Sacar la brújula para ¿rectificar? el camino

En el Primer Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura, la discusión economicista marcó la mayor parte de la agenda

Por. / Lilian Knight, Nailey Vecino, Ricardo Gómez y Dariel Pradas


Una revisión en el rumbo de la veleta, un reajuste del timonel. Así ha funcionado, en esencia, este último período de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP). Solo con la aprobación de un nuevo Código Penal Militar y de la Política de Atención Integral a la Niñez, la Adolescencia y las Juventudes, la reunión parlamentaria se dedicó mayormente a analizar la eficacia de medidas anteriores, el porqué del estancamiento del barco en el mar y el cómo navegar de bolina cuando el viento está en contra. En definitiva, ha sido más una fiscalización multisectorial que, si bien faltan por probarse sus resultados, era necesaria.

En la primera sesión ordinaria, el tema económico encabezó los debates sobre la sostenibilidad del proyecto país. / Jorge Luis Sánchez Rivera

Dos años duros de la pandemia de la covid-19 enturbiaron el desarrollo del país, con una crisis económica mundial de por medio y una reforma monetaria hacia el interior; con consecuencias como la disminución de los recursos humanos en sectores laborales estatales –sobre todo, en los presupuestados–, alza de los precios y detrimento del poder adquisitivo de la ciudadanía, índices de desigualdad social y récords de migraciones.

Ya no existe tal pandemia –al menos así lo dispuso la Organización Mundial de la Salud– y, aunque la economía internacional todavía no ha alcanzado los estándares de 2019, la gente en Cuba espera, de 2023, al menos un salto con respecto al año pasado, un respiro que a la mayoría aún le resulta imperceptible.

“Justicia social no significa… asistencialismo ni igualitarismo. Es repartir la riqueza creada por todos entre todos”, dijo el presidente cubano en la clausura. / Jorge Luis Sánchez Rivera

El incremento del Producto Interno Bruto fue de apenas 1.8 por ciento, cuando su proyección debió haber sido del cuatro por ciento, eso informó Leticia Morales Gonzáles, viceministra primera del Ministerio de Economía y Planificación. O sea, que del decrecimiento de casi 11 por ciento ocurrido en 2020, Cuba solo se ha recuperado poco más de una cuarta parte (tres por ciento, aproximadamente). A este ritmo, faltarían varios años antes de volver al estilo de vida de ese 2019 de nuestras “añoranzas”, un año para nada esplendoroso.

Las cifras siguen: se han captado en este semestre 1 282 millones de dólares por exportaciones de bienes y servicios (35.7 del plan del año y 94 millones menos de lo previsto); el turismo ha recibido a 1.3 millones de visitantes (80 de la proyección anual: apenas la mitad de lo registrado en el mismo período en 2019); mientras, las importaciones ascendieron a 4 368 millones y la inflación ha crecido un 45 por ciento este año. Números que advierten sobre la relevancia de las divisas para mover la economía, dentro de un escenario carente de estas.

En el caso de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), sus volúmenes de importación han alcanzado un valor de 246 millones de dólares, concentrado fundamentalmente en productos finales. “Debemos lograr políticas fiscales y tributarias que sean incentivos para la importación de materias primas e insumos que permitan encadenarse con la producción nacional y, de esta forma, se alcance un aprovechamiento de los recursos y capacidades para una reducción de costos”, dijo la viceministra primera, quien añadió que ahora mismo habitan en el ecosistema empresarial 8 590 Mipymes privadas y 596 000 trabajadores por cuenta propia. Y luego sentenció: “Así tendremos mayores ofertas y precios más asequibles”.

De hecho, entre los distintos debates de la ANPP, podría decirse que el más destacable, polémico e incluso filosófico, trató de precios, Mipymes e inflación.

Sube, sube, hasta las nubes

Imponiéndose en la economía doméstica y del sector empresarial privado, crecen de forma descontrolada las tasas cambiarias de las divisas con respecto al peso cubano en el mercado informal. La inflación es un hecho y los productos de las Mipymes, que suplen la escasez de las cadenas de tiendas tradicionales, suben cada vez más sus precios. Entonces la ciudadanía cambió momentáneamente su rol de víctima a verdugo, y puso en paredón a las Mipymes durante estos días.

Ineficiencias internas, la crisis económica y financiera y el bloqueo han provocado una devaluación del peso cubano y el alza de los precios. / Yasset Llerena

¿La depreciación del peso cubano en el mercado informal de divisas está relacionada con la demanda de estas por las Mipymes? Pues sí, el ciclo de compra de productos en el extranjero, los cuales se venden en pesos en Cuba, cuyas ganancias se cambian en el mercado informal por dólares o euros que luego se utilizan para el reabastecimiento afuera, aumenta sin duda la demanda de las divisas; más cuando son insuficientes, incide la falta de acceso a estas en el mercado formal y aumenta la cantidad de Mipymes dedicadas a la importación de productos finales con el objetivo de revender a precios más altos: es un negocio lucrativo dentro de un panorama marcado por la escasez nacional, donde en muchos casos entran en juego los precios especulativos, siguiendo una variante demasiado liberal de la oferta y la demanda.

