Holguín será el epicentro en el que ocho equipos demuestren si un lustro de inactividad puede matar la salud del softbol o si es posible rescatar su gremial vitalidad
Después de cinco años de obligada calma, el softbol de la prensa cubana vuelve a tocar corneta para el fraternal combate entre provincias hermanas.
Con cita en la oriental ciudad de Holguín, el campeonato pondrá sobre balanza la capacidad de ocho equipos para recuperarse de un largo período, demasiado tranquilo no solo para el gusto de periodistas, fotógrafos, camarógrafos, diseñadores, correctores, directivos y otros miembros de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), sino también para las necesidades de un agitado gremio que por medio de esa sana actividad ingresa lo que más necesita todo ser humano: salud, vida.
Por ello, de acuerdo con una video-conferencia realizada desde la sede de la Upec en la capital, los anfitriones holguineros están moviendo cielo, tierra y hasta mar para asegurar incluso los más mínimos detalles (y nada es realmente mínimo) en un programa que reservará lanzamientos rasantes o de casi parabólico mareo, batazos o ponches, brillantes fildeos o pifias y, en cualquiera de esos casos, mucha emoción, desde el 27 de este mes hasta el primer día de octubre.
Aun cuando el poder de los medios nacionales, nucleados en La Habana, ha sido demoledor durante ediciones anteriores, nadie puede anticiparle nombre a los peldaños de un podio de premiaciones donde fijan ojo y esperanzas unos Vaqueros enlazados desde Mayabeque y Artemisa, del mismo modo que pineros, espirituanos, avileños, camagüeyanos, tuneros y holguineros.
Contar con árbitros cuyo desempeño estará avalado por su experiencia y categorización a instancia nacional e internacional es, sin duda, una fortaleza que debe imprimirle al torneo una calidad que puede estar muy bien complementada por el desempeño de los equipos sobre los cuatro terrenos donde se prevé transcurran los enfrentamientos.
A la par del empeño que financiera y organizativamente está poniendo la máxima dirección de la Upec en el país, hay también marcada voluntad en las autoridades políticas y gubernamentales de Holguín para asegurar el programa y sus siempre muy bienvenidas actividades colaterales.
Como es lógico, cada día que transcurra se tornará estratégico para sacar el zumo deportivo e inyectar preparación, hasta el momento en que los softbolistas se entreguen completamente en el terreno, si es que en realidad pretenden retornar a casa con los trofeos o medallas que conciba el campeonato.
Se trata, por tanto, de perfeccionar el entrenamiento ahora y de jugar con la mayor precisión dentro de apenas unos días.
