analizará la incorporación al empleo -estatal y no estatal-, aquel en el que todas tienen los mismos derechos y beneficios conferidos por el Estado. Y la cuatro centrará el debate en la esencia de la labor de la FMC: preventiva, educativa y social comunitaria, empeñada en la formación de valores.

“En todas las comisiones resalta, de manera implícita, la responsabilidad de la familia en la formación de todos sus miembros. El ejemplo es lo más importante y esa educación que comienza en el hogar hay que fortalecerla. Es algo que no puede ser obra de unos cuantos, sino de cada familia, cada lugar, cada escuela de educación familiar, que las tenemos instituidas;  de cada grupo de prevención, que existen ya a nivel de comunidad; ese es un tema que merece mucha atención.

“Las comisiones trabajarán el día siete durante la mañana. En la tarde habrá plenario y el 8, Día Internacional de la Mujer, está previsto comenzar con los dictámenes de las comisiones, y la aprobación del informe y los objetivos de trabajo; Presentarán la nueva dirección, tanto el comité nacional como el secretariado. También recibirán los estímulos correspondientes las provincias destacadas de la emulación.

“La clausura del 11no. Congreso de la FMC marcará el Día Cero de una nueva etapa de trabajo, porque lo mismo que recogimos todos los planteamientos para debatir y concretar en proyecciones de trabajo,  tenemos que informarles a las mujeres en las comunidades los resultados de los análisis y los acuerdos de nuestra importante cita”.

Y con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y la clausura del 11no. Congreso, la secretaria general envió una felicitación a todas las cubanas.

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