Por supuesto, las importaciones no deberían afectar las tasas cambiarias si las exportaciones y otras formas de obtención de divisas no fueran tan dispares. Y de esa responsabilidad deberían ocuparse las empresas estatales, pues cargan con el grueso de la economía cubana. Pero en general son bastante ineficientes, se expresó en la Asamblea.

Eso sí, los diputados reconocieron que solo una mayor producción solucionará la tendencia inflacionaria. Las medidas económicas son más sostenibles que las administrativas. En el caso de las Mipymes, impera que broten más las productoras en relación con las “comercializadoras”. ¿Cómo lograr esto, y que de paso se encadenen a empresas estatales o incluso lleguen a exportar? La interrogante reside dentro de otra pregunta incluso más clave: ¿cómo lograr que bajen los precios?

¿Las Mipymes son las culpables?

En pos de reducir los costos de vida, Vladimir Regueiro, ministro de Finanzas y Precios, coincidió en la Comisión de Asuntos Económicos que la variante más efectiva es incrementar y diversificar las producciones.

“En el contexto actual (de inflación) cobra mayor relevancia la responsabilidad del Estado y del gobierno en la implementación de medidas de regulación y control de precios, con una proyección integradora para todos los sectores de la economía, estatal y no estatal, soportadas en los análisis de los costos reales, los gastos incurridos y el reconocimiento de márgenes de utilidad razonables, en correspondencia con las características de los bienes y servicios, y la prioridad en la satisfacción de necesidades de la población”.

La aplicación gradual de esta nueva política fija el rumbo para que el Estado invierta y priorice a una generación que es garantía de un futuro sostenible. / Yasset Llerena

Para cumplir este objetivo fueron aprobadas las Directivas Generales para enfrentar el Delito, la Corrupción, las Ilegalidades y las Indisciplinas Sociales, que incluye la regulación de precios por los gobiernos locales para ciertos productos esenciales, así como otras medidas. El ministro también informó sobre la Resolución 148/2023, “Metodología para la elaboración de las fichas de costos y gastos de productos y servicios para la evaluación de precios y tarifas”, que entró en vigor el 21 de julio, que en teoría servirá para especificar los índices máximos para la formación de precios en la actividad comercial que desarrollan las formas de gestión no estatal con base en la importación e intensificar las labores de monitoreo y control.

Sin embargo, parte de la opinión pública pide sangre. Algunos diputados incluso propusieron medidas administrativas más drásticas y, en algunos casos, obsoletas, como el tope puntual de los precios. La mirilla tomó de blanco a las Mipymes.

Varios economistas ratificaron que topar precios no es una medida efectiva en situación de escasez, que lo único que se logra con eso es que los productos o servicios se desplacen al mercado negro con un precio superior. De nuevo, la solución es producir. De hecho, Regueiro secundó la afirmación y advirtió que las medidas de regulación y control de precios propuestas por su ministerio, si bien ayudarán, no constituirán por sí mismas la solución absoluta del problema.

La intervención del diputado Carlos Miguel Pérez, del municipio habanero de Playa –que fue viral en redes sociales– salió en defensa de las Mipymes:

“¿Usted quiere que una Pyme produzca alimentos?”, preguntó retóricamente. “Bueno, búsquele un préstamo, créele beneficios fiscales y cree mecanismos económicos. Los mecanismos administrativos no pueden ser la vía en la que nosotros dirijamos la economía porque la economía tiene sus propias leyes”.

El también presidente de la empresa privada Dofleini S.R.L, de diseño y desarrollo de softwares, igualmente criticó a estas Mipymes que solo se dedican a importar productos y revenderlos a precios especulativos. “Ahora, no podemos estigmatizar y decir que esas son (todas) las Pymes en Cuba”, añadió.

Además, habló de la difícil situación que tiene el sector privado de forma general para obtener las divisas necesarias para reinvertir y capitalizarse. “Es que no tenemos acceso a divisas de ninguna vía”.

Asimismo alertó sobre la necesidad de redimensionar el papel fundamental de la empresa estatal en la economía del país. “Los que trabajamos en una Mipyme podemos ganar entre 30 000 y 40 000 pesos cubanos, mientras que un médico solo gana 6 000. Es un tema que debemos revisar y corregir con urgencia. Cada vez que se dice ‘se toman medidas’ parece que estamos poniendo parches”.

La transversalidad de la cuestión económica

Aumentar la producción endógena de alimentos resulta fundamental para contener la pendiente inflacionaria del país. En la Comisión Agroalimentaria, y sus discusiones respecto a la ejecución de la Ley de Soberanía Alimentaria, quedó claro cómo no solo las cuestiones organizativas afectan dicho propósito, sino las carencias financieras.

Si se pudiera hacer un paneo simultáneo por todas las temáticas abordadas en la ANPP, se llegaría a percibir el fantasma de la economía y la falta de divisas, acechando cada esfera de la sociedad cubana.

