Foto./ Estudios Revolución.
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Reloj en cuenta regresiva

Existe consenso de que está produciéndose un cambio climático peligroso para la especie humana, en particular, y todos los seres vivos, en general. Una nueva cumbre mundial intenta encontrar mecanismos para reducir tal impacto. Cuba se une a ese coro de voces


La investigación científica sobre el calentamiento global tuvo sus precursores en el siglo XIX, pero no sería hasta la década del 2000 cuando se acumularon suficientes evidencias sobre ese fenómeno, tras estudiarse las temperaturas del aire y del océano, la composición de la atmósfera, los registros satelitales, los núcleos de hielo, los modelos climáticos y más.

Todos esos datos pudieron ser recabados gracias al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), fundado en 1988 por las Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial, para ir midiendo puntualmente de manera científica el acelerado cambio climático, consecuencia directa de la insensata acción del ser humano. Así llegó el 2013: sin inequívocos, el IPCC determinó que el calentamiento desenfrenado se debe a la emisión de dióxido de carbono en la atmósfera, derivado de la quema de combustibles fósiles. A pesar de esa lapidaria conclusión, los países desarrollados se han negado, por décadas, a evadir sus responsabilidades, si bien se han hecho amagos de querer resolver tan alarmante panorama. Pese al apocalíptico escenario, los poderosos privilegian, por ejemplo, invertir en la carrera armamentística.

Un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo puso los puntos sobre las íes al asegurar que en 2022 el gasto militar mundial fue de 2,24 billones de dólares, o sea el 2,2 por ciento del PIB global. Para financiar la ciencia y las tecnologías limpias hace falta dinero y este pudiera obtenerse a expensas de lo que se invierte en guerras. Para ello hace falta voluntad política. Los científicos ya han hablado, y fuerte. (1)

Caricatura./ Jorge Sánchez Armas.

Es tiempo de que las autoridades mundiales decidan definitivamente asumir sus adeudos. Este año se realiza en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, desde el pasado 30 de noviembre y hasta el 12 de diciembre, la Cumbre de Líderes en el contexto de la 28va Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28).

La delegación cubana participa representando a su pueblo y también como presidente pro tempore del Grupo de los 77 y China –conjunto de naciones del denominado “Sur Global”. En nombre de ambos alzó su voz el mandatario de la Mayor nación de las Antillas, Miguel Díaz-Canel. Sus primeras palabras fueron en favor de Palestina y en contra del genocidio sionista contra Gaza. Fue categórico al enfatizar: “¡La paz es necesaria para salvar el planeta!”.

Al adentrarse en temas propios de la reunión, señaló que la “ciencia nos ha advertido de forma reiterada sobre las consecuencias catastróficas del incremento de la temperatura a nivel global. Ignorarla sería el error más costoso de la especie humana. Revertir esta situación es, claramente, tarea de todos, pero solo las naciones desarrolladas están en condiciones de alcanzar las reducciones más ambiciosas de sus emisiones y apoyar con medios de implementación las acciones del Sur”.

Visualizó a la COP28 como esa “oportunidad única para corregir el rumbo de los esfuerzos colectivos en el enfrentamiento al cambio climático. Cuenten para ello con el aporte del Grupo de los 77 y China, que nuestro país se honra en presidir”. Indicó asimismo que la cita de Dubái todavía puede y debe llevarnos a un Balance Global “realista y aplicable, en correspondencia con las diferentes circunstancias y metas de desarrollo nacionales”.

Díaz-Canel departió, en el marco de la Cumbre, con Antonio Guterres, secretario general de la ONU./ Estudios Revolución.

Con ese objetivo debe alcanzarse “sin dilaciones un marco para el objetivo global de adaptación,y resolver el histórico reclamo de operacionalizar el Fondo para pérdidas y daños”. Según reportes reproducidos en Cubadebate, el jefe de Estado cubano también expresó: “En momentos en los que se habla de una transición justa, las naciones en desarrollo no podemos permitir que el concepto progrese en solitario sin tener en cuenta los factores que garanticen su consecución, atendiendo a las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, la equidad y las respectivas capacidades”. (2)

Y concluyó una de sus dos intervenciones evocando al líder histórico de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien en 1992, en la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, alertó de que mañana sería demasiado tarde “para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”. Entonces, en esta oportunidad, en Emiratos Árabes Unidos, Díaz-Canel hizo resaltar que “ese mañana ya es hoy y el reloj sigue corriendo”.

Es hora de validar la ciencia con decisiones políticas contundentes a favor de la Madre Tierra.

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