Prevención ante desastres, el arte de salvar

El XI Congreso Internacional sobre Desastres, que sesionó en el Palacio de Convenciones de La Habana de forma paralela a la VII Conferencia Internacional de Bomberos, reunió a delegados de todas las provincias del país e invitados extranjeros


Bajo la máxima martiana de que “en prever está todo el arte de salvar” tuvo lugar en el Palacio de Convenciones de La Habana el XI Congreso Internacional sobre Desastres.

El evento es una oportunidad para intercambiar experiencias en torno a la prevención ante riesgos de desastres.

El evento, que se desarrolló de forma paralela a la VII Conferencia Internacional de Bomberos, fue organizado por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos de Cuba, en coauspicio con las agencias, fondos y programas del Sistema de Naciones Unidas en nuestro país, la Empresa Minera del Caribe, la Empresa de Seguros Internacionales y la Sociedad Nacional Cubana de la Cruz Roja.

La primera edición de este cónclave se desarrolló en enero de 1987. Tenía entonces el objetivo de intercambiar experiencias y aunar saberes para enfrentar de manera más efectiva el impacto de los desastres que afectan a los países del mundo.

Hoy, 36 años después, y tras 10 encuentros, autoridades, decisores, científicos, activistas de todas las provincias cubanas, así como delegados de países como Colombia, El Salvador, México, Venezuela y Rusia se dieron cita en diferentes comisiones para compartir nuevas prácticas de prevención ante desastres y coordinar programas y proyectos de cooperación en materia de gestión de riesgo para beneficio de nuestras sociedades.

El llamado a encarar los retos que imponen los tiempos actuales y a impulsar con ciencia un futuro sostenible para todos, fue otro de los principios que trascendió en las diferentes sesiones.

Temáticas como la gestión de la reducción del riesgo de desastres ante derrames de hidrocarburos; los impactos socioeconómicos y ambientales provocados por las inundaciones costeras en la central provincia de Ciego de Ávila; el desarrollo de monitores de riesgo para la actividad de aeronaves offshore en la Zona Económica Especial, o la importancia de las fuerzas voluntarias para la protección de la población ante los incendios y otras emergencias, fueron algunas de las de mayor interés. No obstante, se prestó especial atención también a aristas como la vigilancia meteorológica automatizada en la región de información de vuelo de Cuba y los aportes de la universidad cubana en la adaptación de los municipios costeros al cambio climático.

Ejemplo para el mundo

Durante la sesión inaugural de este XI Congreso el coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, Francisco Pichón, destacó cómo la prevención y respuesta ante desastres en Cuba es reconocida internacionalmente y cuan compartida es la experiencia cubana en otras naciones, sobre todo en las del Caribe, también vulnerables por su posición de países insulares en desarrollo.

“Una de las estructuras que han contribuido a consolidar la experiencia cubana son los Centros de Gestión de Reducción de Riesgos de Desastres, que junto a los puntos de Alerta Temprana han apoyado en la prevención de riesgos y vulnerabilidades en todos los territorios del país”, afirmó.

Al mismo tiempo resaltó que la cooperación entre la Defensa Civil y Naciones Unidas acumula más de dos décadas de experiencias. En este período esa relación de confianza y respeto se ha consolidado a través de acciones conjuntas para enfrentar situaciones complejas, incluidos ejemplos recientes como la explosión en el Hotel Saratoga, el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas y las afectaciones en la región occidental tras el paso del huracán Ian. Este último –agregó– les movilizó en torno a un plan de acción para apoyar en la recuperación de Pinar del Río y Artemisa en varios sectores estratégicos como la vivienda, la seguridad alimentaria, la educación y la salud.

Estas y otras visiones conformaron el programa científico y de conferencias del evento, que ofrece diversidad de temas, tratados con un enfoque integral y desde la óptica social, ambiental, económica y territorial.

El primer coronel Luis Carlos Guzmán Matos, jefe del Cuerpo de Bomberos de Cuba, impartió la conferencia “Sistema de formación continua del Cuerpo de Bomberos de Cuba”.

El primero de estos paneles estuvo a cargo del primer coronel Luis Carlos Guzmán Matos, jefe del Cuerpo de Bomberos de Cuba, quien en su alocución se refirió al sistema de formación continua de ese órgano.