En el caso de la agricultura, la serpiente se muerde la cola donde mismo lo ha venido haciendo desde varios años atrás. La misma herida: falta de maquinarias, fertilizantes, herramientas y cientos de insumos que solo se obtienen a través de la importación. También están otras viejas cicatrices mal curadas como la operatividad de la Empresa de Acopio y los retrasos en el pago a los productores.

La poca financiación en divisa afecta transversalmente los principales sectores de la economía. / Yasset Llerena

Ahora existen Mipymes que han dinamizado en cierta medida el sector, las que apenas llegan a las 850 entidades y muchas sufren los mismos embates para importar insumos. Básicamente, la falta de divisas y de los mecanismos formales para obtenerla.

El presidente de la ANPP Esteban Lazo se refirió a una época no tan lejana –año 2017– cuando la producción nacional de alimentos solventaba parte significativa de la canasta básica. “Hoy se está descansando sobre las importaciones, entonces el país no tiene dinero para importar. Eso provoca que la canasta no llegue. Entonces debe haber una revolución de producción en la agricultura. Eso es soberanía”, arguyó. “Estamos muy cansados de programas, medidas, estudios, diagnósticos, pero la solución al problema, ¿dónde está?”.

La falta de recursos para importar afecta a la industrialización que, a su vez, atenta incluso contra el autoabastecimiento y el ideal de soberanía alimentaria. Emilio Interian Rodríguez, diputado desde hace 20 años por el municipio de Arroyo Naranjo, en La Habana, y presidente de una cooperativa agropecuaria, dijo que en su municipio se pierde más de la mitad de la producción de mango.

No posee su cooperativa ni las aledañas el transporte ni el combustible necesarios para distribuir las frutas hacia otros municipios, ni frigoríficos para conservarlos, ni existen industrias –estatales o privadas– en La Habana con la fuerza necesaria para asumir y procesar las producciones –sufren de falta de conservantes, latas, bolsas de nailon y otros insumos–. Tampoco puede bajar los precios hasta el punto en que incurra en pérdidas para los productores, si bien afirmó que ni así se podría consumir toda la producción. Lo normal era convertir en pulpa el mango y en otros derivados, y entonces se tendría mango durante seis u ocho meses. Antes era así, cuando destinaban el 80 por ciento de la cosecha de mango a la industria. Él cree que debería haber una proyección al respecto más activa por parte de los poderes y las empresas locales: mejor planificación, formar proyectos de desarrollo local, hacer solicitudes a fondos internacionales… las cooperativas tienen toda la disposición de invertir en esa línea –dijo–, pero no tienen acceso a las divisas necesarias para importar la tecnología.

Cuestiones similares discurrieron por otros temas de la Asamblea. En la construcción, con su aparentemente inalcanzable Programa de la Vivienda y sus problemas en el aprovechamiento de los depósitos locales de materiales. Hasta ahora, parecen encontrarse en un punto muerto. Los recursos hidráulicos avecinan inversiones en su área, más aún tienen cuentas pendientes respecto al mejoramiento de la calidad de sus servicios a la ciudadanía. Por su parte, el déficit de energía eléctrica afecta sobre todo a las comunidades no capitalinas y, aunque se ha logrado cierta estabilización, todavía no suple la demanda eléctrica creciente del sector residencial y el empresarial privado; mientras tanto, las grandes termoeléctricas pasan por disímiles procesos de mantenimiento, con ninguna transformación o modernización capital y estructuras como los transformadores se recienten la sobrecarga. Los tres, para colmo, son sectores subsidiados por el Estado, por lo que se dificulta el financiamiento de nuevos proyectos. Así deberá mantenerse si no se quiere aumentar los índices de empobrecimiento en la población.

El sector farmacéutico sufre otro tanto debido a la falta de fuerza financiera para importar las materias primas y las maquinarias de repuesto que demandan sus fábricas. El resultado es previsible: un déficit de medicamentos en el país.

En las labores de la ANPP estuvo asimismo el debate sobre los planes de “Recreación y uso del tiempo libre”, el vínculo entre los diputados y sus territorios, la actuación ante delitos, ilegalidades, hechos de corrupción e indisciplinas sociales, la igualdad de género… y más.

El presidente Miguel Díaz-Canel, quien asistió a varias jornadas de la sesión, llamó a resolver los problemas endógenos, “esos que no tienen que ver de manera directa con el bloqueo o los que refuerzan el omnipresente bloqueo (interno) por inacción, apatía, insensibilidad, incapacidad o por simple cansancio o falta de fe en que será posible vencer las dificultades”.

Más allá de las disyuntivas vigentes que enfrenta el país sobre la creación de un modelo económico sostenible, a pesar del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, explicó la necesidad de buscar fórmulas resilientes; y de engranar mejor los procesos estructurales y organizativos de cada área de la sociedad, de dar un adecuado seguimiento a las medidas adoptadas para que su propósito no se distorsione con el tiempo.

En sentido general, el mandatario valoró de positiva la recién concluida sesión: “Aquí fueron más visibles nuestros problemas y también más visible el empeño por alcanzar el horizonte de las soluciones”, sentenció al finalizar el encuentro.

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