Significó que los principales procesos desarrollados por el Cuerpo de Bomberos son dependientes de las actividades de aseguramiento científico técnico, entre las cuales la gestión del potencial científico humano es básica.

De ahí que oficiales, bomberos y rescatistas cuenten con la garantía de una formación, preparación y actualización tecnológica en centros propios de instrucción, que aprovechan las oportunidades del sistema de enseñanza nacional, así como los convenios con otras naciones.

Entre ellos figuran los Comandos de Protección contra Incendios, la institución docente especializada Mártires de la Calle Patria, que gradúa especialistas de nivel medio superior y la Universidad del Ministerio del Interior Eliseo Reyes Rodríguez, Capitán San Luis, donde se imparte la carrera de ingeniería en seguridad contra incendios y otras emergencias.

“Es necesario destacar que el sistema contempla además la preparación de instructores y especialistas extranjeros, práctica que se ha materializado con Nicaragua, Angola, Tanzania, Mozambique y El Congo”, añadió.

Hacia un futuro sostenible

Un informe de Naciones Unidas sobre cambio climático y Medio Ambiente presentado en septiembre advierte que más de 190 millones de personas en la región de América Latina (tres de cada 10 habitantes) se han visto afectadas por desastres naturales desde el 2000 hasta la actualidad.

Fenómenos como El Niño, además de terremotos, sequías, incendios forestales, desplazamientos de tierra, erupciones volcánicas y epidemias continúan emergiendo como señal, entre otros muchos factores, del cambio climático y sus indetenibles consecuencias.

El jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, general de división Ramón Pardo Guerra, presidió la sesión inaugural de este XI Congreso.

Así lo remarcó el jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, general de división Ramón Pardo Guerra, al hacer alusión a la gestión integral de riesgo de desastres para un futuro sostenible.

“El cambio climático es una realidad incuestionable. En 2023 se han batido múltiples récords de temperaturas, y no han faltado las afectaciones por tormentas, inundaciones, olas de calor, e incendios forestales. Se pronostica que para el 2050 este fenómeno provoque el desplazamiento de más de 17 millones de personas. En el contexto nacional, el sistema de Defensa Civil ha constituido desde sus inicios una garantía para nuestra población, no solo en la preservación de la vida, sino también de la conservación de los recursos económicos y naturales”, señaló.

Pardo Guerra reseñó que desde 1990, fecha en que se realizó el Congreso Internacional de Reducción de Desastres de la ONU, Cuba trazó estrategias para el manejo de los riesgos incorporando la prevención, la planificación y la reducción de las vulnerabilidades en los planes de defensa. “Así evitamos la improvisación durante las acciones de respuesta y posterior recuperación”, alegó.

En condiciones adversas, y pese a las limitaciones, el Sistema de Defensa Civil cubano cuenta con el acompañamiento de agencias como el PNUD, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios y la Organización Internacional de la Cruz Roja.

Dicha alianza mantiene la visión de fortalecer la cooperación sur-sur, los sistemas de vigilancia, la capacidad de respuesta, la resiliencia, la integración de la gestión del riesgo o de las medidas de acción al cambio climático, incorporando la preparación de la población y los actores que participan en la respuesta.

Hasta el 9 de diciembre autoridades, científicos y activistas de Cuba y otros países se dan cita en las diferentes comisiones.

“De las acciones aprendidas en estos años podemos destacar que los riesgos están interconectados e involucran a diversos sistemas y sectores de nuestra sociedad, por lo que resulta un imperativo gestionarlos con carácter multifactorial”, enfatizó el general de división.

Mientras la alerta continúa. El informe de mitad de período de las Acciones de Enfrentamiento y Reducción de Riesgo de Desastres para el 2015-2030 señala que, ocho años después de la aprobación de los primeros acuerdos, no estamos donde deberíamos estar.

Ramón Pardo Guerra confía en que donde hay conocimiento, valentía y solidaridad habrá siempre oportunidad para hacer frente a la amenaza, pero sabemos que hacen falta más que méritos para enfrentarse a la bravura de la naturaleza. Seguimos necesitando a nivel global mucho más que capacidad de reacción para hacer frente a los desastres.

Al menos mientras el mundo pacta acciones definitivas en nuevas cumbres, congresos y reuniones internacionales sin consensos definitivos, de este lado del globo se coincide en la estrategia de prever para salvar y no lamentar.


CRÉDITOS

Fotos. / Yasset Llerena

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